La desinformación sobre la pandemia y las dificultades de acceso a la vacuna, por las grandes distancias en separan a las comunidades indígenas de los centros de salud, es el mayor problema que afecta a los pueblos amazónicos y pone en riesgo su supervivencia. A pesar de que en las últimas semanas se registró una mejoría en cuanto a los indicadores de mortalidad y morbilidad de la Covid-19 en la región de la Amazonía, la agencia de la ONU da cuenta que las autoridades continúan en alerta porque la pandemia sigue siendo una amenaza y la desinformación respecto a la enfermedad y las vacunas persiste en los territorios indígenas.
Entre otros de los problemas para el acceso a las vacunas están las grandes distancias entre las comunidades indígenas y los centros de salud urbanos donde las administran. Para llegar, los comunarios deben recorrer caminos de herraduras y ríos, durante días, lo que les demanda recursos económicos para su combustible, pero además los pone en riesgo.
Este es el caso de dieciséis indígenas Yagua de la comunidad Siete de Agosto, una de las más alejadas del territorio amazónico colombiano, “reunieron dinero para comprar 10 galones de gasolina que se necesitan para navegar por el río Atacuari hasta su desembocadura en el Amazonas. Su objetivo: llegar al municipio de Puerto Nariño con el fin de avanzar rápidamente en el proceso de vacunación contra la Covid-19”, describe la agencia de la ONU.
En mayo, Teófilo se contagió del virus y, cómo él mismo dice, “casi me lleva al hueco”. Para no repetir esta tragedia que puso en riesgo su vida, una vez supo que en Puerto Nariño estaban vacunando, no quiso esperar a que la brigada de salud llegara a su comunidad. Sin pensarlo dos veces, junto a familiares y amigos decidió embarcarse en una travesía fluvial de dos horas para recibir esta protección contra la Covid-19.
Sin embargo, no ocurre lo mismo en otras de las nueve áreas no municipalizadas del Amazonas colombiano donde habitan Ticunas, Uitotos, Muinanes, Ocainas, Yaguas, Cocamas y Boras, entre otros pueblos indígenas.
En el caso de Bolivia, recientemente representantes indígenas pidieron a las autoridades garantizar la información, el transporte y acceso a las vacunas hasta las zonas donde habitan, particularmente los ancianos.
“La realidad de nuestras comunidades es que hay gente no tiene ni un peso para comprar alimentos, así que mucho menos va a tener para gastar en transporte hasta los centros de vacunación, detalló Roni Ribera, cacique chiquitano y miembro de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano, CIDOB – orgánica.
Muchos indígenas tienen limitaciones para su traslado hasta los centros de inoculación y hacerlo les genera gastos económicos, tiempo y riesgos. Por esa razón se pidió desde sus representaciones de pueblos de tierras bajas que se encamine una logística para llegar hasta ellos con información adecuada y vacunas.
“En nuestro caso y de nuestros hermanos es muy complicado el transporte, porque necesitamos tener dinero para la gasolina de nuestros botes y los gastos del viaje para llegar hasta la ciudad y eso cuesta. Pero si hubiera voluntad de nuestras autoridades ya se habría mandado dos brigadas de médicos y que puedan bajar hasta las comunidades”, dijo hace unos días, Matilde Noza, líder indígena de la región del TIPNIS.
Foto portada: Vacunación a indígenas en Colombia. Foto. OPS
Fuente: REPAM/FIDES