Según un reciente estudio realizado por el Instituto de Investigaciones Espaciales (Inpe), la deforestación en la mayor selva tropical del planeta se encuentra fuera de control. La alerta se enciende al conocerse que entre el 1 y el 31 de enero de 2022 se ha deforestado un total de 430 km², lo que significa un aumento de más del 418% en comparación con enero de 2021.
El informe publicado por Greenpeace Brasil, el 12 de febrero de 2022, advierte que las alertas de deforestación se concentran principalmente en los estados de Mato Grosso, Rondônia y Pará.
Para la vocera de Amazônia, Greenpeace Brasil, Cristiane Mazzetti, los “estímulos a la deforestación han sido tan evidentes que incluso en enero, cuando la deforestación suele ser menor por la época de lluvias en la Amazonía, la destrucción se ha disparado”.
Según alerta, “este es un momento dorado para quienes deforestan y/o roban tierras públicas, ya que hay una falta deliberada de fiscalización ambiental y expectativas de cambios en la legislación para regularizar la invasión de tierras públicas”.
El análisis de Greenpeace Brasil apunta que el 22,5% del área con alertas de deforestación entre el 1 y el 21 de enero de este año se concentró en bosques públicos no destinados, blanco frecuente del acaparamiento de tierras. Al mismo tiempo, el Senado discute dos preocupantes propuestas de ley que apuntan a regularizar el acaparamiento de tierras.
La deforestación en Brasil es perjudicial para el clima y la economía brasileña. “Mientras más deforestación, mayor es la contribución del país a la ocurrencia de extremos climáticos, como fuertes lluvias que afectan drásticamente la vida de miles de brasileños. Además, el desprecio del gobierno por los bosques y el clima, mostrado en los datos de enero, va en contra de las señales que han dado los mercados de consumo y las entidades internacionales, exigiendo cada vez más el control de la deforestación”, agrega Mazzetti.
Como ejemplo, la Unión Europea ha discutido una legislación que prohíbe la importación de productos de áreas deforestadas, mientras que la falta de medidas para contener la deforestación puede usarse para impedir que Brasil ingrese a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Fuente: Revista IHU On Line
