Lima, Perú.- Del 5 al 7 de julio, en el auditorio de la Casa de Espiritualidad Hermasie Paget (Av. Belén 245 San Isidro), en Lima, se llevará a cabo el Encuentro Nacional por el Agua, con el objetivo de generar un espacio de debate sobre el acceso y uso del agua de comunidades campesinas, indígenas, centros poblados, autoridades locales, regionales y nacionales, pequeños usuarios, y defensores del agua a nivel nacional.
Este encuentro busca también la visibilización, fortalecimiento de articulaciones, intercambio de experiencias, como parte de un proceso de trabajo por la defensa del agua que vienen realizando comunidades y organizaciones de sociedad civil a lo largo de los últimos años.
Esta cita convoca a ciudadanos, organizaciones vecinales y comunitarias, colectivos ambientalistas, juveniles, culturales, investigadores, organizaciones sociales, instituciones de la sociedad civil, autoridades locales, regionales o nacionales.
A fines del 2016, 17 regiones del Perú fueron declaradas en “emergencia hídrica” por la falta de lluvias. La sequía afectaba a los agricultores y a las ciudades, que sufrían día a día la escasez de agua. Por ejemplo, la represa Cuchoquesera en Ayacucho llegó a tener apenas el 3.3% de su capacidad total que es de 80 millones de metros cúbicos.
Pero sólo unas semanas después el país sufrió la peor temporada de lluvias en muchos años. Más de 100 personas murieron, casi 200 mil resultaron damnificadas, unas 20 mil viviendas quedaron dañadas, y se perdieron decenas de miles de hectáreas de cultivo y cientos de kilómetros de carreteras.
Este violento paso de sequías a inundaciones es un adelanto de lo que se va a empezar a sufrir a raíz del cambio climático, que – como preveían las investigaciones científicas- hace que los fenómenos climáticos extremos sean cada vez más frecuentes y más intensos.
El cambio climático, causado por la contaminación global y la depredación de los ecosistemas, obliga a que la población se prepare para un contexto en el que, por un lado, la provisión regular de agua será cada vez más incierta; y por otro los desastres climáticos serán cada vez más frecuentes.
Cerca de la mitad de los conflictos socioambientales en el país tienen que ver con el agua. En uncontexto de cada vez mayor incertidumbre y menor disponibilidad de este recurso vital, estos conflictos serán más comunes.
Según la Defensoría del Pueblo, el 62% de los conflictos por recursos hídricos se deben a la superposición de usos de agua entre la actividad minera y la agricultura. Otros conflictos tienen que ver con megaproyectos de irrigación que afectan el uso de agua por parte de localidades ubicadas en las partes altas y medias de la cuenca, así como por la disputa entre agroexportadores y pequeños campesinos. Los usos agrarios, agrícolas, industriales, extractivos, entre otros, se superponen con escasa planificación y visión de mediano y largo plazo.
El Perú no cuenta con suficiente información actualizada sobre los usos del agua. La principal información que existe corresponde a datos que se tomaron en el año 1979 y fueron publicados por la Oficina Nacional de Evaluación de Recursos Hídricos (ONERN) en el año 1984.
Son datos de casi 40 años de antigüedad, y en ese lapso ha crecido tanto la población como la producción de sectores como el minero, industrial y agroexportador.
Desde entonces, se cuenta con información y modelamientos para algunas cuencas, pero no se tiene –o en todo caso el Estado no ha hecho público-un estudio actualizado de balance hídrico nacional con el nivel de profundidad y alcance que necesitamos para una óptima gestión del agua.
El agua no sale del caño. Los gobiernos suelen priorizar el acceso urbano al agua potable, lo que sí es muy importante. Pero necesitamos mirar río arriba, cuidar y defender nuestras fuentes de agua.
Frente a esta problemática, hay mucha gente luchando por defender el agua en sus territorios, en el campo y en las ciudades. Por ello es importante participar en el Encuentro Nacional por el Agua el 5, 6 y 7 de julio.
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