Para los católicos la Semana Santa es uno de los tiempos litúrgicos más importantes del año. Son siete días donde se conmemora la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, hijo de Dios. Fecha que inicia oficialmente cada Domingo de Ramos y se extiende hasta el Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua.
En este sentido, monseñor Arturo González Amador, obispo de Santa Clara y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, ofreció una importante reflexión donde anima a todos los creyentes a vivir estos días santos en meditación, abriendo su corazón al amor de Dios y comprometiéndose a una auténtica conversión.
“Déjate inundar por ese torrente de amor de Dios que a todos nos quiere alcanzar”, expresó, invitando a los fieles a aprovechar este tiempo como una oportunidad de conversión interior y entrega solidaria a los demás, especialmente los más vulnerables.
El Domingo de Ramos: entrada triunfal y compromiso cristiano
En su mensaje, monseñor González recordó el significado de esta jornada en la que Jesús entra solemnemente en Jerusalén, a semejanza como lo hiciera Salomón, cuando iba a ser coronado rey heredero de David. “Estamos ante una invitación clara y precisa a reconocer en el humilde maestro de Nazaret […] al rey de la paz y la justicia, al Mesías redentor”, dijo.
Además, afirmó que esta procesión del domingo no es solo un acto simbólico, sino una expresión de compromiso cristiano. Significa acompañar a Jesús en la vida diaria, tanto en lo personal como en público. “Es regresar a la vida de cada día con los Ramos Benditos en las manos y en el corazón el compromiso de descubrir a Dios y hacerlo presente en todas las circunstancias.
Un llamado a la conversión y a la solidaridad
El prelado insistió en que la Semana Mayor es una oportunidad para revisar la propia vida, abrirse a los valores trascendentes y no estar encerrado en sí mismo y a vivir una auténtica conversión. “No quedemos indiferentes”, exhortó, al invitar a contemplar la pasión de Cristo y a dejarse interpelar por ella.
“Lavemos nuestras manos de toda injusticia y purifiquemos nuestro corazón del pecado, de toda maldad y violencia”, pidió el obispo, subrayando la urgencia de dejar atrás la mentira, la hipocresía, el egoísmo, la corrupción y el abuso de poder. Monseñor González, llamó a vivir una fe comprometida, cercana especialmente a los más pobres y necesitados.
Finalmente, el presidente del episcopado cubano animó a los creyentes a vivir esta Semana Santa como auténticos “peregrinos de esperanza” en este año santo, dejándose renovar por el amor de Dios. Con un mensaje de aliento, concluyó deseando una “Santa celebración de Ramos, Santa Semana de Pasión y desde ya, feliz Pascua de Resurrección”.
Fuente: Celam