1.1 Primos hermanos del Vivir Bien / Buen Vivir
El énfasis de las definiciones del Vivir Bien / Buen Vivir a partir de su vertiente indígena andina-amazónica, además de visibilizar culturas de la vida en nuestros orígenes y en nuestros andares, ha servido para (in)voluntariamente edificar una barrera con sociedades cuyas dinámicas organizativas obedecen a otras matrices culturales.
La vertiente indígena incluye en las sociedades pueblos cuya vida desconocemos, o nos hemos acostumbrado a verlos en la periferia, condenados a vivir en los bordes de las legitimidades culturales y las decisiones sociales.
El Vivir Bien / Buen Vivir es un paradigma legitimado a partir de haberse incluido propositivamente en la historia, extendiendo las manos al diálogo, el encuentro y la ampliación de nuestra noción de sociedad y de Estado a la presencia viva de cosmovisiones de la vida comunitaria en armonía.
Lo venimos afirmando desde siempre, el Vivir Bien / Buen Vivir tiene como su fuente de origen la cosmovisión indígena. Pero en para- lelo se teje también desde los movimientos anti-sistémicos que luchan por sus múltiples derechos.
Y tiene así mismo otra fuente de definición en el caudal evangelizador que trabaja por el Bien Común. Son fuentes de origen que no se niegan entre ellas, sino que por el contrario se complementan, así como pueden realizarse por separado dependiendo de las sociedades donde se desarrollan.
Esto podemos evidenciar en la vida de las ciudades, donde las reivindicaciones se desenvolverán especialmente en las características de las luchas por los derechos y, es obvio, las poblaciones rurales especialmente en los flujos de la vivencia comunitaria indígena, aunque hay que reconocer que el mundo ahora está entrecruzado de intercambios poblacionales, especialmente tendientes a la urbanización de las sociedades.
Siendo ésta la realidad social, con el proceso de auto-sistematización que hemos realizado, más que pretender la aplicación mecánica de postulados o del encasillamiento de las experiencias en los principios del Suma Qamaña (Vivir Bien) o del Sumak Kausay (Buen Vivir), hemos buscado la definición de la vida buena en plenitud y de la comunicación para el Vivir Bien / Buen Vivir desde los contextos particulares de las prácticas desarrolladas por las experiencias que for-
man parte de esta iniciativa.
En realidad, hemos buscado provocar un sentido crítico de lectura de sus prácticas como contribuyentes a la
búsqueda de una sociedad de la vida en armonía individual y social y con la naturaleza, siguiendo lazos de solidaridad comunitaria y de búsqueda esperanzadora de justicia.
Por otra parte, el Vivir Bien / Buen Vivir ha sido adoptado en los marcos constitucionales de países como Bolivia y Ecuador, además de haber sido incorporado en los marcos doctrinarios de diversas organizaciones no gubernamentales, ciudadanas e internacionales, por lo que se puede afirmar que ha ganado legitimidad en diversos escenarios.
Dado este estado de situación, de una cosmovisión con diversos orígenes, fuentes que la enriquecen y espacios de realización, el trabajo de sistematización lo desarrollamos guiándonos por esta pregunta: ¿qué sentipensares relacionados con la filosofía del Vivir Bien / Buen Vivir están presentes, tal vez definidos de otras maneras, en nuestras vivencias
y prácticas ubicadas en diversas realidades?
Y la respuesta que dan compañeros de Cine Mundo Chico, experiencia enclavada en el corazón del gran Buenos Aires, es expresiva del pensamiento de las otras experiencias ubicadas en los distintos países que participaron en esta iniciativa de autosistematización.
Copio en extenso su reflexión: “Cosmovisión, modo de ver, entender y vivir, en vida comunitaria, en armonización con la naturaleza, en denuncia de la exclusión social, las discriminaciones, por una vida digna frente a las nuevas formas de esclavitud, como camino y utopía de un mundo solidario donde el bien común se impone sobre una vida individualista, competitiva y mercantilizada, en denuncia del neoliberalismo y como propulsión de nuevas emancipaciones, comunicación para el buen vivir parece implicar una decisión de vida (cotidiana), una actitud de compromiso y entrega por el otro, por el pobre, por el oprimido, en la comprensión de lo que nos es originario como pueblo y en el marco de un encuentro, entre freiriano y sanmartiniano, muchas veces en conexión con sentidos políticos de nuestras particularidades locales, nacionales y regionales, y siempre presentes en el ejemplo constante de cada palabra, acción u omisión.
