El Colectivo audiovisual Mundurukú Daje Kapap Eypi, conformado por jóvenes de esta etnia indígena de la amazonía brasileña, utiliza una estrategia comunicacional en redes sociales para denunciar y expulsar a madereros y buscadores de oro en su territorio. ‘Nadie cree solo en lo que dice la gente, solo cree cuando ve’, apuntan, tras reconocer que la lucha se volvió aún más arriesgada durante el gobierno de Bolsonaro.
Así se destaca en un reportaje escrito por Joana Moncau y Elpida Nikou, publicado por el portal reporterbrasil.org.br, en el que se da cuenta que las jóvenes comunicadoras mundurukú tienen como armas una cámara, dron, celular y redes sociales para dar a conocer las denuncias de los indígenas más allá de las márgenes del río Tapajós.
Amenazas en cámara
El reportaje apunta que la misión de colectivo de comunicación es registrar en acción a los invasores que operan en esta zona tan codiciada por las grandes mineras o los ladrones de maderas duras.
Revelan que con el ascenso de la extrema derecha en 2018 y el discurso antiindígena del actual gobierno, aumentó la inseguridad de enfrentar a los invasores. “Nos vamos y no sabemos si volveremos”, explica Rilcelia. “Es muy arriesgado para nosotros. Se sienten muy seguros porque dicen que Bolsonaro está de su lado y que nosotros no somos nada”.
Ahora con más experiencia, Aldira recuerda la angustia de encontrarse cara a cara con un grupo de madereros por primera vez: “Tenía miedo, pero armé coraje”.
Las imágenes grabadas por el colectivo muestran el fuego consumiendo la balsa que los madereros utilizaban para transportar los troncos robados. Fue el único equipo destruido por los indígenas en esa inspección de 2019. “Fue un miedo que sentí, pero lo logramos. No peleábamos con nadie, sabíamos dialogar, porque ahí estábamos en nuestro derecho”, dice Aldira. Los indígenas dieron tres días a los invasores para sacar equipos y camiones del área.
En las escenas grabadas, un círculo de guerreros munduruku celebra la victoria. Sin embargo, dos años después, mientras ve las imágenes que grabaron, Beka afirma que los madereros invadieron nuevamente la misma zona. “Todos estaban felices, pero ha pasado un tiempo y están ahí de nuevo, son otras personas, pero están ahí”.
Minería contaminando ríos y personas
Además de enfrentar robos de madera, TI Sawré Muybu vive bajo otra amenaza constante: los mineros. La TI está ubicada entre Itaituba y Jacareacanga, dos ciudades polo de la minería ilegal de oro y escenario de un fuerte cabildeo, según informó Repórter Brasil. El impacto de esta actividad ilegal aún no es tan grave como en otros territorios de la etnia, como los Munduruku TI, donde una encuesta del Instituto Socioambiental (ISA) mostró que entre 2019 y 2020 hubo un aumento del 363% en el área degradada por la minería.
La lucha de resistencia, también registrada por el colectivo, arrojó victorias como la del año pasado. Luego de una campaña del pueblo Mundurukú con el apoyo de organizaciones indígenas brasileñas e internacionales, la multinacional minera Anglo American se comprometió a retirar 27 solicitudes mineras aprobadas por la ANM que se superponían a tierras indígenas en Brasil, 13 de las cuales en la Tierra Indígena Sawré Muybu.
Según estudio, todos los indígenas de las tres aldeas analizadas de la TI Sawré Muybu están ingiriendo una cantidad de mercurio hasta 18 veces superior al límite de seguridad.
Fuente: reporterbrasil.org.br/
