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Juan Díaz Bordenave, en fragmentos

SIGNIS ALC

03 diciembre 2020

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Juan Díaz Bordenave, en fragmentos

Juan Díaz Bordenave, en fragmentos

Hace 8 años que Juan Díaz Bordenave cruzó el otro lado del universo donde preparará la casa grande y desde donde problematizará nuestras vidas, llamando a dialogar y actuar ante los sistemas opresores para construir una sociedad liberada desde la educación, la comunicación y la vida.  Junto con Arnaldo Gutiérrez y otras personas trabajaron para construir una universidad popular agroecológica en Luz Bella.

 

El 22 de noviembre del 2012 Juan Díaz Bordenave partía después de un tiempo de dolor, producto del golpe a la democracia de junio del 2012. La tristeza lo postró varios días aquí, y, luego en Rio de Janeiro donde se pasó sus últimos días con su familia, para luego treparse al viento y perderse en la nube.

 

Es conocido como el padre de la “comunicación latinoamericana”, compañero de ruta y estudio de grandes educadores y comunicadores que acunó América Latina desde la década de los 50. El mundo estaba en guerra, aunque fría, dolía. Los gobiernos se pusieron en contra de sus pueblos y llevaron a muchos al destierro, a las oscuras salas de tortura, la muerte y la desaparición.

 

Es difícil abarcar toda la vida de Juan. Es tan sencilla y profunda, a la vez. Quizá tenga que buscarlo en fragmentos. Nació el 5 de febrero de 1926 en Encarnación. Por milagro se salvó de aquel tornado del 20 de septiembre de 1926. Le salvó la niñera. Toda la casa desapareció. Todas las casas e instalaciones de la “ciudad baja” desaparecieron, destruidas, también el puerto, la usina y una “parte alta” de Encarnación. Toda la casa también fue llevada por el viento. La madre de Juan, doña Juana Bordenave de Díaz León, recuerda aquellos hechos así: “El golpe me hizo retroceder, y ya a oscuras fui en dirección a la otra pieza, en cuya puerta de comunicación tropezamos con la niñera, que tenía en brazos a mi nene de pocos meses. En el dormitorio dormía en su cama mi nena, la mayor.  Allí, bajo el marco de la puerta, que es antiguo y, por lo visto después, era además resistente, permanecimos durante un rato que no me es fácil precisar. Llovía a cántaros. El techo de la casa había desaparecido. Yo sentía mi rostro y mi cuerpo castigados por algo como pedruscos duros  e insistentes. No nos ocurrió nada, sin embargo. Cuando volví en mí, me di cuenta de que estábamos más alto que anteriormente, sobre los escombros y que la niñera, que tenía en brazos a mi nene, tenía las piernas hundidas entre tierra[1]. Juan tenía 7 meses.

 

Sus pensamientos no eran bienvenidos en el Paraguay de Stroessner…

 

Cuenta Juan en su libro “aportes a la comunicación para el desarrollo”[2], que en 1953, “estaba yo en un pueblo paraguayo llamado Altos, trabajando la tierra como un pequeño agricultor, es decir, usando machete, azada y arado de bueyes. Lo que había aprendido como agrónomo en la escuela agrícola de Casilda, Argentina, me servía muy poco en las condiciones paraguayas. Disponía de poca tierra y tenía sólo una remota noción de a quién y cómo vender mi producción. En otras palabras, estaba condenado  al fracaso como agricultor”.

 

Cuando Díaz Bordenave regresó al Paraguay, después de trabajar en muchísimos lugares, quiso aportar también a su país. Con las ideas trabajadas por él y un grupo de comunicadores, educadores y teólogos de la liberación, no podría siquiera entrar por un instante en Paraguay en tiempos de Stroessner.

