En el Mensaje del Papa Francisco para la 55 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de este año se nos invita a Comunicar encontrando a las personas donde están y como son” Nuevamente se nos recuerda que en la comunicación vamos al encuentro de personas, de sus vidas, narraciones, esperanzas, necesidades, y que tratamos de escuchar, ver, acoger, tocar, sorprendernos… Un comunicador cristiano no repite sólo noticias o mensajes ya hechos; no quiere llegar con una palabra cerrada y reproducir contenidos, incluso religiosos, y “no sabe recoger ni los fenómenos sociales más graves ni las energías positivas que emanan de las bases de la sociedad… y puede llevar a una información construida en las redacciones, frente al ordenador, en los terminales de las agencias, en las redes sociales, sin salir nunca a la calle, sin desgastar las suelas de los zapatos, sin encontrar a las personas para buscar historias o verificar de visu (con los propios ojos) ciertas situaciones”, dice el Papa.

 

“Porque para conocer es necesario encontrar, permitir que aquel que tengo de frente me hable, dejar que su testimonio me alcance… Numerosas realidades del planeta, más aún en este tiempo de pandemia, dirigen al mundo de la comunicación la invitación a “ir y ver”. Pues existe el riesgo de contar la pandemia, y cada crisis, sólo desde los ojos del mundo más rico”. En ese sentido, podríamos recoger y dar voz a tantas historias de generosidad, unión, cooperación, solidaridad, sacrificio, caridad, vividas por personas y grupos dentro de la pandemia. Cuidando todas las medidas sanitarias de seguridad, el espíritu cristiano se ha mostrado vivo y patente en la vida cotidiana.

 

Los comunicadores católicos somos testigos y prójimos, no meros espectadores externos o reproductores de datos; testigos en situaciones donde otros no van o no quieren ir; testigos de sentidos de vida que recogemos y compartimos; testigos con compromiso, valentía y servicio a la verdad de la realidad. “El desafío que nos espera es, por lo tanto, el de comunicar encontrando a las personas donde están y como son”. El Espíritu del Señor nos lleva a ese encuentro.

 

Luis García Orso, S.J.

 

México, mayo 7 de 2021