La triste y difícil realidad que viven las poblaciones de las zonas limítrofes entre Ecuador y Colombia, a causa del narcotráfico y la acción de grupos irregulares armados, ahora son visibles al mundo por los distintos momentos de violencia y terrorismo que se han sucedido desde hace algún tiempo.
Ahora esa realidad nos tocó y afectó fuerte y directamente a todos. El secuestro de Efraín Segarra, Javier Ortega y Paúl Rivas, miembros del equipo periodístico de diario El Comercio, sucedido el pasado lunes 26 de marzo en Mataje, provincia de Esmeraldas, en los límites con Colombia, nos lleva a poner atención y tomar acción.
Por lo que la Comisión Ecuatoriana Justicia y Paz, levanta su voz de protesta por la violencia del secuestro de civiles y expresa su sentimiento de acompañamiento y solidaridad fraterna a los familiares y amigos de Efraín, Javier y Paúl. Y nos sumamos a ‘Nos faltan tres’ (#NosFaltan3).
Jesús al resucitar triunfa sobre la muerte. Durante el triduo pascual, el Papa Francisco señala que “en las tinieblas de nuestra desesperación (…) tu mensaje (Jesús) continúa inspirando, incluso hoy, a tantas personas y pueblos a que sólo el bien puede derrotar al mal y la maldad”.
Entonces, llamamos a recordar y destacar que la libertad es, en el hombre, signo eminente de la imagen divina y, como consecuencia, signo de la sublime dignidad de cada persona humana: «La libertad se ejercita en el derecho natural de ser reconocido como un ser libre y responsable. Todo hombre debe prestar a cada cual el respeto al que éste tiene derecho. El derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad de la persona humana», según el Doctrina Social de la Iglesia.
El primer lunes de Pascua, el Papa Francisco señaló expresamente “que las personas secuestradas o injustamente privadas de libertad sean liberados y regresen a sus hogares” (02/04/2018).
Exigimos a los captores la inmediata liberación de las inocentes víctimas de la ambiciosa y criminal campaña del narcotráfico internacional que muchas veces mediante la seducción del dinero o del miedo logra la implicación de también otras víctimas para que colaboren con sus propósitos inhumanos. Hacemos un llamado a todos los conciudadanos, particularmente a los pobladores de las zonas limítrofes a no caer rendidos a las mafias que con cantos de sirenas pretenden recluirles.
Apoyamos al Gobierno Nacional en su búsqueda de liberar a los cautivos, insistiendo que el Pueblo ecuatoriano con su gobierno EXIGEN al gobierno colombiano asuma responsablemente su obligación de ejercer soberanía y por ende posesión y guarda de la frontera con el Ecuador, no podemos dejar que el territorio colombiano colindante sea tierra de nadie, donde delincuentes de variada índole ejercen su control mediante el terror y la muerte. Somos todos los ecuatorianos y ecuatorianas los que estamos amenazados y con el cautiverio de los tres comunicadores gravemente violentados.
Apoyamos y respaldamos a las Fuerzas Armadas y Policía Nacional en su tarea de defensa de nuestro pueblo, sentimos como nuestra la pérdida de vidas, heridas y mutilaciones de efectivos militares sufridos en días anteriores. Exigimos que las directivas, estrategias y disposiciones sean dadas por personas con la suficiente capacitación profesional, idoneidad axiológica y pericia ganada en el acontecer miliciano, evitando la intromisión de ideologías y visiones partidistas que terminaron debilitando a las propias fuerzas del orden. En esta visión insistimos en la indispensable y exhaustiva investigación de toda la red de narcotráfico, que se puede presumir, está presente en nuestro país, sabemos de otras latitudes, como cual cáncer mortífero, este azote universal ha invadido el poder político, económico, policial, judicial.
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Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de los Observatorios de Política y Eclesial, que reúnen periódicamente a los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.