Escribimos una historia de la esperanza, a partir de prácticas empeñadas en sociedades inclusivas y equitativas, desde experiencias que:
i) asignan a la comunicación un rol clave para la solución de problemas, o alcanzar metas, o crear oportunidades;
ii) realizan acciones o iniciativas comunitarias que logran repercusiones tangibles y medibles en cuanto a la mejora de la calidad de vida de la población y del medio ambiente de una forma sostenible; y
iii) son replicables, pues pueden servir como referencia o inspiración a comunidades de otros lugares o regiones.