Brasil.- Al menos dos profesores indígenas han sido asesinados durante el primer mes de este año 2018, en Brasil. A inicios del año fue asesinado Marcondes Namblá Xokleng, en Santa Catarina, y a finales del mes apareció asesinado a pedradas el profesor Daniel Kabixana Tapirapé, quien dictaba clases de matemáticas en la escuela de la aldea. Su cadáver fue encontrado en el municipio de Confresa, distante 1.160 km de Cuiabá (MT).
Además de estas dos muertes, el 21 de enero Raimundo Saw Munduruku fue herido de un disparo en la pierna, en Itaituba (PA). En Rondônia, el 30 de enero, una aldea fue invadida e incendiada. A pesar de que en los noticieros es habitual conocer casos de crímenes, para los indígenas Tapirapé se trató de algo relativamente nuevo.
En la historia reciente no hay registros de crímenes practicados por no indígenas contra el pueblo indígena, lo cual asustó en las comunidades. Los cambios sociales provocados por el flujo de la soja en Confresa y la discriminación racial son apuntados por los indígenas y sus aliados como vectores de la violencia inédita para las generaciones más recientes, a las cuales el propio Kabixana, de 37 años, pertenecía. “Es muy triste que mi primo fue golpeado con piedra por tres personas no indígena”, dice una Tapirapé.
Revuelta: el pueblo hace manifestación
Durante los 12 días en que se hallba desaparecido Daniel Kabixana, las aldeas del Área Indígena Tapirapé / Karajá y de la Tierra Indígena Urubu Branco se movilizaron en su búsqueda, pero fueron los mismos asesinos, dos hombres y un adolescente, detenidos el domingo, que llevaron a la policía al lugar donde el cuerpo fue abandonado.
Una hermana del Tapirapé, durante las noches de vigilia, soñó que él estaba cerca de un arroyo. “Por coincidencia, ese arroyo pasa cerca del lugar donde el cuerpo fue encontrado”, cuenta Eunice Dias de Paula, misionera del Consejo Indigenista Misionero (Cimi) que vive junto a los Tapirapé.
Daniel Kabixana fue enterrado en la aldea Hawalora, donde se encuentra la escuela en la que enseñaba matemáticas, en el Área Indígena Tapirapé / Karajá, a orillas del río Araguaia. Él deja esposa, Fabíola Maremoyo, también profesora, y cuatro hijas. El Tapirapé estaba formado en Ciencia de la Naturaleza y Matemáticas por la Universidad del Estado de Mato Grosso (Unemat).
“El hecho de haber sido muerto a pedradas causa aún más revuelta. Un Tapirapé dijo: no se mata así ni a un perro. ¡Están muy tristes y revueltos! Es la primera vez que sucede algo así con un Tapirapé “, dice la misionera. El martes, 30, los Tapirapé y los Karajá realizaron una manifestación en Confresa y en Porto Alegre do Norte.
Para acceder a más información se puede revisar el sitio web del Consejo Indigenista Misionero, CIMI.