Mucho de todo esto está presente en nuestras vivencias y sentipensares, y hacen a nuestro proyecto, desde la diversidad
de cómo cada uno de los integrantes de nuestra comunidad lo interpreta. Seguramente haga falta mayor profundización en la reflexión explícita sobre una común cosmogonía, pero en la comunión, en el hacer, en el planificar, en la mirada, los aportes, la organización y el modo esperanzador de nuestras prácticas, podemos declarar que nuestros modos son primos-hermanos del buen vivir” (Cine Mundo Chico).
1.2 El Buen-convivir: autoestima, libertad y autonomía personal
En su planteamiento original, el Suma Qamaña considera la existencia del Suma Jaqaña, o el buen vivir individual, subjetivo, personalizado, espiritual. Este mismo sentido es desarrollado por las experiencias sistematizadas, urbanas y rurales, con importantes reconocimientos del empoderamiento de los seres humanos, en correspondencia indesligable con las colectividades de las que forman parte y entornos con los que se corresponden.
En el Vivir Bien / Buen Vivir la individualidad es de primera importancia en términos de satisfacción personal, de suficiencia, de conformidad, de reconocimiento, de inclusión, de identidad, de dignidad y, por qué no decirlo, de felicidad. Son experiencias cuyo desarrollo tienen la capacidad de precisar conceptos.
Por ejemplo, la autoestima, que se suele identificar con el individualismo El Buen-Convivir y Bien-Transformar en la Comunicación competitivo encerrado en la persona, en las prácticas innovadoras de Comunicación para el Vivir Bien / Buen Vivir, la autoestima se hace en el reconocimiento del otro, la estima se construye desde la referencia a la comunidad, la familia, el grupo, el amigo, el hermano, el vecino.
Las experiencias sistematizadas, desde sus particulares contextos, nos demuestran que esta dimensión, más que una realidad dada, es una realidad por construirse. Veamos su realización en diferentes situaciones:
Una dimensión, que atraviesa procesos históricos, es el de la situación de los migrantes y la diáspora de sus existencias que los lleva a entronizarse económica, social y culturalmente, en geografías, espacios y sociedades que no son las suyas pero que tienen que saber apropiarlas.
Es el caso que nos narra Webradio Migrante, de Brasil: “Las emigraciones evocan sentimientos de rechazo y miedo a
lo distinto y a lo nuevo, a lo que amenaza el bienestar, pero que despiertan las conciencias a las exigencias de solidaridad (…) El inmigrante es un guerrero que dejó su casa, familia y se fue a la batalla. Sus armas son la esperanza, la humildad y el pensamiento positivo, la bravura de saber que tendrá muchas caídas y tropiezos, pero que va a conseguir levantarse y continuar en la batalla hasta vencer” (Webradio Migrantes).
El Vivir Bien / Buen Vivir en estas situaciones, se corresponde con la metáfora del guerrero que tiene que saber triunfar fuera de sus espacios originarios de socialización y de convivencia. La capacidad de asumirse este desafío con esperanza y pensamiento positivo, esa característica espiritual, viene a ser un elemento propio de la cosmovisión del Vivir Bien / Buen Vivir.
En otra situación expresiva del Vivir Bien / Buen Vivir en su realización individual, recogida de las prácticas sistematizadas, está la cotidianeidad de las personas y familias que (sobre)viven en contextos de guerra y/o violencia. Es difícil, desde sociedades que no atraviesan estas particulares condiciones de deshumanización, imaginarse siquiera en qué consisten.
COMUNICARTE, de Colombia, nos ayuda a entenderlas: “Arauca ha sido una región altamente vulnerable, porque el conflicto ha ido absorbiendo hombres, mujeres y adultos de la tercera edad, ha afectado a los niños, adolescentes y jóvenes que se encuentran en plena toma de decisión frente a su futuro, porque es precisamente en estas edades donde las guerrillas han aprovechado para el reclutamiento y prisión, sumado a esto la falta de oportunidades educativas, de trabajo
y de un proyecto de vida, se les ha privado de soñar y proyectar un futuro hacia un buen vivir como ciudadanos con derechos y deberes, bajo estas circunstancias la meta estaba algo distante y difícil de lograr” (COMUNICARTE, Colombia).
