M. María de Lourdes Rodríguez*
Uno de los grandes interrogantes perennes de la humanidad, es el sentido de la vida presente y futura. Y últimamente creo que se ha visto terriblemente colapsada, tanto en los países en vías de desarrollo, como en los desarrollados. En unos países son dramáticas las exigencias de competitividad, de marca, del tener y poseer que despersonalizan; mientras que en otros los individuos, la persona humana no encuentran el sentido de la vida, el sentido de pertenencia por no contar con elementos básicos para vivir y alimentarse adecuadamente.
Ser indiferentes ante esta situación es estar inmersa en la vaciedad y en el sin sentido de una vida cómoda y ficticia. Toda persona humana libremente, debe vivir buscando con alegría ese espacio donde recline la cabeza. Muchos denunciamos, muchos juzgamos, muchos arremetemos contra el gobierno, pero hoy deseo hacer una alto. Si, un alto para mi propia introspección y preguntarme: ¿Qué me toca a mí? ¿Qué estoy viviendo yo? ¿Cómo colaboro con los migrantes?
¡Aucha!, abrí la herida. Cuánto me quiero a mi misma para amar al extranjero, al indigente, al vagabundo, al migrante. ¿Qué he propuesto a mi propia persona, a mi familia, a mi sociedad?
¡Ah, sí! Preparar tacos y tortas muy ricas con mucho chile…. Sí, eso me gusta a mí, pero ¿les gustará a ellos? Si soy sincera conmigo misma, eso es para calmar mi conciencia, pero sé que una golondrina no hace primavera.
Creo que lo que me toca y a lo que estoy llamada es no a hacer actos aislados, ni denuncias al aire, sino a comprometerme como comunidad y buscar sumar y multiplicar.
Organizar a una pequeña comunidad para promover los valores universales que favorezca una sana convivencia. Buscar formar jóvenes en un liderazgo positivo. Generar sinergia entre líderes, empresarios y asociaciones civiles para propiciar un ambiente de armonía y de convivencia solidaria.
Pero esto me llevará tiempo, me obligará a salir de mi comodidad, me llevará a quitarme oportunidad de estar en el cafecito con mis amigas y momentos de recreación personal… además ¿cómo lo podría hacer?
¿Cómo fortalecer los valores universales entre las familias, entre los matrimonios, entre los adultos, jóvenes y niños? Vuela, vuela con tu imaginación, déjate llevar y no pienses en cambiar el mundo, cambia tú… no convenzas a la sociedad, convéncete a ti. Y poco a poco encontrarás la manera de implementar acciones que integren tus iniciativas.
La violencia en el mundo ha aumentado de manera grave y en dimensiones alucinantes y tú, yo estamos imbuidas de esa agresión y esa desesperanza, pero como mujeres nos toca confiar, humanizar, dar vida, sentido y esperanza. No creo conveniente vivir angustiados, por el comportamiento de la sociedad, ni tampoco preocupados por los migrantes, sino ocuparnos y proponer, alentar, crear, actuar en consecuencia.
Está mal la pornografía, está mal el sexting, está mal la migración, están mal los gobiernos… denuncia, denuncia, denuncia… ahora me toca anunciar. Si, anunciar. Hacer algo a favor del bien común y de la participación. Buscando con solidaridad y entusiasmo un nuevo proyecto de vida para mí, que me lleve a poner a servicio de mis hermanos los dones y cualidades que poseo.
Si, los poseo y posees dones y cualidades.
Créete eso dones y esa capacidad. Devela tu propia fuerza, tu propio vigor. Sigue tu instinto natural y construye paso a paso, un paso a la vez. Piensa, reflexiona, cierra los ojos y recorre a tus amigos, a tus conocidos. A quién podrías compartir tus inquietudes más profundas, quién estaría interesado en colaborar contigo en esta misión. Investiga en tu ciudad qué asociaciones, qué empresarios están comprometidos con el bien común y son subsidiarios. Y tendrás dos opciones, una sumar y multiplicar participando en lo que ya existe o iniciar de cero con tú iniciativa.
Ambas son buenas para ti, ambas son buenas para mí. Debe ser una asociación o una ONG a tu medida, a tu necesidad de aportar y crecer como ser humano; como mujer, como persona comprometida con la sociedad y contigo misma.
Personalmente creo, después de mi introspección, que conviene iniciar con jóvenes de 12 años, ya que existe una preocupación real de los padres de familia para este sector de la población, creo que si iniciamos a saciar esta necesidad, podremos tener una mayor penetración.
