La educomunicación para el buen vivir

Durante los últimos años el Centro de Educomunicación San Viator viene profundizando su experiencia en una pedagogía y metodología Educomunicativa y también un enfoque que es el buen vivir / buen convivir. Algunas reflexiones que surgen desde mi experiencia de intervención con niños, niñas y adolescentes van en torno a la relación de estos dos conceptos que se refuerzan e interactúan constantemente. Podemos empezar por hablar de la comunicación como un elemento que construye, de-construye y reconstruye, es decir, la comunicación ya no es solo un  saber técnico sino que es una disciplina que se va reinventando y que se encuentra atenta a los cambios sociales. Sandra Masonni nos habla de la comunicación estratégica, la cual se va definiendo como fluida y compleja, fluida en tanto no se desentiende del acoplamiento de la realidad y compleja ya que es una comunicación muldimensional.

Su integración con la educación -la educomunicación- propone una intervención Educomunicación teórico práctico que busca la democratización de los medios y de la sociedad. En este sentido San Viator confía en un proceso de acompañamiento en la cual los JAN’s (Jóvenes, adolescentes, niños y niñas) son sujetos activos y diversos que van construyendo aprendizajes desde sus propias vivencias. El buen vivir/bien convivir desde hace algunos años es un término muy usado, impulsado y debatido por organizaciones sociales de iglesia y otros. San Viator entiende que el Buen Vivir es la vida misma, una vida en armonía que hace parte en todos los sentidos de la plenitud, en esa plenitud que no busca la acumulación, que no fortalece un individualismo egoísta, sino que valora a las personas y que busca lo digno y suficiente para vivir. Como dice Adalid Contreras “es una respuesta a la deshumanización provocada por el capitalismo, el neocolonialismo, la depredación de la naturaleza y el desarrollo como crecimiento económico”. Es una nueva propuesta de ecología natural y social: promueve la armonía con la naturaleza y entre los pueblos.

Algunos elementos del Buen Vivir que hemos logrado reflexionar desde nuestra experiencia:

Saber escuchar: Cada persona trae sus propios saberes y hay que reconocer las diferencias. La escucha se da entre los participantes y también de quienes acompañan. Es importante tomar acciones tan sencillas como el llamarnos por nuestro nombre y un trato más cercano para que los niños y niñas puedan acercarse y expresar sin temor lo que sienten y lo que piensan. Se trata también de respeto, de aprender a decir “mi palabra” sin temores ni represiones pero considerando que lo que digo puede provocar reacciones en las otras personas.

Reflexión activa y crítica: San Viator promueve una reflexión constante que permite que los niños y niñas puedan ser conscientes de sus acciones y también que puedan darle valor a su palabra a través de sus actos. La flexibilidad en la conducción de las sesiones permite estar atentas y actuar conscientemente frente a las necesidades e inquietudes del grupo.

Saber de lo que se habla: Inicialmente se trata de expresar lo que sentimos, pensamos, no necesariamente desde una reflexión grupal. Toda reflexión inicia de lo personal que se comparte en grupo desde una experiencia de libertad para expresarse, ello ofrece una motivación sobre el tema a tratar y la participación: ¿Qué queremos?  ¿Qué nos gustaría que sea diferente?

* Coordinadora