Monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de Istmina- Tadó, ha denunciado la cruda situación ante el aumento de la violencia en esta región del pacífico colombiano, especialmente en las comunidades del municipio del Medio San Juan, por los enfrentamientos entre los grupos armados por el control de la zona.
El prelado señaló que “el Sacerdote Delegado de la Pastoral Social de la diócesis, estuvo en la zona acompañando a las comunidades y entregando unas ayudas humanitarias y se percató que es inminente el enfrentamiento entre las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN)”.
Esto ha generado el desplazamiento de miles de personas y abandono de estas regiones. “La última comunidad en desplazarse ha sido Isla de Cruz, que de comunidad receptora pasó a ser comunidad desplazada”, agregó.
Por ello hizo un llamado a estos grupos al margen de la ley a actuar conforme al derecho internacional humanitario “cuyas normas deben ser de obligatorio cumplimiento por los distintos grupos armados de oposición, evitando, entre otras cosas, involucrar a la población civil en situaciones en las que se ponga en riesgo la vida de las personas”.
Seguir apostando a la paz
“Seguimos apostándole al Pacto por la vida y por la paz, y al Acuerdo Humanitario Ya, para nuestras comunidades del Chocó. Todos los que, con amor y sacrificio, trabajan por la paz según los dictámenes del Evangelio y las orientaciones de la Iglesia, tendrán nuestro decidido y oportuno apoyo”, acotó.
Monseñor Álvarez ha expresado la cercanía de la Iglesia ante “las acciones que, autoridades municipales, departamentales, gubernamentales y organzaciones nacionales e internacionales vienen emprendiendo en beneficio de las comunidades”.
Lanzó un SOS a la comunidad internacional como a todos los colombianos de buena voluntad ayudar a las comunidades afectadas. Inclusive “estamos culminando la Semana por la paz bajo la consigna Verdad que podemos, por eso considera que “podemos alcanzar la paz, luchando por la justicia en una búsqueda incansable por la verdad”.
“Oremos por la paz y tengamos gestos concretos de paz; seamos, con verdad y justicia, artesanos de la paz”, indicó.
“Ánimo, hermanito”
“Ánimo, hermanito estamos con usted y su comunidad”. Así ha dicho Monseñor Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia de Obispos de Colombia, en solidaridad con el obispo de Istmina-Tadó.
Monseñor Rueda ha enviado un saludo solidario para esta Iglesia particular sobre todo ante el clamor de sus pobladores por la vida y por un acuerdo humanitario: “Se plasma en esa cata suya, de sucesor de los apóstoles, el sufrimiento como pastor, que recoge la aflicción de un pueblo azotado por los grupos armados al margen de la ley”.
Además –asegura el prelado– por el abandono estatal y por todo aquello que produce desplazamiento, miedo, angustia, muerte y pobreza en medio de las comunidades del Chocó, territorios que les pertenece a los afro, campesinos, indígenas y a los más pobres”.
El alto jerarca de la Iglesia colombiana se solidariza ante el sufrimiento que padecen las comunidades en el Chocó, pone sus oraciones para que “el Señor conceda la única y verdadera paz, que es la paz del reino de Dios, la paz del Hijo y de Dios Padre. Anímo hermanito estamos con usted y su comunidad”.
Redacción: Ángel Alberto Morillo, corresponsal de SIGNIS ALC en Colombia