Las zonas de influencia de estos centros educativos son Maldonado y Montevideo y, para acceder, los interesados deben presentar el documento de identidad, el carné de vacunas, de salud (en los cursos que lo requieran), el carné del adolescente, el certificado de escolaridad y/o el pase de la institución previa y una foto carné.
Martín Biramontes es antropólogo y educador en el CEC de Bella Italia, un barrio ubicado en la periferia de la ciudad de Montevideo. Consultado por SIGNIS ALC, explica que allí concurren 142 alumnos divididos en dos subgrupos de 71 que tienen dos turnos: de 8:45 a 12:15 y de 13:15 a 17:00. Precisa que, si bien son chicos formados en la cultura audiovisual, increíblemente el taller homónimo es el que genera más dudas: “Les explico en qué consiste, de una manera un poco reduccionista, pero para darles un panorama”.
La metodología es el aprendizaje basado en proyectos (ABP). Realizan un proyecto durante todo el año y sobre él se apoyan todas las materias. Además, ponen énfasis en el trabajo en equipo, el desarrollo de destrezas y habilidades, la identificación y resolución de problemas, la observación de la realidad. Esta modalidad es muy propicia para chicos a los que les ha costado ingresar en el sistema educativo tradicional por diferentes motivos. En el taller audiovisual elaboran una película que narre un tema de su preocupación o interés; por ejemplo: el bullying, los conflictos entre hermanos o con sus padres, entre otros asuntos. Se encargan de todas las fases, desde la idea a la edición. “Falta tiempo, faltan herramientas, entre otras cosas, pero los encaran bien”, añade Biramontes.
El educador destaca que la recepción es positiva, aunque depende de cada año: algunos años los estudiantes demuestran mayor interés, en otros la dinámica es más compleja. Por ejemplo, en 2020, debido a las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia, les resulta difícil porque “el trabajo audiovisual requiere de mucho contacto. Van poco tiempo (una hora y media), entonces el proceso es más lento”, especifica. De todos modos, aclara que han demostrado entusiasmo en el aprendizaje. Durante la suspensión de las clases presenciales continuaron con la modalidad virtual, aunque también manejaron fichas impresas en papel pues era la forma de llegar a todos.
El CEC de Bella Italia se encuentra en una zona de la capital uruguaya donde se ve con mayor claridad la brecha digital. Según Biramontes, es más cualitativa y de aprovechamiento de las herramientas que una dificultad de acceso per se. Cuenta un caso práctico: “Cuando les decís ‘¿Cuál es tu mail?’, te dicen ‘No tengo’, pero claro que lo tienen porque lo necesitan para entrar a Google Play y otros sitios. El correo es un recurso base, hasta para enviar un currículum”. Entonces, precisa que no utilizan ciertas herramientas para ampliar el repertorio audivisual. En esta línea, considera que “el principal desafío es la alfabetización digital, entendida no solo desde una perspectiva del acceso, sino del aprovechamiento de los útiles para integrarse en una ciudadanía digital más activa”.
Es el tercer año que Biramontes trabaja en el centro: “Lo que más me gusta es el lugar relativamente pequeño, en un espacio cerrado, ya que tiene mayor flexibilidad que instituciones grandes no proporcionan”. Al respecto, precisa que ha tenido diferencia con colegas suyos de otros establecimientos educativos, que no conciben la posibilidad de desarrollar una clase con la puerta del salón abierta, mientras que él sí.
Redacción: Sebastián Sansón Ferrari (SIGNIS Uruguay), corresponsal de SIGNIS ALC en Uruguay
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