 

En los inicios de los 60 ya se constituyó en uno de los referentes de la comunicación latinoamericana. Participó activamente en encuentros de la educación y comunicación popular; la discusión de la necesidad de una nueva comunicación, idea en la que estaban muchos comunicadores entre los quienes se cita a Luis Ramiro Beltrán, Daniel Prieto Castillo, Antonio Pasquali, Mario Kaplún, Walter Alves, Rosa María Alfaro, Marita Matta, Marques de Melo, Francisco Gutiérrez, teólogo de la Liberación, entre otros. Estos comunicadores y educadores participaron activamente en todo el proceso que culminó en 1980 con la declaración de la UNESCO del Nuevo Orden Mundial de la Información y Comunicación, NOMIC.

 

“La educación y la comunicación liberadora desempeñan un papel crucial en la democracia participativa”

 

Manifiesta Diaz Bordenave que “fue a mediados de los 60 cuando las ideas del pedagogo brasileño Paulo Freire, sobre diálogo y participación, sacudieron nuestras orientación vertical y lineal en la práctica de la información agrícola. La nueva ‘comunicación participativa’ se impuso sobre la mera ‘difusión de innovaciones’ (…) aprendí que la participación puede ser vista ya sea como método para alcanzar objetivos más eficientemente, o bien como una necesidad humana universal, es decir como un derecho de todos”, (Diaz Bordenave, 2011, pág. 19).

 

Es autor de unos 10 libros, uno de ellos editado en Paraguay, y otros tres fueron reeditados aquí. El libro “estrategia de enseñanza aprendizaje” se reeditó cerca de 30 veces y constituye un manual en el campo de la enseñanza en la educación y la comunicación.

 

“Me di cuenta también de que las clases dominantes (élites) no les gusta la participación del pueblo y defienden obstinadamente la democracia representativa pues la dominan y se benefician de ella”, expresa en su libro y reafirma que “llegué a la conclusión de que, junto con la educación liberadora, la comunicación puede desempeñar un papel crucial en el paso de la democracia representativa a la democracia participativa. Este paso, sin embargo, exige que los comunicadores hagan una opción por el pueblo”.

 

Política nacional de comunicación

 

En la serie “Foro nacional de comunicación” iniciado en el 2008, Juan Díaz Bordenave planteó la necesidad que los países definan una “política nacional de comunicación”, tal como tienen para la salud, la educación o para la economía.

 

Esta propuesta fue criticada y enviada a los infiernos por los propietarios de grandes medios de comunicación que relacionaban con el “socialismo el siglo XXI”, en pleno apogeo en Venezuela y América Latina, con su principal impulsor Hugo Chávez.

 

Aunque el planteamiento de Diaz Bordenave no definía el contenido ni la orientación, todas las organizaciones de grandes medios de comunicación, ganaderos y terratenientes criticaron lo que no es, sepultando las ideas centrales de Diaz Bordenave.  Juan decía que la política de comunicación no tiene como finalidad censurar a los medios de comunicación sino “para promover, innovar y liberar”. Y desafiando a los que pretenden vender a la ciudadanía como falacia o demagogia respondía que la política nacional de comunicación “tenemos que construirla todos juntos, en democracia, en un debate franco y generoso, fraterno y solidario, que tenga en cuenta que Dios nos dio a todos y todas la capacidad de hablar y de escuchar para que nos comuniquemos, nos relacionemos y nos amemos, y así construyamos alegremente un mundo de hermanos”, (pág. 41).

 

Universidad popular y agroecológica

 

En la localidad de Luz Bella, San Pedro, se reunían con organizaciones locales lideradas por don José Domingo Franco con la intención de fundar una universidad. Este trabajo lo hacía con Arnaldo Gutiérrez. Don José Franco recuerda que la intención había sido crear la universidad aquí, para impedir que “nuestros hijos migren a las ciudades y dejen sus pueblos”. Asimismo pretendían la creación de la casa de estudios con carreras que sirviera a la población de la región. El tema más importante fue la agroecología para preparar a la gente bajo esta filosofía y poblar de nuevo los suelos destruidos y los bosques deforestados y sustituidos por extensos cultivos de sojas, principalmente.