“Se les ha privado de soñar y proyectar un futuro”. ¡¿Por qué?! ¿Es posible pensar en sociedades del Vivir Bien / Buen Vivir en estas condiciones? Las experiencias sistematizadas nos enseñan que en estas condiciones no, pero sí, ciertamente, en los caminos de su develamiento, ira, denuncia, enfrentamiento y superación emancipadora.
En la apropiación crítica de su inhumanidad, en la superación de las vulnerabilidades y en la capacidad de soñar, de esperanzarse y esperanzar, en esa capacidad personal de humanización, ahí radica el Vivir Bien / Buen Vivir que, siguiendo las propias comprensiones de las experiencias sistematizadas, que relievan la convivencia y el impulso de proceso de cambio esperanzador, lo vamos a entender como el Buen-Convivir y Bien-Transformar.
Sobre estos andares, del mismo modo que COMUNICARTE, la experiencia de CEDAL, Colombia, nos muestra algunas de sus características:
“La construcción de la paz, comienza como una práctica personal en una condición individual, en un acto por disponerse a construirla acompasada con procesos colectivos, con dimensión política, con educación, con movilización social, con la familia en sus diferentes tipologías, y todas aquellas instancias de interacción social. La paz es una conquista a nivel personal y comunitaria” (CEDAL, Colombia).
Pero volvamos a la vida cotidiana, donde las violencias encubiertas son también formas represivas de las identidades personales, y en las que sectores tradicionalmente -e injustamente- excluidos trabajan sus socializaciones no como procesos de adaptación, sino de inclusión
El Buen-Convivir y Bien-Transformar en la Comunicación y de búsqueda de equidad. Es la situación de los pueblos indígenas y afrodescendientes en sociedades racistas y xenofóbicas, y es también la situación de las mujeres en las sociedades machistas que caracterizan nuestro mundo.
También en estas situaciones el Vivir Bien / Buen Vivir se gesta en los pasos que se dan para su superación. Veamos las
enseñanzas de CEPALC, Colombia: “Un ejemplo de vida plena sin duda, fue la idea de la autonomía, que no es otra cosa que tomar nuestras propias decisiones como mujeres, esto no es poca cosa. Realmente era fundamental para la idea de la libertad y el goce pleno de la vida. Decidir por sí mismas qué queremos hacer con nuestra vida” (CEPALC, Colombia).
Autonomía se relaciona con empoderamiento, con libertad, con ser persona, con esperanza y con futuro. Reconocer esta dimensión como una característica del Vivir Bien / Buen Vivir, es definitivamente trascendente. La experiencia SED (Sororidad, Ecumenismo y Democracia) de CEPALC, complementa que, desde esta perspectiva, se trata de “[…] retar la idea de prosperidad, éxito y una vida bonachona que han fracasado para la dignidad humana, por ideas más humanizadoras (…) con una mirada mucho más amplia y mucho más esperanzadora frente a un aparente no futuro”.
Veamos un ámbito más de expresión del Vivir Bien / Buen Vivir en su sentido de individualidad, que la Asociación Cultural D1 inscribe en su experiencia con jóvenes de los barrios populares de Lima, cuyos horizontes de vida parecieran encerrarse en los muros de la pobreza a los que se condena por generaciones a sus hábitats. Encontrar caminos para traspasar estas fronteras y meterse en el mapa de la esperanza, sabiéndose útiles socialmente, es de suyo trascendente:
“Cuando nos preguntan ¿qué es D1? La respuesta que nos viene a la cabeza es “somos una familia, somos una comunidad”. Desde hace 13 años nuestro propósito y compromiso ha sido promover la integración y la transformación social en el Perú, haciendo uso de las artes como medio y puente para el cambio, formando liderazgos positivos para la convivencia y el diálogo (…) desde la acción y no del discurso (promoviendo) la coherencia entre el Hacer y el Ser, el respeto, compromiso, integración, integridad, pasión…” (Asociación Cultural D1, Perú).
Forjar liderazgos en situaciones de pobreza y de exclusión sociocultural, implica primero jóvenes con autoestima articulada a la capacidad de saber que se puede ser en la adversidad y que para serlo se tienen que cambiar las condiciones en las que se vive. Ese camino de transformación, ése es el Vivir Bien / Buen Vivir, que se recoge de manera extraordinaria en el lema de la Asociación Cultural D1: “El arte de transformar engloba nuestros retos, nuestros deseos y nuestro gran sueño: ser mejores personas cada día para cambiar nuestro país”.
