Patricia Sánchez*.- Los comunicadores cumplen una valiosa labor en las sociedades modernas: contribuyen al acceso del público a la información y garantizan que esta sea objetiva y veraz, permitiendo así que se ejerza plenamente la libertad de expresión.
Es por ello, que una sociedad inclusiva busca fortalecer esta labor para que los ciudadanos puedan tomar mejores decisiones, apoyando la participación y los controles sociales necesarios en el desarrollo democrático.
Sobre el ejercicio profesional, la pluralidad con la que un comunicador actúa es la base para que su profesión sea respetada, tanto por el ciudadano de a pie como por los organismos estatales y demás agentes sociales. En este aspecto, el rol de los medios de comunicación, como transmisores y soporte de esta relación, es muy importante.
Se requiere que los medios comprendan que su rol es la transmisión objetiva de la comunicación, sin manipulación ni presiones, poniéndose al servicio de una sociedad y siendo dignos de su confianza. Un ejemplo son las radios comunitarias, que apoyan el desarrollo social permitiendo el encuentro de ideas y de posturas, así como tratar temas realmente coyunturales en sus zonas de influencia.
Se requiere que los medios comprendan que su rol es la transmisión objetiva de la comunicación, sin manipulación ni presiones, poniéndose al servicio de una sociedad y siendo dignos de su confianza.
El periodismo tiene como fin último la búsqueda del bien común y en esa búsqueda pensar en los medios solamente como espacios de transmisión de hechos genera una pérdida de oportunidad no solo para el periodismo y las empresas periodísticas, sino también para el componente social en su conjunto.
Es por ello, que el periodismo no solo debe asegurar un contenido crítico, con investigación relevante, consciente de su rol, sino también debe asegurar que dicho contenido pueda ser expuesto, comentado, analizado, y apropiado para la audiencia. De esta manera, se garantiza la contribución del periodismo a la mejora de las sociedades democráticas, ya que inicia, modela o contribuye a la discusión de los temas relevantes y su acceso, generando así espíritu crítico.
Banalizar el contenido periodístico solo por lograr cuotas de visibilidad genera que la audiencia desprestigie la razón de ser del periodismo y vea que esta función pueda ser cubierta por cualquier persona, sin mayor profesionalización, sometiendo finalmente a esa misma audiencia a un círculo vicioso de desinformación con la posterior pérdida de capacidad para generar argumentos, posiciones y ni qué decir de conocimiento sobre su realidad o lo que esta significa. En este escenario todos perdemos.
La libertad de expresión incluye no sólo la potestad de todos los seres humano para expresar su sentir o parecer, sino también incluye el derecho “(…) de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. Visto de esta forma, el uso inadecuado e intrascendente de los medios con seudo notas informativas o periodísticas, constituye un flagrante agravio a un derecho fundamental. Cuando pensemos en la libertad de prensa no solo pensemos en cómo el contexto se enfrenta al periodismo, sino también en cómo desde el periodismo desarrollamos periodismo.
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Publicado originalmente en el sitio web de CONCORTV