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La mujer en los medios de comunicación en Paraguay

SIGNIS ALC

20 julio 2018

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La mujer en los medios de comunicación en Paraguay

La mujer en los medios de comunicación en Paraguay

Por Silvano Malini*.- Más rostros femeninos, pocas protagonistas reales. Así se podría resumir el estado de la presencia de la mujer en los medios de comunicación en el Paraguay.

 

Noelia Díaz es una conocida periodista televisiva, activista de los derechos de la mujer y actual Secretaria General del Sindicato de Periodistas del Paraguay. En el año 2015, estuvo bajo los reflectores de la crónica al ganarle un juicio por despido injustificado al poderoso multimedia y multirrubro Grupo Vierci.

 

¿Cómo ves la presencia de mujeres en los medios de comunicación en Paraguay?

 

Si bien no hay datos a nivel nacional, se puede observar un aumento en la presencia de las mujeres en los medios, tanto escritos como radiales y televisivos. Pero suele haber un “techo de vidrio”, es decir que las mujeres llegan en mucho menor proporción a cargos de toma de decisiones. Se las ve en las coberturas, como cronistas de radio y en TV, en particular, donde hay muchísimas mujeres, pero no tantas presentadoras o conductoras. Están presentes, pero en su mayoría como co-conductoras.  Hay todavía más presencia en los programas de entretenimiento.

 

Sí, pero en muchos casos, como “adorno”. Se cosifica mucho a las mujeres en la TV y en la radio. Suelen ser muy lindas, y rara vez son más que co-conductoras. Recuerdo que una vez en el sindicato organizamos un debate, donde la única presencia femenina era detrás de una barra, sirviendo.

 

¿Se registran muchos casos de molestias o acoso?

 

Hay muchos casos de acoso, y no sólo a nivel interno, en los medios de comunicación, por parte de compañeros de trabajo, sino también por parte de las fuentes, cuando salimos a buscar información. Lamentablemente contamos con una ley de “Protección integral a las mujeres contra toda forma de violencia”, y hay un apartado que establece la obligatoriedad para todas las empresas públicas y privadas de contar con un protocolo para denuncias de acoso laboral y sexual, para que podamos comenzar acciones contra esos abusos, pero es letra muerta, porque no hay un solo medio ni una sola empresa que cumpla con esa norma. Ni una sola.

 

Se suelen relativizar situaciones, como el caso de la reportera que fue besada en la calle en plena cobertura. Había comentarios en las redes sociales del tenor de “¡qué tanto escándalo, por un besito!”…

 

Se naturalizan situaciones que parecen normales dentro de una cultura machista. Y a veces una que denuncia resulta mucho más expuesta a más hostigamiento y burlas. En el caso de Clara Martínez, la reportera que mencionas, la secretaría de género del sindicato tomó la iniciativa de llamar al medio en que trabajaba para que le brinden ayuda, porque para ellos también era algo “normal”, normalizado.

 

¿Finalmente la joven periodista inició alguna acción legal?

 

No se animó. Prefirió no tomar acciones, sobre todo porque quien denuncia tiene miedo que a través de los medios de comunicación y las redes sociales queda, paradójicamente, expuesto a una sanción social. De parte del sindicato pusimos a disposición todas las herramientas, e incluso una abogada por si quería accionar.

 

Otro caso conocido fue el de la modelo y actriz, con frecuentes apariciones en los medios, Fiorella Migliore, a quien un joven manoseó mientras conducía su bicicleta…

 

Ella sí accionó, y el acosador fue sancionado.

 

En cuanto a la presencia de las mujeres en la comunicación institucional, allí parecería haber un mayor protagonismo femenino…

 

Diría que hay más mujeres que varones en esa área. Particularmente en la esfera pública se hizo un buen trabajo, pero también en este caso hay muchas menos mujeres que hombres ocupando cargos de jefatura de comunicación y otros roles dirigentes. En el sector público se trabajó muy bien, pero no ocurre lo mismo con el privado, donde no se ponen todas las condiciones que permitan una real paridad de oportunidades laborales. Existe, por ejemplo, una norma que establece la protección de la lactancia materna y la habilitación de guarderías, y tampoco se cumple. Falta control. Nosotros desde el sindicato hicimos denuncias y las fiscalías no se mueven. Tendrían que trabajar mucho más y ejercer una eficaz contraloría.

 

¿A qué institución del Estado atribuyes ese buen trabajo? ¿Al Ministerio de la Mujer?