También en los barrios populares de Quito, Fundación ChasquiKom trabaja con jóvenes que, según dice, aspiran a “visibilizar sus realidades, pensamientos e ideas basados en la reflexión y la propuesta”, dado que son “un grupo social capaz de vincular a la comunidad hacia la igualdad de derechos”. En otras palabras, ser joven es ejercer ciudadanía desde sus particularidades etarias, sociales y culturales.
También la construcción de subjetividades positivas es una tarea con los niños en situación de violencia, como en la región de Arauquita, Colombia, cruzada por los fuegos de la guerrilla, el ejército y el paramilitarismo. En este ambiente, COMUNICARTE con su programa “Pásela en Paz”, nos dice que no es imposible trabajar por y con el Vivir Bien / Buen Vivir, que nos hace falta para transformar nuestro entorno y sensibilizar más a nuestra sociedad:
“Pásela en Paz trabaja con niños en contextos de guerra buscando con ellos su proyecto de vida, descubriéndose y reconociendo que hay una comunidad que necesita de su ayuda, como un ser armonioso, equilibrado, justo y equitativo, con ganas de soñar y seguir adelante, con cualidades y fortalezas que les permitirán realizar lo que puedan proponerse y dejar de ver como opción de vida, el conflicto” (COMUNICARTE, Colombia)
En definitiva, la armonía de los seres humanos consigo mismos, es una dimensión fundamental del Vivir Bien / Buen Vivir, o del Buen-Convivir y Bien-Transformar. Las experiencias recogidas nos han demostrado que esta armonía no es un hecho dado, sino un desafío, una esperanza, la capacidad de creer en un futuro y un El Buen-Convivir y Bien-Transformar en la Comunicación camino que se tienen que recorrer para articularse con las dimensiones de la armonía en sociedad y con la naturaleza.
1.3 Vivir Bien es comunidad de vida en convivencia para una vida digna, con derechos
Elemento central es la vida en comunidad, que supone relaciones de solidaridad, de complementariedad y de correspondencias mutuas o reciprocidades. Estos principios y acciones están naturalizados en la cotidianeidad de los pueblos indígenas y en sus traslaciones a otros y diversos contextos sociales, hacen parte de su idiosincrasia. Con sus matices y particularidades, y acaso con otras profundidades y densidades, la vida comunitaria está presente también en la vivencia de otras poblaciones y sectores sociales.
Pero cuando se trata del Vivir Bien / Buen Vivir, las relaciones de solidaridad bañan también los encuentros entre las comunidades y las instituciones.
La experiencia del Centro de Educomunicación San Viator en el Perú, representa bien este sentido: “San Viator como espacio de encuentro y de acogida tiene un funcionamiento organizacional de comunidad, de responsabilidades compartidas y de reflexión y diálogo permanente.
Los niños y niñas de la Ludoteca Pukllana no solo establecen relación cercana con las ludotecarias, sino con todo el equipo que labora en la institución (…) El apoyo mutuo es una característica fuerte como institución, todo el equipo se involucra en la Ludoteca cuando se necesita algo o cuando se puede apoyar en algo, contribuyendo así con las fuerzas personales de cada uno/a, transmitiendo ese sentido de comunidad a toda la gente” (Centro de Educomunicación San Viator, Perú).
La experiencia de Centro de Educomunicación San Viator nos enseña que la comunidad empieza en el reconocimiento del otro/a como sujeto de derecho, apropiado en su particular situación de vida que consagra la diversidad como valor que se materializa en el apoyo mutuo con sentido comunitario, sin presión por la competitividad e individualidad.
De la misma manera, la experiencia de Radio Latacunga en la sierra ecuatoriana, reconoce el Sumak Kawsay (Buen Vivir) como una tarea diaria en la relación dialógica con los actores comunitarios:
“Día a día hay que estar con ellos en sus fiestas, trabajos comunitarios (mingas), reuniones de las organizaciones, en sus conflictos por mejorar sus condiciones de vida, gestiones ante autoridades para conseguir obras físicas; el acompañamiento se torna permanente y sistemático saliendo fuera de los estudios donde está nuestro interlocutor; que no es un número más, es un ser humano que vive en familia y en colectividad” (Radio Latacunga, Ecuador).
