Redacción SIGNIS ALC.

Montevideo, Uruguay

La tarde del lunes pasado, 8 de marzo, el Ministerio de Salud Pública (MSP) emitió un comunicado en el que indicaba que consideraba de “alto riesgo la realización de todo evento que pueda devenir en aglomeración multitudinaria”. “Con el propósito de velar por la salud de la población, exhortamos a mantener las medidas de cuidado personal: uso de mascarilla, distanciamiento físico y lavado frecuente de manos”, agregaba. No obstante, se realizaron varias concentraciones en distintos puntos del país, a cinco días del primer año de la emergencia sanitaria en Uruguay. De todos modos, distintos organismos y particulares aprovecharon sus plataformas en las redes sociales para transmitir sus mensajes de lucha y sus reclamos de igualdad de derechos.

En varias casas se instalaron “balcones feministas”. Las calles estaban inundadas de pañuelos violetas, prendas violetas y pancartas con consignas variopintas. En el exterior de la parroquia Nuestra Señora del Cordón (más conocida como “parroquia del Cordón”, por el barrio en el que está ubicada) se desplegó un operativo policial para prevenir los actos vandálicos de años anteriores, en los que feministas radicales arrojaron bombas de pintura y entonaban cánticos agresivos hacia la Iglesia católica.

En una manifestación que aboga por los derechos y el respeto lamentablemente hubo episodios desagradables. Por ejemplo, el periodista Danilo Tegaldo publicó en su cuenta de Twitter: “Una vergüenza lo que pasó con los colegas periodistas que cubrían el 8M en Plaza Cagancha. Entre ellas, Magui Correa. Personas movilizadas reivindicando derechos legítimos y en contra de la violencia, actuando violentamente contra trabajadores de la prensa. Un pasito atrás”, expresaba.

Por su parte, el fotoperiodista Marcelo Umpiérrez también expresó su consternación ante el hecho ocurrido: “En la marcha #8Marzo2021 en #Montevideo no dejaron trabajar a los compañeros de Subrayado. Les pidieron que se fueran porque el camarógrafo era varón. Piden espacios y reclaman visibilidad, piden por la no violencia y ejercen violencia. #Impresentables”, escribió. Los colegas no pudieron terminar el móvil y debieron retirarse.

El lema elegido para este año fue “No nos callamos más. Todas las mujeres en las calles”. No se optó por una actividad virtual, como sí ocurrió en otros acontecimientos sumamente significativos para el país, como la marcha del silencio del año pasado, un clamor de memoria, verdad y justicia por los desaparecidos de la dictadura cívico-militar.

En una iniciativa más adecuada al contexto de pandemia, la Embajada del Reino Unido en Uruguay convocó a un concurso para promover la participación de las mujeres en cargos de liderazgo. Brindaron la posibilidad a jóvenes entre 18 y 25 años de edad de conocer el área de trabajo de ocho referentes en las áreas de gobierno, diplomacia, ciencia, periodismo, logística y empresas. Las ganadoras de la convocatoria compartieron el 8M con ellas, conocieron sus tareas y pudieron ampliar sus redes de contactos. Comenzó en la residencia británica, luego las participantes se retiraron con las líderes a sus respectivas actividades.

El flagelo de la violencia doméstica tiene cifras alarmantes en Uruguay. Con motivo del Día Internacional de lucha contra la violencia hacia las mujeres, el 25 de noviembre de 2020 el Ministerio del Interior presentó un informe con los datos de enero a octubre de 2020: entre enero y octubre se registraron 33.0004 denuncias por violencia doméstica. El 61,1% fue conflictos con exparejas o con los que mantenían un vínculo sexual; el 38,6% vínculos familiares sanguíneos y políticos y el 0,03% otros vínculos. El reporte agrega que el 49,7% de los casos denunciados fue por violencia psicológica, el 41,8% por violencia física, el 5,6% por violencia sexual, el 2,6% por violencia patrimonial y económica y el 0,3% por identidad de género u orientación sexual. Respecto al sexo de las víctimas, 71,2% son mujeres y el 28,8% son varones.

En el período de enero a octubre de 2020 el 55,8% de los casos denunciados contó con medidas de protección, en el 49,2% hubo presencia de niños, niñas y adolescentes y en el 5,3% se detectó la presencia de armas de fuego. Hubo 109 denuncias diarias, una denuncia cada 13 minutos. Se puede acceder al reporte completo aquí.

Redacción: Sebastián Sansón Ferrari, corresponsal de SIGNIS ALC en Uruguay