Meditar por unos momentos esta petición inicial, buscar la calma interior para entrar en este momento de conversión desde la Amazonía por las aguas
de la sinodalidad, al servicio del Pueblo de Dios y sus pueblos y comunidades, y para escuchar el llamado de Dios a través de su Palabra Viva.
Fragmento de una lectura del día
(cada uno es invitado a profundizar en las lecturas completas según su propia necesidad y criterio) Así habla el Señor: Si eliminas de ti todos los yugos, el gesto amenazador y la palabra maligna; si ofreces tu pan al hambriento y sacias al que vive en la penuria, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía.
El Señor te guiará incesantemente, te saciará en los ardores del desierto y llenará tus huesos de vigor; tú serás como un jardín bien regado, como una
vertiente de agua, cuyas aguas nunca se agotan.
Reconstruirás las ruinas antiguas, restaurarás los cimientos seculares, y te llamarán “Reparador de brechas”, “Restaurador de moradas en ruinas”.
Si dejas de pisotear el sábado, de hacer tus negocios en mi día santo; si llamas al sábado “Delicioso” y al día santo del Señor “Honorable”; si lo honras absteniéndote de traficar, de entregarte a tus negocios y de hablar ociosamente, entonces te deleitarás en el Señor; yo te haré cabalgar sobre las alturas del país y te alimentaré con la herencia de tu padre Jacob, porque ha hablado la boca del Señor.
(Isaías 58,9b-14)
Reflexión desde la perspectiva del proceso sinodal amazónico
Amenazar nos aleja de Dios y del hermano. Frente a eso, la propuesta es preocuparse con el hambriento y el que vive en la penuria. Cerca y lejos de cada uno de nosotros, nos encontramos cada día con mujeres y hombres, de todas las edades, que esperan nuestra mano amiga. Ese es el mejor camino para descubrir la Luz, para que ella ilumine nuestra vida, tantas veces llena de oscuridad.
Cuántas veces vemos todo, inclusive las personas, desde la perspectiva del lucro, de querer saciar nuestros deseos. Eso provoca ataques contra aquellos que deberían recibir cuidados, inclusive contra la Casa Común, contra la Madre Tierra, nuestra fuente de vida, que los pueblos originarios tan bien han sabido conservar y con la que no osarían negociar.
Descubrir la dimensión sagrada de lo que nos rodea, también es camino de conversión, pues en esa actitud descubrimos la presencia de ese Dios que siempre está a nuestro lado y que, a través de su Palabra, nos propone un camino a seguir, el camino del cuidado de la vida.
Contemplación
Contemplemos la imagen de este día y dediquemos un momento a reconocer nuestra propia vida y experiencia en la Iglesia y al servicio de la Amazonía para pedir luz en esta Palabra de Dios y así traer de vuelta todo lo vivido. Escribir mis peticiones particulares y permanecer en ellas durante este día. Hacemos una invitación a llevar un registro de todo lo que el Espíritu suscite en nosotros como preparación interior para poder asimilar mejor el proceso sinodal.
Cita para meditación de cierre (Querida Amazonía, 7)
“Sueño con una Amazonía que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, de los últimos, donde su voz sea escuchada y su dignidad sea promovida”.
Día 4
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