La forma comunidad más reconocida es la organización de los pueblos indígenas, cuyas estructuras, formas, dinámicas y orientaciones se adaptan a los cambios históricos y los tiempos, sin perder su esencia consagrada a garantizar la vida de todos los seres vivos. El amor a la vida y la vida con amor es su identidad. Veamos la experiencia de Radio Ucamara en el Perú:
“[…] es una experiencia que nace de nosotros como indígenas kukama con participación y diálogo entre los actores y el medio en el que vivimos y propone el fortalecimiento de la identidad y autoafirmación, dando el valor a los conocimientos de los padres y abuelos, quienes enseñan a los más jóvenes el amor a su cultura, costumbres y tradiciones con el único propósito de que cada uno tenga la capacidad de mantener su identidad en el lugar donde se encuentre” (Radio Ucamara, Perú).
Y la vida en comunidad, como hábitat, es reproductora de vida comunitaria, es escuela de solidaridad, siempre en la articulación armónica de los seres humanos consigo mismos, con sus semejantes y con la naturaleza:
“Porque espacios como la casa, la chacra, el río, el puerto y todo en cuanto nos relacionamos ayuda a sensibilizar e inculcar valores como la justicia, solidaridad, responsabilidad y otros, permitiendo ser mejor persona y generando admiración y respeto de los bienes de la madre tierra. Y porque los cuentos y cantos inspirados en un pájaro, en un pez, un paisaje, un pueblo encierran conocimientos valiosos y miradas distintas de entender el mundo. Porque para nosotros los Kukama todo en cuanto existe en la naturaleza son seres que tienen vida y existe una complementariedad entre ellos y nosotros” (Radio Ucamara, Perú).
Comunidad es como todo en el Vivir Bien / Buen Vivir, valores y formas de relación por construirse, practicándose en aprendizajes permanentes y en recuperación o apropiación de imaginarios que empiezan abriendo el corazón al reconocimiento del otro.
CEDAL, en la Colombia sometida a la guerra, nos da pistas de la construcción de la vida en comunidad en situaciones de violencia: “Para la construcción de la paz hay que iniciar con la familia, tratando de recuperar el espacio de una época en la que se fomentaban los valores como el respeto y la solidaridad (…) complementado con el diseño de un nuevo modelo pedagógico en la escuela enfocado a la convivencia humana, no en la convivencia castigadora, promoviendo consignas de conciencia en el barrio, en el centro cultural, en la escuela, en todos los espacios, lugares de trabajo, en las Iglesias, en los partidos políticos, en los medios de comunicación” (CEDAL, Colombia).
Es por eso que en CEDAL se afirma que “el antídoto más eficaz contra la violencia y el conflicto armado, es el desarrollo humano (…) con comunidades que asumen con propiedad desde sí mismos, actos de paz, pactos de no agresión, respeto, diálogo y reconciliación, para que sus acciones más que palabras, sean hechos tangibles para el bien estar – bien ser de todos sus hermanos. En este sentido, buscar la paz significa consolidar y fomentar una nueva cultura, una nueva civilización y supone penetrar en todas las estructuras sociales”.
1.4 Vivir Bien es sociedad de la esperanza en el encuentro con Cristo
Evangelizar es testimoniar el anuncio. Así lo entienden en Radio Salinerito, Guaranda, Ecuador, cuando el padre Antonio Polo sdb, fundador de la experiencia afirma que “Algo hay que demostrar en la vida, de lo que de las puertas de la iglesia por adentro se anuncia y se celebra. La iglesia no es para sí misma, es para el Reino, es para librarse de la hacienda cambiar el mundo” (Radio Salinerito, Ecuador).
Y con este enfoque su práctica sigue este camino: “Primero, ayuden a la gente a satisfacer las necesidades básicas: agua, luz, caminos, escuelas. Segundo, ayuden la gente a liberarse, porque sin libertad no hay vida, bajo patrón todo lo que realicen será a beneficio del amo. Tercero, organización, sin una forma estable de colaboración entre los miembros de una población no hay continuidad, no hay futuro, Cuarto, fuentes de trabajo. Quinto, mantener la inspiración, pues motivación y servicio tienen que ir parejos” (Radio Salinerito, Ecuador).
