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Aspirar a la justicia, sentir fraternidad: el cine como vector educativo.

SIGNIS ALC

19 diciembre 2019

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Aspirar a la justicia, sentir fraternidad: el cine como vector educativo.

Aspirar a la justicia, sentir fraternidad: el cine como vector educativo.

Fernando Ruiz Vallejos* 

Visión del cine: un mundo compartido desde la pantalla

 

Si a un profesor le avisan sus colegas que hay una película que puede servirle para sus clases, seguramente selecciona aquella parte que le interesa más, pero a la vez, en el transcurso de la proyección, puede sentir que sería bueno que los alumnos también vieran toda la película. Las imágenes lo han capturado; es más, posiblemente haya vivido la experiencia vicaria que implica, en este caso, conocer personajes, paisajes, objetos y experimentar la capacidad fenomenológica del cine en tanto ilusión de realidad. La historia se ha desarrollado, desde luego, en la pantalla, pero también en la mirada y la concepción del mundo que cada espectador tiene. Hay un dialogo entre esa exposición audiovisual y la manera de entenderla e interpretarla.

 

Análisis del cine: la percepción se hace formación

 

Hay otro aspecto que convendría evidenciar: si el profesor muestra la película a sus alumnos e intenta aprovecharla para sus objetivos formativos, como es lógico, encontrará varios cauces de interpretación. En ese escudriñar de el porqué de esas imágenes, las características y sentido que tienen, los personajes, las situaciones que se muestran y las emociones que suscitan, hay un proceso de encuentro de sentires y opiniones.  Hay un ubicarse a sí mismo en esas imágenes, un encuentro de lecturas diversas y, sobre todo, una experimentación de los valores. Al sentir vívidamente los paisajes, los personajes y sus relaciones, profesor y alumnos podrán ingresar en el ámbito estético y sociocultural, ejerciendo, de esa manera, una formación que extraiga las potencialidades de observar y sentir la condición humana.

 

Aspirar a la justicia, sentir la fraternidad

 

Un profesor de música desempleado llega como preceptor a un colegio francés, pocos años después de la segunda guerra mundial, y allí encuentra una educación injusta, autoritaria, planteada por el director. Asimismo, ubica sentires y pareceres, actitudes y potencialidades en los alumnos, y por intermedio del arte musical, crea un coro. Las voces de cada alumno son evaluadas y puestas en conjunto, logrando un acoplamiento armónico que además de la interpretación, conduce a compartir, a la fraternidad; desde luego, me estoy refiriendo a la película Los Coristas de Christophe Barratier.

 

En mi “Vecino Totoro” de Hayao Miyazaki, un padre de familia llega a una antigua casa rural con sus dos hijas, cuya madre está recluida en un hospital. El padre, que es profesor universitario, exhibe una cotidiana aceptación y comprensión de las reacciones fantasiosas de sus hijas en relación a la naturaleza, y así les da un ambiente de diálogo y comprensión que alimenta su creatividad. Mei, la niña menor, se pierde y su hermanita Satsuki la busca desesperadamente. Interviene el fantasioso personaje Totoro y la ubica, pero, antes, los vecinos del campo la buscan, demostrando un alto grado de solidaridad. Las niñas y el padre dialogan con la naturaleza y la naturaleza les corresponde, lo que transmite un hermoso mensaje de afectos y fantasía.

 

En “Estación Central de Brasil”, de Walter Salles, vemos en una estación de tren en Rio de Janeiro a una mujer madura que escribe cartas para los analfabetos. Ese es su oficio. Las escribe pero no necesariamente las envía a su destino. Parece luchar contra la injusticia y la falta de educación, pero no lo hace. Hasta que encuentra un niño cuya madre le encarga una carta, pero que muere en un accidente frente a ella. Al principio parece condolerse del niño, mas luego lo vende a unos criminales que comercian criaturas. Sin embargo reacciona a tiempo para salvar al niño y emprender con él una larga ruta de búsqueda de su padre. En el camino, las diversas vicisitudes por las que pasan los hermanan uno al otro. El camino del tren, que es único, debido a los rieles, se convierte en caminos varios (varios caminos), en los que se va dando el afecto entre ambos. Al final, esa solidaridad llega a su meta. Los hermanos acogen al niño, y ella parte otra vez a Rio de Janeiro, pero nosotros los espectadores sabemos que ya no es la misma: ha sido enriquecida por la fraternidad, y ha contribuido, a su manera, a hacer justicia social.

 

En “Sigo Siendo” (Kachkaniraqmi, en idioma quechua), de Javier Corcuera, se suceden los hermosos paisajes peruanos y, en ellos, los personajes muestran sus sentimientos con la música, y el canto. Los paisajes cobran un sentido musical, la naturaleza danza la naturaleza y se expresa cinematográficamente y evidencia injusticias y fraternidades. La música hermana y a la vez denuncia; la naturaleza testimonia una belleza que hay que reivindicar.

 

En “Invictus”, de Clint Eastwood, un líder africano reivindica a su pueblo de raza negra, hermanándolo a su vez con la raza que ha sido su opresora. La incomprensión de los suyos se torna en valoración de sus capacidades; la incredulidad hacia la mano extendida se transforma en fraternidad de blancos y negros.

