Día 2- Jueves 18 de febrero
Hoy te propongo la vida y la felicidad (Dt 11,26)
Petición de Gracia
Al comienzo de cada día, busco entrar en un clima de oración y rezo:
Señor, en este tiempo favorable para volver el corazón a tus sueños para la humanidad y a todas tus creaturas, te pedimos luz para reflexionar sobre cómo estamos viviendo nuestras relaciones contigo, con las personas, con el mundo que es nuestra casa común y con nosotros mismos. Ayúdanos a redescubrir el sentido de la vida en la alabanza y la contemplación agradecida de la Creación, en la salida de nosotros mismos hacia los que más sufren y se sienten solos, especialmente en estos tiempos de pandemia, y en la construcción de tu reino de justicia y paz, tejiendo redes de solidaridad y fraternidad entre todos los pueblos y culturas de esta inmensa región panamazónica y del mundo entero.
En particular, hoy le pido… (presente su petición personal). Amén.
Escuchando la Palabra que nos guía
Moisés habló al pueblo: Mira que te he ofrecido en este día el bien y la vida, por una parte, y por la otra, el mal y la muerte. Lo que hoy te mando es que tú ames a Yavé, tu Dios, y sigas sus caminos. Observa sus preceptos, sus normas y sus mandamientos, y vivirás y te multiplicarás, y Yavé te dará su bendición en la tierra que vas a poseer… Escoge, pues, la vida para que vivas tú y tu descendencia. Ama a Yavé, escucha su voz, uniéndote a él, para que vivas y se prolonguen tus días.
(Dt 30, 15-16.20)
Reflexionando con Laudato Si’
Al comienzo de la Cuaresma, tiempo fuerte de renovación y conversión, dejémonos llenar de la alegría de San Francisco de Asís, “el santo patrono de todos los que estudian y trabajan en el campo de la ecología, amado también por muchos que no son cristianos”, como nos recuerda el Papa Francisco, precisamente por su alegría, su entrega generosa y su corazón universal. Francisco fue un místico y un peregrino que supo vivir con sencillez y “en maravillosa armonía con Dios, con los demás, con la naturaleza y consigo mismo” (LS 10). Se embarcó en un proyecto de vida y felicidad que lo hizo libre y hermano de todas las creaturas.
Hoy queremos alabar al Señor por este ejemplo de verdadera santidad, que no se separa del mundo, ni es indiferente a los dramas y dolores de la humanidad, sino que los asume como se fueran sus propios dramas y dolores. Ante la crisis cultural y ecológica que vivimos, el ejemplo de San Francisco nos impulsa a un cambio de hábitos y de estilo de vida, porque sabemos que “el progreso actual y la mera acumulación de objetos o placeres no son suficientes para dar sentido y alegría al corazón humano” (LS, 209).
Avanzando hacia aguas más profundas
Después de un momento de silencio…
A la luz del texto bíblico y de las palabras del Papa Francisco, busco profundizar mi experiencia de encuentro con el Señor, trayendo a mi oración la realidad concreta en la que estoy involucrado, la situación que atraviesa el mundo, la región pan-amazónica, mi ciudad o comunidad, la Iglesia, etc.
Trato de percibir los llamados de cambio que Dios me hace y le pido fuerza para concretarlos, para que mi alabanza a Él se manifieste en obras concretas de compromiso por la vida, en la defensa de nuestra Querida Amazonía, de sus pueblos y de los pobres de la Tierra.
Concluyo con un Padre Nuestro y un Ave María…
Frase para seguir reflexionando en este día
Los pueblos indígenas amazónicos expresan la auténtica calidad de vida […] en su modo comunitario de pensar la existencia, en la capacidad de encontrar alegría y plenitud en medio de una vida austera y sencilla, así como en el cuidado responsable de la naturaleza. (Querida Amazonía, 71)