Brasilia, Brasil.- El gobierno de Brasil desistió de ser sede de la COP-25, Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que se celebraría en noviembre de 2019. La decisión fue adoptada en razón de las limitaciones presupuestarias que enfrenta el país y el proceso de transición presidencial que se encuentra en curso, según las razones que expresa el gobierno por medio de un telegrama enviado ayer a la embajadora Patrícia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención de la ONU sobre Cambio Climático.
En una parte de la comunicación del desistimiento se dice que “Teniendo en cuenta restricciones fiscales y presupuestarias, que muy probablemente deben continuar en un futuro próximo, y teniendo en vista el proceso de transición a la administración recién elegida, que se inaugurará el 1 de enero de 2019, el gobierno brasileño está obligado a “retirar la oferta de albergar la COP 25”. La versión fue divulgada en la versión digital del periódico brasileño O GLOBO .
La retirada de la candidatura de Brasil se produce casi dos meses después de que el país presentara su postulación para ser la sede de la conferencia climática de la ONU, decisión que en su momento fue celebrada por el gobierno de Michel Temer. En octubre, el Ministerio de Relaciones Exteriores divulgó una nota en la que decía que la realización del evento confirmaba el papel de liderazgo mundial del país en temas de desarrollo sostenible y reflejaba el consenso de la sociedad brasileña sobre la importancia y la urgencia de emprender en acciones que contribuyesena la lucha contra el cambio climático.
Críticas a la decisión
Para Carlos Rittl, secretario ejecutivo del Observatorio del Clima, la alegación de cuestiones en el presupuesto no se sostiene, ya que estaba reservado.
– Para presidir este encuentro, el país tendría que mantener e implementar medidas relativas al tema. Este desistimiento pasa al mundo una imagen negativa. Creo que ha sido mucho más por el nuevo gobierno que por la cuestión presupuestaria – analiza Rittl.
Uno de los puntos alegados como problemáticos en el gobierno de Bolsonaro sobre este tema, según Rittl, son las palabras del futuro ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, que calificó la cuestión como un “alarmismo climático”.
Traducción libre de SIGNIS ALC a la información firmada por Leticia Fernandes y Raphael Kapa, del periódico O GLOBO