Por Virginia Bonard, desde Buenos Aires, Argentina
Quilmes.- El padre Jorge “Chicho” Cloro es un hombre de hablar tranquilo, pausado. Tan tranquilo y pausado como firme en sus convicciones de acompañar el camino difícil de la recuperación de los jóvenes víctimas del consumo de drogas en su barrio, I.A.P.I. (Instituto Argentino de Promoción de Intercambio) ubicado en Bernal Oeste, Quilmes, provincia de Buenos Aires, Argentina. Por esta dedicación que lleva adelante también junto a un pastor evangélico, fue el mismo padre Chicho quien hizo públicas en su página de Facebook las amenazas que recibió de modo muy concreto el pasado 29 de agosto.
El portal Tierras de América lo relata así: “Dos personas en moto interceptaron a un colaborador de la parroquia para que le transmitiera un mensaje intimidatorio. Concretamente, le dijeron que no ‘se meta con la calle’ –que en la jerga significa que no interfiera con los que venden y los que compran– y que ‘solo haga misa’. Para que quedara bien claro que no debía subestimar el asunto, a las palabras siguieron los hechos. Ese mismo día cortaron con una navaja tres de los cuatro neumáticos del automóvil que usa diariamente para trasladarse, como una pequeña muestra de lo que podría ocurrir”.
Inmediatamente comenzaron a llegarle las muestras de cariño, respeto y solidaridad de quienes lo conocen como sacerdote dedicado a sus comunidades y en especial a los más vulnerables.
En su diócesis de Quilmes realizó una conferencia de prensa junto a su obispo, monseñor Carlos José Tissera, el 31 de agosto. Allí se puso en valor la vida de los jóvenes y que todo empeño resulta poco cuando de cuidar sus vidas se trata: “Nuestra misión es anunciar el evangelio, que es un evangelio de vida y proclama la dignidad del ser humano”, expresó Tissera.
El padre Cloro forma parte de la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia del episcopado argentino, organismo que emitió un comunicado en solidaridad con los amedrentamientos recibidos por el sacerdote, del mismo modo que lo hizo el obispado de Quilmes.
Marcha por la Vida, Verdad, Justicia y Paz
El sábado 16 de septiembre de 2017 por la tarde, se realizó en el Barrio I.A.P.I. la Marcha por la Vida, Verdad, Justicia y Paz, organizada por el padre Jorge Cloro y el pastor evangélico Iván Carrillo. Cientos de vecinos acompañaron la marcha por las calles del barrio que culminó en una encendida de velas en el templo de la parroquia Espíritu Santo y una oración ecuménica.
Según informó la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia, fue el pastor Iván, de la Iglesia Asamblea de Dios, quien guió la oración haciendo a la vez de esta caminata por la Vida un encuentro ecuménico, fruto de la fraternidad cristiana instalada en esta comunidad. Su bendición estuvo centrada en la unidad en Jesús y en el hecho de tener bien claro que son los jóvenes los más importantes en esta tarea.
“La convocatoria fue a las 15 hs y salimos a las 16 hs. La marcha duró dos horas y media y anduvimos alrededor de 27 cuadras. Recorrimos la zona más problemática del barrio. La gente respondió muy bien, muy cariñosa, con mucho apoyo, siempre con la consigna “#NiUnPibeMenosPorLaDroga”, indicó el padre Chicho.
“Varios medios me preguntaron si tengo miedo. Y a todos les respondí lo mismo: el mal al final, por nuestra fe, trajo mucha más luz. Hechos negativos y dolorosos como la amenaza y el atentado terminaron unificando al barrio. Tenemos mayor claridad para seguir eligiendo trabajar para algo que es realmente grave”, explicó el sacerdote que es referente y delegado por la diócesis de Quilmes ante la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones, y párroco de la Parroquia Espíritu Santo.
“Desde el Estado, se necesitan programas sostenidos en el tiempo que tengan una continuidad tanto en recursos financieros como humanos, los necesarios para afrontar íntegramente el problema de las adicciones. Y, por supuesto, la unidad: desde las religiones la unidad tiene que ser total porque todas consideramos sagrada a la persona humana”, indicó el padre Cloro quien también atiende 10 capillas aledañas a su parroquia.
Los jóvenes del continente americano y del mundo entero están expuestos a acceder casi sin obstáculos al consumo de drogas y otras sustancias que generan adicción y nocivas dependencias. La Iglesia tiene un rol primordial en esta lucha para sacar a los “pibes” de estas situaciones que los llevan a codearse con la soledad, las pérdidas y muchas veces la misma muerte. #NiUnPibeMenosPorLaDroga es una frase que resume la decisión de la Iglesia católica argentina de seguir adelante en el trabajo preventivo y de recuperación en materia de adicciones.