AMARC Uruguay: la riqueza de la comunicación comunitaria
Por Sebastián Sansón Ferrari – SIGNIS Uruguay
“Se definen por su finalidad social y su programación altamente participativa. Estas emisoras tienen como misión democratizar la palabra para democratizar la sociedad”.
Así se presentan los medios de comunicación comunitarios nucleados en AMARC Uruguay, la representación local de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias, existente desde fines de los 90.
Algunos de sus principios votados y aprobados en una asamblea de 2007 son la propiedad colectiva, el carácter de emprendimientos sociales no lucrativos, la independencia y pluralidad.
¿En qué se diferencian de otros actores en el ecosistema mediático? “Así como hay lugar en el espectro para medios de comunicación comerciales y estatales, debe haber espacio para medios de comunicación que no pretenden la ganancia ni el proselitismo, sino la construcción de ciudadanía, el ejercicio de derechos y el cumplimiento de deberes con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la gente”, explican.
Agregan que, entre otros aspectos, se distinguen por representar los intereses de su comunidad, “sea esta una pequeña localidad o un amplio sector social”, que pueden ser “barriales, urbanos o rurales, sindicales o gremiales, étnicos, de género, de una comunidad universitaria o de un grupo de ecologistas, artísticos o deportivos o intereses de los niños y niñas”.
Miguel Dell’Acqua trabaja en Radio Parque 92.1 FM, con sede en el departamento de Rocha. “La primera radio comunitaria es ‘El Puente’ de la Teja (barrio en Montevideo, la capital del país), que nace en 1994 cuando aún carecían de legalidad. La regularización es a partir de 2008”, señala a SIGNIS ALC.
De acuerdo con el último listado, que cumple el artículo 5 de la ley Nº 18.232 de diciembre de 2007 y está a cargo de la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicaciones (URSEC), se registran un total de 171 emisoras reconocidas de manera oficial (en el vocabulario técnico se las denomina “adjudicadas”).
Este relevamiento muestra el total de FM distribuido por frecuencias, las emisoras de FM adjudicadas al Ministerio de Educación y Cultura y coordenadas, las adjudicadas a asociaciones civiles y las que son administradas por el propio organismo.
Por último, incluye el listado de emisoras autorizadas de modo provisional por el marco normativo, hasta tanto recaiga la resolución definitiva del Poder Ejecutivo.
Dell’Acqua sostiene que la AMARC “es una forma de coordinar los esfuerzos y las realidades de los colectivos alrededor del mundo”.
Estas emisoras existen “para llenar los ‘vacíos’ que dejan las comerciales: un lugar donde la sociedad civil (organizada o no) se pueda expresar libremente y gratis, donde podemos descubrir que existen otros sonidos y otras formas de ver la realidad”, agrega.
El comunicador explica que, además de las funciones propias de su espacio de coordinación, el colectivo estuvo activo en el proceso de legalización, reglamentación y puesta en práctica de la Ley de Radios Comunitarias.
También participó en la discusión de la reglamentación de la Ley de Medios, que regula la prestación de servicios de radio, televisión y otros servicios de comunicación audiovisual.
Pese a la pandemia, la actividad no se detuvo. Por el contrario, ha continuado y en varios aspectos se ha readaptado: el 20 de mayo, una fecha importante en Uruguay ya que se realiza anualmente la marcha del silencio en recuerdo de los detenidos desaparecidos durante la dictadura cívico-militar, en condena al terrorismo de Estado y en reclamo de verdad y justicia, donde el capítulo uruguayo de la asociación de radios comunitarias participó en una transmisión colectiva de la primera edición virtual de esta movilización, sumándose a la iniciativa de difusión de la organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos.
En otro orden, el 12 de abril, fecha que desde 2019 celebra el día de la comunicación popular, AMARC extendió un “reconocimiento y saludo a todos estos medios y quienes los construyen a diario. Enorme es su importancia en las sociedades frente a los medios masivos y hegemónicos, como su aporte político en la construcción de otra comunicación, otra información, la pluralidad de voces, que aporta también a procesos de construcción de sensibilidades diversas y divergentes”.