En otra expresión del Vivir Bien / Buen Vivir como testimonio, Caritas Brasil reconoce experiencias paradigmáticas que transforman las realidades manteniendo viva la llama de la paz, de la esperanza y de la solidaridad para el bien común de las comunidades:
“Nosso objetivo com essa experiencia é realizar um trabalho –além de outros teóricos e a vida do povo –, também, sugestionado à luz da Carta Encíclica do papa Francisco a Laudato SÌ (LS), sobretudo, quando o pontífice apresenta alguns desafíos do mundo atual frente às comunidades empobrecidas diante da economía da exclusão. Com ações de fortalecimento de projetos que atendem a essas popualações e numa ação de comunicação para uma insidência política podemos indicar que a globalização da indiferença perde a força e o bem viver oferece equidade e inclusão social além do cuidado com toda a criação” (Prêmio Odair Firmino de Solidariedade, Caritas Brasil).
La Diócesis de Latacunga asume la tarea evangelizadora como la promoción de la dignidad como personas e hijos de Dios. Desde esta perspectiva, sus acciones se vuelcan a “una pastoral que combina la evangelización explícita y la promoción humana (…) fortaleciendo las organizaciones de los pueblos indígenas con educación, organización y evangelización en el pueblo indígena” (Radio Latacunga, Ecuador).
También CEPALC se asume en colectivos que viven la fe desde las bases populares y en espacios donde se promueve la justicia social y el pensamiento crítico, y se denuncia las injusticias, pero también se anuncia la vida. Y “en este caminar Vivir Bien / Buen Vivir es no tener jerarquías que tanto se ostenta, venera y se rinde pleitesía en el ámbito religioso; es por el contrario poder dialogar, hacer preguntas sin temor, construir conocimiento desde lo popular y la academia, diálogo entre mujeres con distintos orígenes y distintos saberes, sintiéndonos hermanas del camino” (CEPALC, Colombia)
1.5 Vivir Bien es sociedad de armonía con la naturaleza
En algunos espacios se maneja el Vivir Bien / Buen Vivir como sinónimo del desarrollo sostenible. Esto es parcialmente cierto, porque esta característica es central en su definición, pero no lo es todo, sino parte vital que, junto con otros elementos como la subjetividad de vida en plenitud, la vida comunitaria y solidaria, la vida digna y el Evangelio, hacen el Buen-Convivir y Bien-Transformar.
Basándose en las prácticas de nuestros pueblos, se trata de superar la depredación capitalista del medio ambiente y de las condiciones que limitan asegurar condiciones de bienestar para las futuras gene- raciones. La experiencia de Rede de Notícias da Amazônia, Brasil, es aleccionadora:
“Vivir Bien es cuidado del medio ambiente a fin de garantizar la preservación de las especies de la fauna y la flora amazónica en perfecta armonía con los moradores de la región que son ejemplos concretos de cómo garantizar su sustento sin agredir el medio en que viven” (Rede de Notícias da Amazônia, Brasil).
La lucha contra el cambio climático, la preservación del medio ambiente, la búsqueda de un desarrollo diferente, sustentable, sostenible y justo, vive en los pueblos que han labrado su existencia en convivencia armónica con la naturaleza. En esta realidad, Vivir Bien /Buen Vivir es recoger estas formas de existencia como inspiraciones para otro desarrollo, aprendiendo a dialogar con las prácticas y con la naturaleza:
“Recoger y difundir la vivencia, inquietudes de la gente, las memorias individuales y colectivas, mitos y cuentos, los
conocimientos tradicionales, sobre las plantas, peces, animales, medicina natural del pueblo kukama nos permite acercarnos a la gente entender sus vivencias y preocupaciones. El escuchar con respeto y transmitir todo esto a los más pequeños construye lazos de confianza refuerza y fortalece la identidad indígena indispensable para afrontar cambios fuertes y bruscos presentes en esta sociedad llena de prejuicios hacia los indígenas. Que los niños aprendan a amar su cultura, respetar y cuidar el bien común es contribuir a formar ciudadanos con convicciones y sentimientos” (Radio Ucamara, Perú).
Tomado del Capítulo 1 del libro El Buen-Convivir y Bien-Transformar en la Comunicación, de Adalid Contreras Baspineiro, obra editada por SIGNIS ALC en el marco del programa del mismo nombre.