Ciudad del Vaticano.- Durante el encuentro diario con los periodistas que cubren el desarrollo del Sínodo Panamazónico, varios participantes de la Asamblea sinodal comentaron sobre temas como la migración, el papel de la mujer en las comunidades de la Amazonía y las posibles adaptaciones de los ritos litúrgicos en la Región de Panamazónica”. Según expresó el Obispo Vicario Apostólico de Pando (Bolivia), Monseñor Eugenio Coter, las comunidades amazónicas y los representantes de los pueblos indígenas ven en el compromiso de la Iglesia y en el Sínodo “un signo de esperanza”, “un momento de luz”.
La Asamblea Sinodal, dijo, es un caminar juntos: “Somos parte de una Iglesia más grande y podemos afrontar los desafíos con la fuerza de la comunión”. Sobre la cuestión de los “viri probati”, es decir, sobre la propuesta de ordenación sacerdotal de los adultos casados, Monseñor Coter afirmó que, en el Aula Sinodal “el tema de la sacramentalidad se sigue hablando cada día”. “Hay que preguntarse cómo se puede ayudar a reflexionar para dar respuestas concretas a las necesidades de estas comunidades”. “Nos preguntamos cómo formar a las personas para que puedan llegar a las comunidades más alejadas”.
Migraciones
Entre los diversos desafíos que la Iglesia tiene que enfrentar en la Región Panamazónica, se encuentran también los relacionados con el tema de la migración. En los últimos años, de hecho, la Amazonía se ha visto afectada por varios e importantes flujos migratorios. El Padre Sidney Dornelas, Director del Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos, destacó que muchos inmigrantes de Haití llegaron a esta región después del terrible terremoto que devastó su país. Desde 2017, miles y miles de migrantes también han llegado de Venezuela. Se trata de grandes flujos de personas que cruzan el Amazonas. Pero también hay muchos que permanecen en la región. La Iglesia, explicó el Padre Sidney Dornelas, debe trabajar en red, incluso con instituciones, para satisfacer las necesidades de los migrantes. Necesitamos tener una atención y preparación específica, añadió, para las personas que vienen de otros países y a menudo de contextos que ni siquiera son panamazónicos.
Una Iglesia con rostro amazónico
La Iglesia de la Amazonía es una Iglesia en la que se entrecruzan pueblos, culturas y compromisos misioneros. Monseñor Rafael Alfonso Escudero López-Brea, Obispo prelado de Moyobamba (Perú), expresó una esperanza particular: la Iglesia, dijo, pronto tendrá un rostro amazónico con obispos, sacerdotes y religiosos amazónicos. Después de todos los pasos dados en el trabajo de evangelización con misioneros de Europa y de Occidente, se debe promover también la formación de un clero indígena.
El papel de la mujer en la Amazonia
El compromiso de las mujeres en las comunidades de América Latina y la Amazonía fue el centro de la intervención de Marcia María de Oliveira, estudiosa de las culturas amazónicas y experta en la historia de la Iglesia en la Amazonía. La presencia de las mujeres, subrayó, es preciosa: “Las mujeres pueden enseñar mucho sobre ecología integral con respecto a la participación en la comunidad, a través del trabajo y el cuidado de los niños. En algunas comunidades las mujeres son líderes religiosas, se ocupan del cuidado y la salud de su comunidad.” Su compromiso, subrayó Marcia María de Oliveira, debe ser reconocido y valorado.
Rito litúrgico en la Amazonía
Entre los aspectos tratados por el Sínodo, hay también cuestiones relacionadas con la liturgia. No se está pidiendo, dijo Monseñor Rafael Alfonso Escudero López-Brea, un rito litúrgico diferente. La Iglesia, recordó, recibió del Señor y de los Apóstoles la enseñanza esencial que luego, posteriormente, se desarrolló con ritos complementarios. Durante la Asamblea Sinodal, dijo el Prelado, se habló de la posibilidad de introducir en la celebración símbolos o ritos que no influyan en lo esencial. Se trata de comprender las especificidades de cada pueblo o grupo. En la liturgia latina, recordó Monseñor Eugenio Coter, por ejemplo, el incienso se utiliza como signo de la presencia de Dios. En la cultura de algunos grupos indígenas el incienso expresa, en cambio, el ascenso al cielo. Luego se usa en las oraciones de los fieles para indicar que las oraciones suben al Padre. Por esta razón, concluyó el Prelado, que entre las propuestas que surgieron durante los trabajaos del Sínodo, estaba la de “crear comisiones que trabajen sobre el método para dar también un rostro amazónico a la liturgia”.
Fuente: Vatican News
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