Petición permanente por el Sínodo Amazónico al inicio de cada día:
“Que el Dios de la vida y la belleza, el Espíritu Santo que nos impulsa hacia más fraternidad, unidad y dignidad, y el Cristo encarnado de la Buena Nueva, y de la inculturación y la interculturalidad nos den la serenidad, el discernimiento y la valentía para encontrar los nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral en este Sínodo Amazónico. Todo ello para el bien y la vida de sus pueblos y comunidades, y para caminar más juntos por el Reino”. Meditar por unos momentos esta petición inicial, buscar la calma interior para entrar en este momento de navegar por las aguas de la Amazonía y de la vida de la Iglesia al servicio de sus pueblos y comunidades, y para escuchar el llamado de Dios a través de su palabra viva.
Lectura del día -Fragmento- (cada uno y cada uno es invitado a profundizar en la lectura completa según su propia necesidad y criterio):
“En una ocasión en que Jesús se había retirado para orar a solas, los discípulos fueron a reunirse con él. Jesús, entonces, les preguntó: ¿Quién dice la gente que soy yo? Ellos contestaron: Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que uno de los antiguos profetas que ha resucitado. Jesús insistió: Y ustedes, ¿quién dicen que soy? Entonces Pedro declaró: ¡Tú eres el Mesías enviado por Dios! Jesús, por su parte, les encargó encarecidamente que a nadie dijeran nada de esto. Les dijo también: El Hijo del hombre tiene que sufrir mucho; va a ser rechazado por los ancianos del pueblo, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley que le darán muerte; pero al tercer día resucitará” Lucas 9, 18-22
Reflexión desde la perspectiva del Sínodo Amazónico:
Jesús sabe que su vida, sus opciones, el responder al llamado de su Padre, y su propio ser lo llevarían a ser rechazado y perseguido. Él asume su destino al decir que será rechazado por las autoridades y que le darán muerte, pero que resucitaría al tercer día. Nosotros, estamos llamados a seguir a este hombre, hijo de Dios, que se encarnó, que vivió y por consecuencia de su vida fue muerto en cruz, pero la muerte no tuvo ni tiene la última palabra, pues resucitó. En la realidad Amazónica actual es imprescindible ver con ojos de fe lo que sucede, confiando en la nueva vida que ha de venir. Pero esa vida vendrá después de mucho sufrimiento, tal como hoy lo estamos viviendo. La invitación es a permanecer ahí del lado de los que Jesús permaneció. La pregunta de ¿dónde estaría Jesús hoy en la Amazonía si estuviera aquí y con quiénes se sentaría a la mesa y con quiénes gastaría la vida? Es muy relevante. Necesitamos mirar con los ojos de Jesús esta Amazonía y reconocerlo ahí donde está vivo, actuando y llamando a seguirlo para el bien de la vida y de la propia Iglesia.
Contemplación
Contemplemos la imagen de este día y dediquemos un momento a reconocer nuestra propia vida y experiencia en la Iglesia y al servicio de la Amazonía para pedir luz en esta palabra de Dios en preparación del Sínodo. Escribir mis peticiones particulares y permanecer en ellas durante este día. Hacemos una invitación a llevar un registro de todo lo que el Espíritu suscite en nosotros como preparación interior para el Sínodo AMAZÓNICO.
Cita para meditación de cierre:
Papa Francisco. Encuentro con los Pueblos de la Amazonía. Puerto Maldonado 2018
No sucumban a los intentos que hay por desarraigar la fe católica de sus pueblos. Cada cultura y cada cosmovisión que recibe el Evangelio enriquece a la Iglesia con la visión de una nueva faceta del rostro de Cristo. La Iglesia no es ajena a vuestra problemática y a vuestras vidas, no quiere ser extraña a vuestra forma de vida y organización. Necesitamos que los pueblos originarios moldeen culturalmente las Iglesias locales amazónicas.
Viernes 27 de septiembre
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