Petición permanente por el Sínodo Amazónico al inicio de cada día:
“Que el Dios de la vida y la belleza, el Espíritu Santo que nos impulsa hacia más fraternidad, unidad y dignidad, y el Cristo encarnado de la Buena Nueva, y de la inculturación y la interculturalidad nos den la serenidad, el discernimiento y la valentía para encontrar los nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral en este Sínodo Amazónico. Todo ello para el bien y la vida de sus pueblos y comunidades, y para caminar más juntos por el Reino”. Meditar por unos momentos esta petición inicial, buscar la calma interior para entrar en este momento de navegar por las aguas de la Amazonía y de la vida de la Iglesia al servicio de sus pueblos y comunidades, y para escuchar el llamado de Dios a través de su palabra viva.
Lectura del día -Fragmento- (cada uno y cada uno es invitado a profundizar en la lectura completa según su propia necesidad y criterio):
“En aquel tiempo, Jesús andaba recorriendo pueblos y aldeas, proclamando la buena noticia del reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres a quienes había liberado de espíritus malignos y de otras enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que Jesús había hecho salir siete demonios; Juana, la mujer de Cusa, administrador de Herodes; Susana y muchas otras. Todas ellas ayudaban con sus propios recursos a Jesús y sus discípulos” Lucas 8, 1-3
Reflexión desde la perspectiva del Sínodo Amazónico:
Este Sínodo es una ocasión para reconocer cómo Jesús valoraba profundamente a las mujeres, su camino lo hizo siempre acompañado por ellas también, y en esta lectura se afirma el papel fundamental de estas discípulas. Una de las que acompañó a Jesús en su última hora en la tierra, y la primera que atestiguó Su resurrección fue María Magdalena, y de hecho, el Papa Francisco la ha elevado a la calidad de apóstol de los apóstoles. Es decir, esto reafirma la necesidad imperante e irrenunciable de toda la Iglesia, y la sociedad en general, de reconocer, reafirmar y reivindicar el papel de la mujer. Mucho más en la Amazonía donde se evidencia la misión indispensable e insustituible que tienen las mujeres. En la Amazonía el futuro de la Iglesia depende en gran medida de la continuidad y fuerza de la presencia femenina. Por lo tanto, urge a la Iglesia identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeña en la Iglesia Amazónica (IL 129 a3). Esto será un bello signo de recuperar el testimonio del propio Jesús y un acto de justicia.
Contemplación
Contemplemos la imagen de este día y dediquemos un momento a reconocer nuestra propia vida y experiencia en la Iglesia y al servicio de la Amazonía para pedir luz en esta palabra de Dios en preparación del Sínodo. Escribir mis peticiones particulares y permanecer en ellas durante este día. Hacemos una invitación a llevar un registro de todo lo que el Espíritu suscite en nosotros como preparación interior para el Sínodo AMAZÓNICO.
Cita para meditación de cierre:
EVANGELII GAUDIUM. No. 104
Las reivindicaciones de los legítimos derechos de las mujeres, a partir de la firme convicción de que varón y mujer tienen la misma dignidad, plantean a la Iglesia profundas preguntas que la desafían y que no se pueden eludir superficialmente.
Día 25: Soy el agua, la sabiduría, soy madre y abuela.