Por Virginia Bonard. SIGNIS Argentina
El pasado 9 de agosto, por 38 votos contra 31, los senadores argentinos se pronunciaron en contra del proyecto de ley de legalización de aborto. Esta temática venía siendo abordada a nivel global con características casi de batalla mediática; el interés manifestado por la prensa internacional así lo indica y, por supuesto, los medios argentinos lo hicieron con intensidad y claramente marcaron postura.
La noche de 8 de agosto, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli presidió en la Catedral Metropolitana la última misa convocada por todo el episcopado argentino antes de la histórica votación: “la Eucaristía por la vida”.
Al pronunciar estas palabras, la feligresía que colmó el templo estalló en un aplauso. “En esta circunstancia que atraviesa nuestra Patria, también nosotros salgamos al encuentro del Dios de la Vida para exponer nuestro deseo por las dos vidas, la de las madres y los niños por nacer.
Durante meses, en ambas Cámaras Legislativas se escucharon voces a favor y en contra del aborto legal, gratuito y público. Todos tuvieron tiempo para exponer sus puntos de vista y fueron escuchados por los legisladores en un saludable ejercicio de la democracia.
Pero los únicos que no tuvieron oportunidad de hacerse escuchar son los seres humanos que luchan por nacer y entrar al banquete de la vida.” Contundente, Poli subrayó algo clave: los grandes silenciados durante el debate fueron los niños en gestación.
Pasada la contienda legislativa, ACIERA (Alianza Cristiana Iglesias Evangélicas de la República Argentina) convocó a un servicio de culto para el próximo jueves 16 de agosto en acción de gracias: “Convocan a pastores y líderes a un culto de gratitud a Dios el próximo jueves 16 de agosto a las 10 horas en la Iglesia de Visión de Futuro, ubicada en calle Boedo 860, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para dar gracias al Señor por su favor ante la no aprobación de la ley de aborto en el Senado de la Nación concretada el pasado 8 de agosto. Creemos que será una gran oportunidad para orar y adorar a Dios en unidad, redoblando nuestro compromiso de atender el dolor de las madres con embarazos no deseados para que no aborten, la educación para prevenir embarazos no planeados y por una mejor ley de adopción para que muchos niños puedan vivir. Pero, por sobre todo para el avanzar en unidad para que nuestra sociedad reconozca a Jesús como Señor y Salvador”.
Los embanderamientos verdes y celestes fueron explícitos en los medios argentinos inclinando sustancialmente la balanza hacia el sector verde, que apoyaba la legalización de aborto seguro, libre y gratuito.
En ese contexto, la nota de la periodista Claudia Peiro publicada en el portal Infobae se destacó por el diagnóstico del “relato” que buscó desdibujar el 38 a 31: “Apenas concluida la votación en el Senado, que les resultó desfavorable, los promotores del aborto legal se lanzaron a la operación de contrarrestar la derrota.
En lugar de reflexionar sobre lo sucedido y sus propios errores o buscar entender lo expresado por los argentinos a través de sus representantes, se abocaron a tratar de disfrazar en el plano virtual la paliza que les dio la realidad. Pensar que muchos de ellos fueron hasta hace poco furibundos críticos de la estrategia del ‘relato’…
El tema empezó en las redes, con mensajes del tipo ‘igual ganamos’, ‘tarde o temprano será ley’, ‘es inevitable’, etcétera, respaldados y amplificados por la mayoría de los medios. ‘Ganamos la batalla cultural’ fue una de las frases favoritas, cuando eso es precisamente lo que perdieron. Sin duda hubo una batalla cultural. Pero no la ganaron”.
Otros comunicadores hablaron del “gigante dormido” al referirse a la gran masa celeste que fue llegando desde el Gran Buenos Aires y desde el Interior para hacer escuchar su voz en el centro de la capital del país.
Sigue Peiro: “El Gobierno se aseguró así que, al día siguiente, el golpazo que se dieron contra la Argentina a través de una de las instituciones que la representa de modo federal, quedara algo maquillado por el anuncio de que el Congreso volverá a debatir el aborto al recibir la propuesta de nuevo Código Penal”.
El rol de la prensa internacional –la contratapa del New York Times con percha, fondo verde y amenaza velada a los senadores: “los estamos mirando”— fue muy dinámico y participativo: clavetear desde sus mensajes que la Argentina atrasaría si no se sancionaba la ley fue un latiguillo constante.
La construcción de un presente en el que se pueda lograr un consenso auténtico pareciera todavía una ilusión. La esperanza está puesta en que se puedan poner en valor las verdades científicas y los marcos jurídicos regulatorios, a la vez que la sociedad completa logre focalizar sus esfuerzos en hacer que la vida valga la pena ser vivida de punta a punta, aun en contextos de pobreza y alta vulnerabilidad.
La ecuación trabajo-educación-salud-vivienda debiera resultar en positivo en un país que sigue luchando contra sus propias contradicciones junto a antinomias antiguas y renovadas. Las pruebas saltan a la vista.