 

En “Dioses y Hombres”, de Xavier Beauvois, una comunidad de sacerdotes cistercienses que vive en Argelia, África, desarrolla una labor de fraternidad entre (y con) quitaría las religiones y las necesidades del pueblo. Se desata la violencia política y los monjes, en sesiones de discernimiento acerca de la posibilidad de (mejor sobre si) salir de allí o quedarse en solidaridad con los pobladores, deciden lo último y finalmente son asesinados. La película muestra la fraternidad con el pueblo, denuncia la injusticia y exalta el compromiso.

 

Un mundo cambiante, un mundo de retos para la educación

 

Bauman habla de una modernidad liquida en la que la vida se desliza sin parar, un mundo de cambios en todos los ámbitos. En ese escenario es difícil, para aquel que tenga sensibilidad social, el poder desarrollar planteamientos formativos únicos.

 

Esa incertidumbre se acrecienta con la aparición de la pantalla global que analiza Luis Garcia Orso S.J. tomando el planteamiento del sociólogo Gilles Lipovetsky, quien menciona a una sociedad impregnada de multipantallas, cine, televisión, internet, celulares, etc. A ello se puede agregar el lenguaje de un cine post moderno en el que Gerard Imbert ubica una considerable crisis de valores.

 

¿Cómo asumir, desde y con el cine,  estos cambios que implican una característica inestabilidad, a la que se suma la crisis socio económica y axiológica imperante en América Latina?

 

En las seis películas citadas y de indudable impronta formativa y calidad cinematográfica. Si existen ese tipo de películas, habrá que, no solo ubicarlas, sino alentar su aprovechamiento educativo; no solo verlas, sino utilizarlas dialogando acerca de su forma y contenido, de manera que su análisis motive una toma de conciencia y, a la vez, la expansión de la acción formativa en diversos ámbitos.

 

Ese mundo vertiginoso y cambiante precisa de una educación para la incertidumbre, como plantean Ismar de Oliveira Soarez y Francisco Gutiérrez, entre otros. Esa vertiginosidad de los cambios tecnológicos hace emerger propuestas de educación integral que combinan atención y una práctica creadora del cine,  utilizando nuevas tecnologías con la comprensión de las emociones y estéticas, que desarrollan Joan Ferres y Alejandro Piscitelli. Convoca también al encuentro que plantean Bohm y Peat, cuando articulan el tema de la creatividad y la vida, desechan la imposición y la verticalidad, y propugnan la percepción y el ejercicio de la mirada y la acción libres.

 

Si hemos comentado un devenir tan cambiante y continuo por efectos del desarrollo tecnológico, es porque somos conscientes de un presente teñido de futuro, que, en muchos casos, abruma a los maestros y confunde a los alumnos. En ese sentido, nos situamos en una óptica prospectiva. Ya en el siglo XX, José Luis García y Pedro Fontán (1979) planteaban que la verdadera función de la educación “estriba  en anticipar un futuro posible e ideal, y empezar a realizarlo operativamente en el presente, lo cual impedirá a su vez, que, un día, se hagan realidad ciertos peligrosos futuros por ninguno de nosotros deseados”(p.19).

 

Ello convoca de una u otra forma a tener vivencias y a ser consciente de las mismas, a encontrarse encontrando a otros, a situarse en un aprendizaje en que la comunicación consigo mismo sea el punto de partida  de una educación que no imponga, sino que oriente, que comprenda empáticamente al educando. Estos planteamientos, que son sustentados por diversos autores pertenecientes a la psicología humanista como Carl Rogers, Abraham Maslow o Salvador Moreno, tienen el denominador común de centrarse en la persona, alentando su sensibilidad y compromiso social, y facilitando su aprendizaje.

 

Las seis películas comentadas y las propuestas educativas planteadas nos hacen aspirar a la justicia y sentir fraternidad.

 

Bibliografía:

 

BAUMAN, Z. (2000) Modernidad Liquida. Buenos aires, Argentina: Fondo de Cultura Económica.

 

BOHM, D., & Peat, F. (2010). Ciencia, orden y creatividad. Las raíces creativas de la ciencia y la vida. Barcelona, España: Kairós.

 

FERRÉS, J. & PISCITELLI, A. (2012). La competencia mediática: propuesta articulada de dimensiones e indicadores. Comunicar, 38, 75-82. Recuperado de: https://doi.org/10.3916/C38-2012-02-08

 

GARCÍA L. (2016). La vida en la pantalla. México: La buena prensa.

 

GARCÍA, J.L., & FONTÁN, P. Pedagogía prospectiva. Zaragoza, España: Ed. Luis Vives

 

IMBERT, G. (2019). Crisis de valores en el cine posmoderno. Más allá de los límites. Madrid, España: Ediciones Cátedra.

 

OLIVEIRA, I. (1998). La gestión de la comunicación en el espacio educativo. (O lo desafíos de la Era de la Información al sistema educativo). En Diálogos de la comunicación, 52, 8-18.

 

* Fernando Ruiz Vallejos es educador: U de San Marcos. Maestría en Educación Superior: U Ricardo Palma. Profesor: Facultad de Educación PUCP. Profesor de Cine U. Antonio Ruiz de Montoya. 2do vice-presidente de SIGNIS-Perú. Cuarto Director de SIGNIS para América Latina y el Caribe.

 

Educador, especialidad Lengua y Literatura, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Estudios de Comunicación y Lingüística, Universidad Católica de Lovaina. Gestor, y docente del Proyecto Cine, Valores humanos y Cultura de Paz y profesor investigador, Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima. Es profesor en: Facultad de Educación Pontificia Universidad Católica del Perú. Director de la Junta Directiva de SIGNIS ALC.

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