Washington, D.C. / Ciudad de Panamá / Santiago –  Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de las Defensoras y Defensores de Derechos Humanos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y las Oficinas Regionales para América Central y América del Sur del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) expresan que la situación de las personas defensoras de derechos humanos en el continente se ha agravado y la labor de defensa de los derechos humanos se ha convertido en una tarea extremadamente peligrosa. En tal sentido, ambas entidades instan a los Estados a adoptar o reforzar sus mecanismos de prevención y protección a las defensoras y defensores de derechos humanos.

 

Según organizaciones de la sociedad civil, en 2016, del total de asesinatos de personas defensoras de derechos humanos en todo el mundo, tres cuartos ocurrieron en el hemisferio. En algunos países de la región además se ha mantenido la tendencia de aumento de asesinatos, ataques y/o amenazas de personas defensoras de derechos humanos. Asimismo, defensoras y defensores de la región enfrentan una serie de obstáculos a su trabajo de defensa tales como procesos de criminalización de su labor o campañas de estigmatización y difamación.

 

Entre los grupos más afectados por esta violencia se encuentran aquellos que se dedican a la defensa de la tierra, el territorio y el ambiente. El creciente número de conflictos socioambientales y la ausencia de adopción e implementación de medidas efectivas de su reconocimiento y protección, ha resultado en que estos defensores y defensoras sean víctimas de violencia por las causas que defienden o por el contenido de sus reivindicaciones.

 

Por otro lado,  las defensoras y defensores de derechos de personas LGBTI también enfrentan una mayor vulnerabilidad a sufrir actos de violencia, debido a la combinación de factores relacionados con la percepción de su orientación sexual e identidad de género, su rol de defensa y los temas que defienden. Asimismo, las mujeres defensoras de derechos humanos, adicionalmente a la discriminación de la que son objeto por las concepciones estereotipadas de género que les han sido atribuidas a su sexo, se enfrentan a una serie de desafíos específicos al desarrollar su labor de defensa de derechos humanos que las pone en una situación de particular vulnerabilidad.

 

El próximo año se cumplirán 20 años de la adopción de la Declaración sobre los Defensores de los Derechos Humanos de Naciones Unidas que insta a los Estados a garantizar la protección por las autoridades competentes de toda persona, individual o colectivamente, frente a toda violencia, amenaza, represalia, discriminación, presión o cualquier otra acción arbitraria resultante del ejercicio legítimo de defensa de los derechos humanos conforme la Declaración. En este sentido, entidades instan a los Estados a dar cumplimiento a lo establecido en dicha Declaración y adoptar con urgencia todas las medidas necesarias para asegurar las condiciones para que las personas defensoras realicen sus actividades libremente y adoptar o reforzar sus mecanismos de prevención y protección.

 

Fuente: CIDH