40 días navegando con Laudato Si’ en la Querida Amazonía- Día 20.
Alabando a Dios por el rostro femenino de la creación
Petición de Gracia
Al comienzo de cada día, busco entrar en un clima de oración y rezo:
Señor, en este tiempo favorable para volver el corazón a tus sueños para la humanidad y a todas tus creaturas, te pedimos luz para reflexionar sobre cómo estamos viviendo nuestras relaciones contigo, con las personas, con el mundo que es nuestra casa común y con nosotros mismos. Ayúdanos a redescubrir el sentido de la vida en la alabanza y la contemplación agradecida de la Creación, en la salida de nosotros mismos hacia los que más sufren y se sienten solos, especialmente en estos tiempos de pandemia, y en la construcción de tu reino de justicia y paz, tejiendo redes de solidaridad y fraternidad entre todos los pueblos y culturas de esta inmensa región panamazónica y del mundo entero.
En particular, hoy le pido… (presente su petición personal). Amén.
Escuchando la Palabra que nos guía
Como busca la cierva / corrientes de agua, / así mi alma te busca / a ti, Dios mío. R.Tiene sed de Dios, / del Dios vivo: / ¿cuándo entraré a ver / el rostro de Dios? R.Envía tu luz y tu verdad: / que ellas me guíen / y me conduzcan hasta tu monte santo, / hasta tu morada. R.
Que yo me acerque al altar de Dios, / al Dios de mi alegría; / que te dé gracias al son de la cítara, / Dios, Dios mío. R.
(Sal 41,2-3; Sal 42,3-4)
Reflexionando con Laudato Si’
En este Día Internacional de la Mujer, queremos alabar al “Dios de mi alegría”, como dice el salmo, por la fuerza y el don que son las mujeres en la sociedad y en la Iglesia, como nos recuerda el Papa Francisco, destacando su papel en la evangelización de la Amazonia, donde “hay comunidades que se han sostenido y han transmitido la fe durante mucho tiempo sin que algún sacerdote pasara por allí, aun durante décadas. Esto ocurrió gracias a la presencia de mujeres fuertes y generosas: bautizadoras, catequistas, rezadoras, misioneras, ciertamente llamadas e impulsadas por el Espíritu Santo. Durante siglos las mujeres mantuvieron a la Iglesia en pie en esos lugares con admirable entrega y ardiente fe” (QA, 99).
Que María, “la madre que cuidó a Jesús, ahora cuida con afecto y dolor materno este mundo herido”, interceda por todas las mujeres, víctimas de tantas formas de violencia y prejuicios, ayudándonos a “mirar este mundo con ojos más sabios” (LS, 241).
Avanzando hacia aguas más profundas
Después de un momento de silencio…
A la luz del texto bíblico y de las palabras del Papa Francisco, busco profundizar mi experiencia de encuentro con el Señor, trayendo a mi oración la realidad concreta en la que estoy involucrado, la situación que atraviesa el mundo, la región pan-amazónica, mi ciudad o comunidad, la Iglesia, etc.
Trato de percibir los llamados de cambio que Dios me hace y le pido fuerza para concretarlos, para que mi alabanza a Él se manifieste en obras concretas de compromiso por la vida, en la defensa de nuestra Querida Amazonía, de sus pueblos y de los pobres de la Tierra.
Concluyo con un Padre Nuestro y un Ave María…
Frase para seguir reflexionando en este día
“La sabiduría de los pueblos ancestrales afirma que la madre tierra tiene rostro femenino”.
(Documento Final del Sínodo para la Amazonia, 101)
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