 

Quedó concluida la Fundación que iba a ser el sustento de la Universidad. Estos procesos se cortaron con la destitución de Fernando Lugo a través de un juicio político marcado por irregularidades.

 

Carreras de comunicación para el desarrollo

 

Para la apertura de carreras de comunicacion para el desarrollo Juan Díaz Bordenave tuvo un papel importante; esbozó los primeros borradores para el análisis participativo con técnicos y docentes de las universidades.

 

Este fue un programa impulsado desde la entonces Secretaria de Información y Comunicación para el Desarrollo, SICOM, hoy sustituida por el Ministerio de Tecnologías de la Información y la Comunicación, MITIC. Para el efecto se acordó con las Universidades de Pilar, Itapúa, Villarrica, del Este y Concepción. El objetivo fue impulsar las carreras de licenciaturas y maestrías en Comunicación para el Desarrollo. Hoy, solo la Universidad Nacional de Pilar sigue desarrollando la carrera y sigue a pesar de una feroz persecución política, pues según los dirigentes colorados de Pilar “se formaba zurdos”.

 

Después de malos tratos y persecuciones a la “carrera”, en agosto de este año la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior, ANEAES, resolvió acreditar la Carrera Ciencias de la Comunicación y una de las ofertas posibles a reconocerse es “la comunicación para el desarrollo”, a la que se agregan otras muy cercanas, como “comunicación comunitaria, participativa, educativa, inclusiva, intercultural”.

 

Instituto Latinoamericano de Comunicación

 

Por propuesta de Washington Uranga, comunicador argentino, Thomas Tufte y comunicadores paraguayos se logró constituir el Instituto Latinoamericano de Comunicación para el Desarrollo en agosto del 2011 con participación activa de Juan Díaz. Un año después partió y la “Comunidad de Juan” impulsó que el Instituto lleve el nombre de “Instituto Latinoamericano de Comunicación Juan Díaz Bordenave”.

 

Esta institución está en funcionamiento y tiene como objetivo promover el debate las ‘otras formas de comunicación’ que existen, siguiendo la línea proactiva y problematizadora-solucionadora de Juan y buscando la “otra comunicación posible”.

 

La misma Comunidad de Juan sigue asumiendo y promoviendo el 22 de noviembre como “día nacional del comunicador y la comunicadora”

 

Juan Díaz Bordenave es seguidor de San Francisco. Construyó una capillita a San Francisco de Asís en su “Quinta Namichâi” de Altos, donde se encuentran sus cenizas.

 

Una comunicación para revolucionar la vida

 

La comunicación como relación, para el desarrollo, para el cambio social y buen vivir tiene una fuerte carga política. Por esa razón los propietarios de medios de comunicación y dirigentes de gremios del agronegocio no podrán reconocer a Juan, ni por cortesía, tal como actuaron con él en vida. Estos son sostenedores de una sociedad dominada y configurada por el capitalismo.

 

Las propuestas comunicacionales y de proyecto de vida de Juan son profundamente interpelantes, rupturistas y revolucionarias. No se puede vivir el mundo de la comunicación pasivamente ante tantas desigualdades. Por otro lado, la gente común, necesitada y la ciudadanía comprometida con una transformación social entienden y comulgan con Juan y sus amigos. Este paradigma comunicacional y proyecto de vida individual y colectiva están muy vigentes, con las mismas u otras denominaciones, pero tienen una matriz liberadora, como el sueño de los pueblos latinoamericanos.

 

[1] www.abc.com.py/

 

[2] Díaz Bordenave, Juan. Aportes a la Comunicación para el Desarrollo. 2011. Asunciòn. SICOM/ILCD. Ed. Arandurâ, p. 17

 

Artículo publicado originalmente en el sitio JOAJU

 

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