En esta tierra de los olvidos gubernamentales, del contrabando como forma de vida, “la situación se torna muy compleja”, asegura a SIGNIS ALC Mabis Mercado Rúa, médico internista, responsable del área de relaciones interinstitucionales del hospital San José de Maicao, al tiempo que añade: “A esta emergencia le sumamos el fenómeno migratorio, de 160 mil pobladores pasamos a 220 mil, por supuesto esto genera un peso administrativo del sector salud”.
El virus de la pobreza
Mercado lleva años trabajando por la salud de los más humildes, de hecho “yo viví emergencias por cólera, por encefalitis equina, pero lo que yo he vivido con el manejo de Covid-19 es una cosa diferente, en mi vida laboral nunca lo había visto, que en un solo día mueran más de 7 personas por la misma causa es un motivo de alarma”.
Además no es un mal que afecta a la gente pobre, al migrante, al habitante de calle –señala– también ha muerto gente que “uno nunca se imaginó, de los más acomodados por decirlo de un modo, que tenían posibilidades de cuidarse y el exceso de confianza les hizo una mala jugada”, por ello “no podemos relajarnos, debemos cumplir con las medidas de aislamiento y quedarnos en casa, aún cuando para muchos esto sea difícil, pero si van a salir, no olviden usar bien los implementos de bioseguridad”.
Desde el punto de vista higiénico “Maicao se ha deteriorado por diversas razones” y con la llegada del coronavirus considera que “ha faltado mayor manejo técnico de toda esta situación, que hubieran podido dinamizar todo un proceso de educación a la comunidad”, porque “no es fácil en una población donde hay muchas necesidades mantener confinadas a las personas”.
En un lugar donde la informalidad, el contrabando y las pocas fuentes de empleo conspiran para propagar el virus de la pobreza: “Aquí se subsiste de una actividad laboral informal, donde la mayoría o todo el mundo se dedica en mayor o en menor proporción a las actividades del comercio informal” y “el Estado no puede subsidiarlos a todos”.
Apoyo de la cooperación internacional
Pese a toda esta cantidad de obstáculos, la cooperación internacional ha sido un factor clave para paliar los estragos de esta crisis sanitaria. “El Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Organización Internacional de Migraciones (OIM), Save of Children y UNICEF nos han apoyado de manera irrestricta”, acotó.
“Sin ellos la situación hubiera sido más difícil”, admite la doctora Mabis, quien al tiempo añade que desde “el hospital han tenido la suficiencia técnica para elaborar planes de contingencia ajustados a los lineamientos que han salido desde la Organización Mundial de la Salud (OMS)” y “hemos logrado generar seguridad para los pacientes que consultan” como “asignar un piso exclusivo para el manejo de pacientes contagiados de Covid-19”.
“Aún no ha comenzado la etapa más dura para la que nos estamos preparando”, advierte. Al respecto apuesta a la capacidad técnica instalada y al apoyo internacional: “Creo que no debemos llegar a ese punto. Es necesario evitar que las personas se enfermen, que las personas deben consultar al hospital, si siente todas estas molestias deben llamar a su EPS (Empresa Promotora de Salud)” o en caso de no contar con esto “apersonarse al hospital”.
Atención a población migrante
Otra a de las variantes ha sido el aumento de población migrante venezolana. Jheimmy Naizzir, directora de la única casa del migrante en Maicao, obra social de la Iglesia católica, ha asegurado que aparte de la actividad informal del más del 90% de los pobladores, otros de los factores que ha convertido al municipio con mayor índice de contagio en el departamento de La Guajira, es la falta de cultura ciudadana: “Una cosa es salir porque necesitas trabajar y otra no tomar las medidas por negligencia”.
En el único refugio de migrantes de esta zona, el equipo que dirige no ha detenido su labor desde el inicio del confinamiento, para ello “Hemos acogido las medidas impuestas por el gobierno nacional, se elaboró un protocolo y plan de contingencia que se encuentra vigente desde el 17 marzo de 2020 y se refuerza con cada nuevo lineamiento y acorde a las necesidades del contexto”.
Si bien ha cambiado la dinámica en la atención a migrantes, reduciendo el equipo presencial acorde a sus actividades, “reforzamos la atención psicosocial y legal de lunes a lunes en las inhalaciones para las personas albergadas en aislamiento”.
En este caso, la ayuda internacional ha sido fundamental “ha brindado gratos resultados”, dice, en especial para “la población albergada en confinamiento con la implementación de nuevas estrategias como, por ejemplo, la de Cash For Work- C4W “Dinero por trabajo”, el cual “es un incentivo económico por el desarrollo de media jornada de trabajo”.
Por ahora la funcionaria aconseja responsabilidad y cultura ciudadana, porque “sigue habiendo un reto educativo y cultural para mejorar el comportamiento ante situaciones tan delicadas”, por tanto “el mensaje es a pensar en el otro” para evitar la propagación y más muertes.
Redacción: Ángel Alberto Morillo, corresponsal de SIGNIS ALC en Colombia
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