Brasilia, Brasil.- La invasión de madereros, lotización dentro de tierras demarcadas y amenazas de poseedores se registraron en tierras de Maranhão, Mato Grosso, Pará y Rondônia. Debido a la falta de protección del área, los invasores llegan a montar campamentos dentro del territorio Karipuna para hacer la retirada ilegal de madera.
Según informa el Consejo Indigenista Misionero, CIMI, el año 2019 comienza con una intensificación de las denuncias de invasión a tierras indígenas en Brasil. Al menos cinco tierras demarcadas registraron robo de madera, derribado de bosque para pastos y, aún más grave, la apertura de picaduras y establecimiento de lotes para ocupación ilegal de los territorios tradicionales.
Las Tierras Indígenas (TIs) Arara, en Pará, y Arariboia, en Maranhão, registraron en el primer mes del año la invasión de madereros y la de grileiros que vienen tratando de establecerse en el interior de las áreas demarcadas. Los pueblos Uru-Yo-Wau-Wau y Karipuna, ambos en Rondônia, identificaron nuevas embestidas de grileiros, que ya abren picaduras y, en el caso Karipuna, se viene estableciendo dentro de la tierra indígena.
La posesión del gobierno de Jair Bolsonaro y la elección de políticos conservadores alineados con el agronegocio a nivel local también generó repercusión en el entorno de las TIs Marãiwatsédé, en Mato Grosso, y Awá, en Maranhão. Indígenas, el Ministerio Público Federal (MPF) y la Fundación Nacional del Indio (Funai) denunciaron amenazas de reinversión de posesos a ambas tierras, articuladas por políticos y hacendados.
En el caso de la TI Awa, la Funai también notificó la invasión de madereros y granjeros, que ha derribado los bosques de la tierra indígena para la cría de ganado, aprovechándose de la falta de recursos del organismo indigenista para hacer la fiscalización constante del área.
En al menos cuatro de estas tierras indígenas, la devastación causada por invasores y los riesgos que ellos representan son aún más graves en función de la presencia de grupos indígenas aislados. Es el caso de las TIs Awá, Arariboia y Uru-Yo-Wau-Wau, donde la existencia de estos grupos es reconocida por la Funai, y de la TI Karipuna, donde los indígenas ya afirmaron haber avistado aislados circulando por el territorio.
El Observatorio De Ojo en los Ruralistas también incluyó, entre las embestidas contra tierras indígenas registradas a principios de 2019, la invasión de garimpeiros a TI Yanomami, en Roraima. Además de las invasiones a tierras demarcadas, un ataque a tiros contra los Guaraní Mbya de la reanudación Ponta do Arado, en Porto Alegre (RS), marcó el mes de enero.
El aumento de las invasiones a tierras demarcadas viene siendo verificado en los últimos años, tras los recortes en los recursos de los órganos responsables de fiscalizar las tierras indígenas y unidades de conservación, durante el gobierno Temer. En 2017, el Cimi registró 96 casos de invasión, explotación ilegal de recursos naturales y daños diversos a las tierras indígenas en Brasil, un aumento del 62% con relación al año anterior, cuando se registraron 59 casos.
Fuente: CIMI