Ciudad del Vaticano.- “No caigan en los pecados de la comunicación” fue la recomendación que hizo el papa Francisco a los casi 350 miembros de la Unión de la Prensa periódica italiana y de la Federación Italiana de Semanarios Católicos, a quienes recibió en audiencia, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el mediodía del sábado 16 de diciembre de 2017. En el mensaje, el Pontífice les animó a “proseguir su trabajo con diligencia y confianza”, al tiempo que invitó “a la sociedad civil y a sus instituciones a hacer lo posible para que la industria editorial, mediana y pequeña, pueda desarrollar su cometido insustituible, en defensa de un auténtico pluralismo y dando voz a la riqueza de las diversas comunidades locales y de sus territorios”.

 

Entre los miembros se encontraban los representantes de los semanarios diocesanos inscriptos en la Federación Italiana y que en estos días cumplen cincuenta años. Y de los cuales el Pontífice afirmó que pueden revelarse instrumentos útiles de evangelización, es decir, un espacio en el que la vida diocesana puede expresarse válidamente y los diversos componentes eclesiales logren dialogar fácilmente.

 

Además, durante esta audiencia el Santo Padre les manifestó que su cometido es más bien una misión entre las más importantes en el mundo de hoy porque permite informare correctamente y ofrecer a todos una versión de los hechos que sea lo más adherente posible a la realidad. De ahí que les haya dicho que están llamados a ser accesibles a un vasto público, de manera que actúen una especie de mediación entre los conocimientos a disposición de los especialistas y la concreta posibilidad de una divulgación mayor.

 

Sí, porque como les dijo el Papa Bergoglio, su voz, libre y responsable, es fundamental para el crecimiento de cualquier sociedad que quiera llamarse democrática, siempre que se asegure el continuo intercambio de ideas y un debate proficuo basado en datos reales y correctamente referidos.

 

También, el Papa Francisco señaló que, la sociedad tiene necesidad que el derecho a la información sea escrupulosamente respetado junto al derecho de la dignidad de toda persona humana involucrada en el proceso informativo, sin que nadie sea dañado en ausencia de reales indicios de responsabilidad.

 

“ No es necesario caer en los ‘pecados de la comunicación’: la desinformación – es decir, decir solamente una parte – la calumnia, que es sensacionalista, o la difamación, buscando cosas superadas, viejas, y trayéndolas a luz hoy: son pecados gravísimos, que dañan el corazón de los periodistas y dañan a la gente ”

 

Al concluir este encuentro el Obispo de Roma impartió de corazón su bendición apostólica a todos los presentes y a sus familias con sus felicitaciones por la inminente Navidad, a la vez que les pidió que, por favor, no se olviden de rezar por él.

 

Fuente: vaticannews.va