 

También. Pero en todos los ministerios hay direcciones de género donde las funcionarias han impulsado de distintas maneras una mayor igualdad de oportunidades.

 

 ¿Como ves la presencia femenina en los procesos de comunicación de las organizaciones sociales, incluso de las pequeñas organizaciones del interior?

 

Siempre las mujeres han participado en la actividad sociopolítica pero, una vez más, haciendo todo el trabajo de base. No llegamos, tampoco aquí, a ocupar cargos directivos que siguen mayoritariamente en manos de los hombres. La ley de paridad que hoy tiene media sanción no sólo se debe poner en práctica en el Legislativo y en general en la política, sino que también debería hacerse en todos los otros estamentos, como la Corte Suprema y otros lugares.

 

(Según una de las impulsoras de la Ley, Clyde Soto, la propuesta es que exista una normativa que obligue a que todos los cargos de decisión estén formulados según criterios de paridad; pensando no solo en los partidos, sino en los cargos estatales, incluidos los de designación y los cargos de las instancias de organizaciones de la sociedad civil). Hay mucho retraso, sobre todo el sector más conservador tomó una postura radical. Cuesta, como toda transformación social, supongo.

 

¿Cómo responde a las críticas principales de esta ley, es decir, que, al establecer cuotas del 50% en las listas electorales, consagraría de hecho el tan rechazado sistema actual para las elecciones parlamentarias, el de las “listas sábanas” (en que se vota por lista únicamente, y no es posible elegir los candidatos), y el de la “sectorización” del Parlamento, que favorecería a candidatas por el mero hecho de ser mujeres, sin particulares méritos propios, lo cual, según los detractores, envilecería a las mujeres que conquistan sus espacios por sí mismas?

 

Es fruto de un proceso de trabajo de cinco años. Fue una ley super socializada con muchas mujeres y muchos hombres de diferentes partidos, y finalmente pudo ser tratada en el Senado, que le dio media sanción. En Diputados se la tratará el 14 de junio, y si no se tratara sería aprobada con el mecanismo de “sanción fija”.

 

A mí me parece una ley bastante completa.

 

En cuanto a las listas sábana, la paridad no afecta el sistema electoral, pues determina que haya paridad al interior de los partidos políticos, para que las listas de candidatos se armen paritariamente. Hoy se cuenta con una cuota mínima del 20% de representación femenina, y en todos estos años (esta norma de código electoral está vigente desde 1996) ni siquiera se llegó a ese 20% Hoy ninguna de las 17 gobernaciones está a cargo de una mujer, y es muy reducida la presencia femenina en las cámaras y en las juntas departamentales. Y las mujeres “no llegan” porque no le dan espacios: en las listas, por ejemplo, están siempre por el número 15 y más abajo, y todo el mundo sabe que es muy difícil, casi imposible, que sean realmente elegibles. Se dice siempre que hay muchas mujeres valientes y capaces en Paraguay. Si pudieran, llegarían a ocupar cargos públicos. ¡Si no, quiere decir que no hay mujeres así en el país!

 

La colega Laura Penayo entrevistó para la revista Ciudad nueva a Clyde Soto -investigadora del Centro de Documentación y Estudios (CDE), referente del área de género y entre las proponentes de la “ley de paridad democrática”- para el Día Internacional de la Mujer de 2016. Nos referiremos a algunas respuestas, plenamente vigentes.

 

A la pregunta: ¿Por qué es tan difícil llegar a la paridad?, Soto opinó que se debe a factores culturales y factores vinculados al rol de la mujer en la vida familiar. Todavía hay gente que piensa que la mujer debe dedicarse prioritariamente al hogar y que eso es incompatible con la vida laboral o la vida política. “Lo ven como algo antagónico, no como algo que se pueda compatibilizar, no solamente para las mujeres, sino para toda la sociedad”, afirmaba. La especialista señalaba que las mujeres políticas tienen que enfrentar muchas más dificultades que los hombres políticos para poder aspirar a cargos de representación. “Muchas mujeres recién pudieron dedicarse al quehacer político cuando sus hijos ya fueron grandes o si tienen suficientes recursos en la casa”. Otro factor es el pensamiento machista bastante consolidado que, si bien ya es más discutido en los últimos tiempos, aún deja sus huellas marcadas en los números que arrojan los casos de violencia contra la mujer. Para entender la dimensión del problema: en el 2015, el Ministerio de la M0ujer atendió a 1.877 casos de violencia de género, lo que da un promedio de cinco denuncias por día.

