Sábado 26 de diciembre, 18:30 horas, 31 grados. En la ciudad de Melo, capital del departamento de Cerro Largo (al noreste del Uruguay), el atleta Javier Motta llegó a la plaza Villanueva Saravia Pinto. Es delgado, tiene 53 años y más de 31 años de experiencia en su rubro. Vestía una camiseta con la frase “Corro por una causa”, llevaba una mochila con un tapabocas, una botella con agua y comida.
A las 19 cumplió un sueño que hace más de 15 años tenía escrito en un borrador: correr 110 kilómetros hacia el balneario Lago Merín, situado en el departamento de Cerro Largo. Lo concretó seis días después de la llegada del verano al territorio oriental. En declaraciones a la periodista Silvia Techera, Motta narró su peripecia: le tocaron 28 kilómetros de viento muy fuerte, sobre el kilómetro 50 se enfrentó a una “terrible niebla”, motivo por el que decidió detenerse y esperar que se dispersara. Durmió una hora en una garita de la carretera. A las 4:30 de la madrugada retomó el rumbo y llegó sobre las 7:30 a su destino.
Entrevistado por SIGNIS ALC, Motta contó que su objetivo es promover el atletismo infantil y juvenil en Melo. “Es una causa justa, yo quiero continuar trabajando por los chicos y las chicas, presente y futuro del departamento. Es un desafío personal para llamar la atención a todos los actores involucrados en el deporte, tanto a nivel local como nacional”, señaló.
En ese sentido, ¿cuál es el debe en lo que refiere a la promoción del deporte? Según Motta, las comisiones barriales deberían reunirse con frecuencia y planificar actividades para incentivar a la población. Por ejemplo, cada fin de semana se podría organizar un evento relacionado con el ejercicio físico. “Este domingo hacemos la actividad acá, involucramos a la gente del barrio. Para la próxima semana el niño ya va a estar mejor, se va a sentir contento por haber participado y se sentirá estimulado, se creará un hábito. Hay que decirle: ‘Te voy a enseñar deporte en tu barrio’”, propuso.
Motta reconoce haberse “peleado con todo el mundo” para concretar sus objetivos, se molesta ante la partidización del deporte e insiste en que su lucha es por las bases de los niños y jóvenes. “El deporte tiene que ser una inversión. Al niño hay que explicarle la importancia de elegir un deporte y practicarlo, pensando en su salud, no solo en competir y ganar. Tiene que ser una distensión. Por algo en las instituciones se habla de deporte y recreación”, añadió.
Más allá de las altas temperaturas de esta época del año y, en especial, en el noreste uruguayo, el otro aspecto interesante de la iniciativa de Motta es que adhirieron más de 100 amigos suyos del sector. Cada uno en su ciudad y departamento adaptó el desafío a las circunstancias locales y mantuvo el espíritu de la propuesta. De este modo, funcionaron de manera organizada, sin generar aglomeraciones, en cumplimiento de las recomendaciones formuladas por las autoridades sanitarias nacionales.
Consultado por sus proyectos para el 2021, Motta admitió que detesta esa palabra, porque no hace proyectos, sino acciones y eventos por la comunidad. Le gusta pensarlas y hacerlas, pero sin demasiada planificación. “Soy feliz y lo seguiré siendo hasta que las piernas me lo permitan”, dijo mientras esbozaba una sonrisa.
En los últimos días a través de su cuenta personal de Facebook compartió la frase: “Solo está muerto aquel que deja de luchar” y anunció la realización de la segunda etapa del desafío “Corro por una causa”, de la que próximamente brindará más detalles. Acepta patrocinadores, espónsors que aporten a cada kilómetro que él realice, así como mochilas, túnicas, cuadernos y todos los elementos necesarios para que un niño pueda estudiar o artículos deportivos para su recreación.
Redacción: Sebastián Sansón Ferrari, corresponsal de SIGNIS ALC en Uruguay