Yo me enfocaría en la transmisión de valores, dar sentido a la vida, buscar satisfacer y dar plenitud con acciones concretas. Eliminar círculos viciosos, transmitir amor proponiendo ambientes sanos.
¡Ay! Espero no estarme enredando ya que se ve como una labor titánica. Pero es más sencillo y más fácil si se pone por escrito las iniciativas, por ejemplo: propón temas de acción social, actividades deportivas, culturales, recreativos y ecológicos.
La acción social les fascina a los adolescentes, sacan todo su potencial y su capacidad de iniciativa. Al mismo tiempo que sacian su necesidad de aportar y ser tomados en cuenta. Se podría adoptar un pueblo, reforestarlo, impulsar su artesanía o su medio de producción. Podrían implementar talleres e idiomas y oficios. Impartir pláticas de superación personal, proponer asistencia psicológica, jornadas médicas y que sean los mismos adolescentes quienes consigan a los ponentes, a los médicos y psicólogos.
En cuanto a las actividades deportivas pueden ser carreras, torneos de futbol u otro deporte que interese a la localidad. Torneos inter colegial pero sumando a equipos o comunidades más necesitadas y vulnerables.
Y los eventos culturales, no sé qué se te ocurra a ti por los intereses particulares de tu comunidad, pero me interesaría escucharte.
Creo que en tu región hay actividades propias según la temporada. Yo pensaría de manera universal en concursos de talentos, conciertos, algo interesante para los chicos. La actuación, la creación de capsulas… algo de fácil gestión y al alcance de sus iniciativas e intereses.
Y en cuanto al cuidado de la casa común, puede ser la limpieza de la ciudad, limpieza de playa o bosques, la reforestación, paseos en familia, proponer algo del tema de reciclaje… muchas cosas se podrían proponer.
Pero momento, creo que podríamos ponernos un poco los pantalones largos y pensar en actividades de mayor envergadura: proyectar un congreso, con pláticas, talleres y testimonios que inviten a vivir intensamente. Velando por el propio potencial y el de la comunidad.
Por medio de las redes sociales promover campañas de valores como la solidaridad, la responsabilidad, la honestidad, el respeto… se podría proponer presentarlo a los colegios con todo un plan de acción.
Algo básico es identificar a los líderes, formarlos, motivarlos y proyectarlos. Plantearles la necesidad, hacerles ver esa necesidad existente y lanzarles el reto. Por medio de talleres escucharlos y más que guiarlos, acompañarlos. Confiar en ellos y que decidan. Pero no te preocupes, no te quiebres la cabeza. ¿De dónde sacarás los líderes? Están ahí, sólo presta atención, pueden ser miembros de tu familia, chicos de la colonia donde vives o hijos de los amigos con los que te reúnes. Podrías ir incluso a una secundaria a presentar la propuesta o hablar con una directora de colegio o un maestro de educación física. Sólo se trata de canalizar tus objetivos, dirigir tu energía hacia tus propios intereses. Lleva tu inquietud y tu propuesta en el corazón y se abrirán las puertas… podrías también acudir a una radio, cuando hay decisión la tenacidad llega sola. Sólo debes ser convincente ante ti misma y arrastrarás a los demás.
Sencillo, no. Sencillo no es. Pero si lo quieres, quiérelo. Ponte en camino.
No pretendamos que el amor al migrante surge por generación espontánea. No, no voy a recibir con amor y creatividad al migrante, si antes no acogí a mi amigo, a mi vecino, al repartidor del periódico. No, eso no es fácil. Pero si siembro en los adolescentes el amor y el impulso hacia el reconocimiento y el valor de la persona humana, si lo hago vivir experiencias de participación social y compromiso solidario, si lo invito a compartir y crear actividades para velar por el bien común, será más sencillo vivir el amor al prójimo en cualquiera de las circunstancias en que se encuentre la persona humana.
Ahora, ahora me toca, te toca sembrar, toca promover y picar piedra… y mañana otros te seguirán y te ayudarán a recorrer el camino. Recuerda que todos somos migrantes y vamos de paso por esta tierra. No los dejes solos, el migrante, el adolescente te necesita.
Yo creo en ti, hazlo creyendo en ti. Cambiará el rumbo de tu vida, tendrás fija la mirada en actividades que te impulsan y dará nuevo sentido a tu vida. Brillarás desde dentro, tu centro persona se integrará y reflejarás la grandeza que posees… nacerá en ti una comunicación llena de esperanza y una colaboración natural y muy genuina de la movilidad humana.
* Comunicadora mexicana, integrante de SIGNIS México