São Paulo, Brasil.- Según una investigación realizada por el grupo científico Nature Communications, el proceso de calentamiento global podría intensificarse más de lo previsto originalmente si no se frena la deforestación, particularmente en las regiones tropicales del planeta. Así también, el profesor del Instituto de Física de la Universidad de São Paulo (IFUSP), Paulo Artaxo, alertó que “Si continuamos destruyendo los bosques en el ritmo actual-cerca de 7 mil km² al año en el caso de la Amazonia-, dentro de tres o cuatro décadas tendremos una gran pérdida acumulada.
En un reportaje publicado por la Agencia FAPESP se detalla que el trabajo coordinado por la investigadora Catherine Scott, de la Universidad de Leeds (UK), basó el estudio en años de análisis y levantamiento sobre el funcionamiento de los bosques tropicales y templados, los gases emitidos por la vegetación y sus impactos en la regulación del clima. La recolección de informaciones sobre bosques tropicales fue coordinada por Artaxo, en el marco de dos Proyectos Temáticos apoyados por la Fundación de Amparo a la Investigación del Estado de São Paulo – FAPESP: “GoAmazon: interacción de la pluma urbana de Manaos con emisiones biogénicas de la Selva Amazónica” y “Aeroclima: efectos directos e indirectos de aerosoles en el clima de la Amazonia y Pantanal”. Los datos sobre los bosques templados se obtuvieron en Suecia, Finlandia y Rusia, bajo la coordinación de Erik Swietlicki, de la Universidad de Lund (Suecia).
Entendiendo cómo la selva tropical controla la temperatura
“Después de que pudimos regular el modelo para reproducir las condiciones actuales de la atmósfera terrestre y el aumento de la temperatura del planeta ocurrido desde 1850, hicimos una simulación en la que se mantuvo el mismo escenario, pero todos los bosques eran eliminados. El resultado fue una elevación significativa de 0,8 ° C en la temperatura media. Es decir, hoy el planeta estaría en promedio casi 1 ° C más caliente si no hubiera más bosques “, comentó Artaxo.
Los estudios revelaron que la diferencia observada en las simulaciones se debe principalmente a las emisiones de BVOC (compuestos orgánicos volátiles biogénicos) por los bosques tropicales.
“Al ser oxidados, los BVOCs dan origen a partículas de aerosol que enfrian el clima reflejando parte de la radiación solar de vuelta al espacio. Una vez que el bosque es derribado, deja de emitir BVOCs y este enfriamiento deja de existir, llevando a un calentamiento futuro. Este efecto no estaba siendo tomado en cuenta en modelos anteriores “, comentó Artaxo.
Según el investigador, los bosques templados producen VOCs diferentes y con menor capacidad de dar origen a esas partículas enfriadoras.
En el artículo se destaca que actualmente la vegetación cubre un tercio del área continental del planeta – fracción mucho menor que la existente antes de la intervención humana. Las grandes áreas forestales en Europa, Asia, África y América ya han sido derribadas.
“Vale resaltar que no tratamos en este artículo del impacto directo e inmediato de las quemas, como la emisión del carbono negro (considerada un factor importante en el calentamiento global debido a la alta capacidad de esa partícula de absorber la radiación solar). Él existe, pero dura sólo unas semanas. Estamos mirando a efectos a largo plazo en la variación de la temperatura “, afirmó Artaxo.
Según el profesor del IFUSP, la deforestación altera en definitiva la cantidad de aerosoles y de ozono en la atmósfera del planeta, lo que cambia todo el balance radiactivo de la atmósfera.
“A partir de este estudio aumentó la importancia relativa de mantener el bosque en pie. No sólo es urgente detener la destrucción, sino también pensar en políticas de reforestación a gran escala, principalmente en regiones tropicales. De lo contrario, poco va a adelantar el esfuerzo para reducir las emisiones de gases invernadero provenientes de la quema de combustibles fósiles “, dijo Artaxo.
Fuente: Agencia FAPESP