Por: María Rosa Lorbes*
Recordemos siempre sus nombres. Inti Sotelo y Jack Bryan Pintado pasarán a la historia de la lucha por la democracia en el Perú. A todos los peruanos nos toca trabajar y luchar para que sus muertes no hayan sido en vano. Junto a ellos hay a la fecha 114 heridos y 41 desaparecidos, según la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos.
Los peruanos no podremos olvidar jamás lo ocurrido en nuestro país el 9 de noviembre, cuando un Congreso en el que existen varios congresistas con pasados poco “claros” planteó por segunda vez la moción de vacancia del entonces presidente Martín Vizcarra. Con extraordinaria celeridad y por mayoría calificada se definió que el señor Vizcarra tenía “Incapacidad moral permanente “, por lo que debía abandonar la presidencia. Y, de inmediato, conforme a lo establecido para esas situaciones, el presidente del Congreso, el señor Manuel Merino, precisamente el promotor de la moción de vacancia, se puso la banda presidencial.
La ciudadanía, aquejada por la pobreza y la pandemia y que, además, había venido gestando en los últimos años un rechazo muy profundo a la corrupción enquistada en las instituciones del Estado, percibió lo ocurrido como un engaño de los políticos buscando intereses subalternos, reaccionó de inmediato y se lanzó a las calles. En todos los rincones del país se sucedieron manifestaciones multitudinarias y pacíficas de ciudadanos, sobre todo jóvenes. Podría decirse que desde el 9 de noviembre hasta el 14, la movilización fue de tal magnitud que no se recordaba una igual en los últimos 20 años. Lamentablemente el nuevo gobierno dejó en manos de la policía el manejo de la situación, quien señaló que las marchas estaban infiltradas por antiguos terroristas y desencadenaron una represión innecesaria y brutal, cuyo saldo de dos fallecidos (Inti y Bryan) , conocido el 14 de noviembre enardeció más aún a la ciudadanía que siguió en las calles protestando y pidiendo la renuncia del presidente Merino, al que consideran responsable de todo lo ocurrido desde la vacancia del 9 de noviembre. Hoy 15 de noviembre el señor Merino renunció a la presidencia y 8 horas después el Congreso no logra ponerse de acuerdo para elegir a su sucesor. El país está acéfalo y la población movilizada
Un pueblo que quiere resucitar
Ante esta situación Monseñor Carlos Castillo, arzobispo de Lima, manifestó que se necesita que las autoridades atiendan el sentir de los peruanos y rectifiquen los errores para encontrar una solución al reclamo de la población. “Si se quiere hacer algo, se tiene que retroceder en varias cosas. Una de ellas es la represión…”.
“El diálogo también tiene sus formas de manifestarse, por eso es que la indignación que está manifestando la gente debe saber escucharse con nitidez y sinceridad, no modificar la intencionalidad, es cierto que la gente debe estar asediada por la pandemia, pero el problema no es ese. La protesta de los jóvenes la mueve la conciencia democrática y la defensa de la democracia. Por eso una verdadera salida tiene que ser una propuesta de todos, pero sobre todo escuchando el sentir, la inspiración y la profunda visión que se esconde detrás de estas manifestaciones, que es la de un pueblo que quiere resucitar”, recalcó.
Diálogo y escuchar la voz del pueblo
Ante esta situación, el presidente de la Conferencia Episcopal Nacional (CEP), Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, dio a conocer un mensaje que comienza con un versículo del libro del Éxodo: “He visto el dolor de mi pueblo, he oído su clamor, conozco su sufrimiento” (Ex 3, 7). “El Perú”, dice Cabrejos, “se encuentra actualmente inmerso en una grave crisis política, institucional y sanitaria”, en un clima de “desconfianza, incertidumbre e inseguridad” que perjudica a la población y su desarrollo. Lo que se necesita, por lo tanto, es “escuchar el clamor de la gente para recuperar la confianza, la calma y la paz social”. Pero para ello, “es esencial un esfuerzo de diálogo social que sea profundo, amplio y que busque soluciones alternativas al conflicto”.
Por ello, el Presidente de la CEP invita a todos los peruanos a “velar por el orden constitucional”, mientras que se insta al propio Tribunal Constitucional a pronunciarse “de manera clara y convincente” y “a la mayor brevedad posible” sobre la legitimidad o no de la decisión del Congreso. Al mismo tiempo, el Presidente del CEP insta a “continuar y promover la lucha contra todas las caras de la corrupción”, lo cual es sumamente “urgente”.
La sociedad tiene una palabra que decir
El cardenal Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo, señaló: “estoy verdaderamente impactado por la cantidad de gente que está saliendo a las calles en todas las ciudades del Perú. Y esto está manifestando la indignación de la sociedad (…) la sociedad tiene una palabra que decir. En este momento tenemos que invocar a la serenidad. A la calma, y a las mismas autoridades para que escuchen el clamor del pueblo (…) a la policía nacional que no caiga en la provocación, porque la movilización es un derecho constitucional y hay que resguardar, siempre y cuando las manifestaciones sean pacíficas”.
* Educadora y comunicadora especializada en Iglesia y derechos humanos. Directora de IFES-CEP y miembro de SIGNIS, Perú
Fuente: Observatorio IFES-CEP