 

Para Clyde Soto, aún hay muchas deudas con las mujeres en el país. “No hay suficientes servicios especializados para mujeres que son víctimas de violencia. Se establecieron comisarías especializadas, pero no están en todo el país. Para la violencia no hay fronteras”, puntualizó. A nivel legislativo opinó que “es una vergüenza que el Paraguay tenga una cuota del 20 % que nunca se modificó desde el año 1996”. En su opinión, esto demuestra que “no hay interés en conseguir el objetivo”. Después de la paridad en la representación política, Soto ubica en el “debe” la aprobación de la ley de violencia integral contra las mujeres. Mucho camino resta por recorrer en cuanto a igualdad de derechos entre hombres y mujeres. (Y no hemos mencionado aquí la brecha salarial). Lo fundamental es llevar a la práctica leyes que garanticen la paridad y sobre todo luchar contra las normas sociales discriminatorias. Así, la igualdad podrá ser un logro que defina a la primera mitad del siglo XXI.

 

En cuanto a la mujer como protagonista-sujeto de las noticias, transcribimos, a título de  “muestra” ejemplificativa, algunos segmentos del artículo “Las mujeres en las noticias de Paraguay”, de Amelia Aguirre, entonces maestranda en Comunicación y Periodismo Científico por la Universidad Autónoma de Asunción, publicado en la Revista Internacional de Investigación en Ciencias Sociales de dicho ateneo en diciembre de 2016, entendiendo que no ha habido cambios sustanciales en el enfoque noticioso hasta el día de hoy y considerando que resultados análogos podrían arrojar un análisis de la presencia femenina en las noticias presentadas por la prensa televisiva y radiofónica. Aguirre analizó en efecto la cantidad de noticias vinculadas al tema mujeres presentadas en tapa y contratapa de los tres diarios impresos de mayor circulación nacional en el mes de setiembre de 2014, y encontró “en las 90 tapas de los diarios seleccionados -ABC Color, Última Hora y La Nación- un total de 19 noticias al respecto: 3 en ABC Color, 11 en Última Hora y 5 en La Nación”.

 

“Después de la recopilación de datos y la comparación de información, se percibe que los tres diarios impresos considerados de mayor tirada en Paraguay presentan pocas publicaciones que consideren a la mujer como referente o portavoz primaria, aunque se descubre en el cuerpo de la información la participación femenina e, incluso, su protagonismo. Mantienen la figura o el rol femenino en el ámbito de lo sensible como los reclamos, los problemas policiales y judiciales, usando la imagen de alguna mujer como apoyo, y en muy pocos casos como voceras frente a esas problemáticas. Por otro lado, es significativo que son las publicaciones vinculadas al área política la sección donde han aparecido más las mujeres, y se demuestra así el dinamismo social que se observa con la incorporación de mujeres en esferas públicas como son los cargos públicos o políticos, lo que naturalmente exige tener como portavoz a las mujeres protagonistas. Queda demostrado en los tres diarios observados para esta investigación, que la agenda preestablecida centra su interés en el tema político, tanto a nivel local como regional”.

 

“El concepto de noticia centrado en lo público”, continúa Aguirre, “restringe el registro y la emergencia de las mujeres como protagonistas de la actualidad mediática. La principal razón es conocida: las mujeres han sido protagónicas, históricamente, en otro espacio: el mundo privado. Las mujeres han sido socialmente instaladas en el mundo familiar, en el emotivo y el afectivo. Los eventos acaecidos en este espacio, a no ser que tengan características excepcionales (crónica amarillista), no son reconocidos como noticias”. Interesante el subrayado de que “si aparecen imágenes, se utilizan las que reiteran estereotipos y versiones restringidas de ser de las mujeres”.

 

“El periodismo, los periodistas”, concluye la autora, “pueden aportar algo más, hacer la diferencia. No se trata de que haya más mujeres en los medios, en las fotos. Se trata de que cada profesional de la comunicación incorpore una perspectiva de género, así como lo hace naturalmente con el lenguaje en permanente cambio, con términos que se reaprenden en el sistema democrático; libertad de expresión, derechos, términos legales, y como se hace también con las tecnologías para no quedar desfasados. Visibilizar el aporte innegable de la participación de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad promueve una construcción social equitativa y revolucionaria”.

 

* Periodista, Director de redacción en la revista Ciudad Nueva Uruguay-Paraguay, y miembro de la Asociación de Comunicadores Católicos de Paraguay, SIGNIS Py.

 

– Artículo publicado en la revista digital Punto de Encuentro (julio 2018), editada por SIGNIS ALC

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