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COP25: Termina la década más cálida

SIGNIS ALC

06 diciembre 2019

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COP25: Termina la década más cálida sin medidas de salud contra el cambio climático

COP25: Termina la década más cálida sin medidas de salud contra el cambio climático

Madrid, España.– Dos informes publicados durante la vigesimoquinta Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP25, que se celebra en Madrid, ponen de relieve la forma en que mientras aumenta la temperatura media de la tierra, con catastróficos resultados para la vida en el planeta, incluida la propia salud, los seres humanos no adoptan medidas eficaces para detener este fenómeno o mitigar sus efectos. Según estos estudios, al menos 7 millones de personas mueren al año por la contaminación del aire con los mismos gases que causan el cambio climático. Además, en 2018, la cantidad de personas de más 65 años expuestas a olas de calor aumentó en 220 millones con respecto a la media del período entre 1986 y 2005. Sin embargo, solo uno de cada cinco países tiene estrategias de salud en materia de cambio climático. 

Uno de los documentos, la Declaración sobre el estado del clima mundial, suscrito por científicos de la Organización Meteorológica Mundial contiene muchos de los hallazgos ya revelados en el informe United in Science o Unidos en la Ciencia en septiembre. Según esta Declaración se confirma que el año 2019 pone punto final a una década marcada por registros de calor excepcionales, por el retroceso de los hielos y por subidas del nivel del mar sin precedentes a nivel mundial, cambios exacerbados por las emisiones de gases de efecto invernadero fruto de la actividad humana.

 

Casi con toda certeza, las temperaturas medias del quinquenio (2015-2019) y de la década (2010-2019) serán las más elevadas de las que se tiene constancia y todo apunta a que 2019 será el segundo o tercer año más cálido del que se tienen datos.

 

Las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera alcanzaron un nuevo máximo histórico de 407,8 partes por millón en 2018, y en 2019 no dejaron de aumentar. Ese gas permanece en la atmósfera durante siglos, y en los océanos durante períodos todavía más prolongados, de modo que perpetúa el cambio climático.

 

También se ha constatado que, desde 1993, cuando se empezaron las mediciones satelitales, la subida del nivel del mar se ha acelerado a causa de la fusión de los mantos de hielo de Groenlandia y la Antártida.

 

Hasta recientemente las predicciones sobre el cambio climático se proyectaban más allá de las generaciones que lo iban a vivir, pero el calentamiento global ha llegado mucho más rápido de lo que se esperaba.

 

La temperatura global promedio se estima actualmente en 1,1° C, un grado más por encima de los tiempos preindustriales (1850–1900) y las consecuencias se están dejando notar: los fenómenos climáticos extremos son más intensos y frecuentes con todas las consecuencias que ello conlleva.

 

Los efectos del cambio climático se manifiestan a diario en forma de fenómenos meteorológicos extremos y anómalos.

 

“Las olas de calor y las inundaciones que solían producirse una vez cada 100 años son cada vez más frecuentes. Los efectos de ciclones tropicales de una intensidad devastadora se sienten desde las Bahamas hasta el Japón, pasando por Mozambique, y los incendios forestales arrasan grandes zonas del Ártico y Australia”, declaró Taalas. Y, sin embargo, no es nada comparado con lo que puede llegar a ser.

 

“Si no adoptamos medidas urgentes para combatir el cambio climático ahora, todo apunta a un aumento de la temperatura de más de 3 °C de aquí a finales de siglo, y sus consecuencias para el bienestar de la humanidad serán todavía más perjudiciales”, afirma el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Taalas.

 

En este momento, estamos muy lejos de cumplir el objetivo del Acuerdo de París sobre cambio climático de mantener la temperatura media de la tierra por debajo de los 2 grados centígrados.

 

Riesgos para la salud

 

Una parte importante de la Declaración sobre el estado del clima 2019 se dedica a los impactos que los fenómenos meteorológicos y climáticos tienen en la salud.

 

Por ejemplo, las mismas emisiones de gases que producen el efecto invernadero son de la contaminación del aire, origen de la muerte prematura de siete millones de personas al año.

 

Además, solo en 2018, la cantidad de personas vulnerables de más 65 años expuestas a olas de calor aumentó en 220 millones con respecto a la media del período de referencia comprendido entre 1986 y 2005.

 

Por tanto, proteger la salud humana de los efectos del cambio climático es más urgente que nunca y, sin embargo, tampoco en este capítulo estamos haciendo mucho para prepararnos. En otro informe publicado por la Organización Mundial de la Salud se destaca que solo uno de cada cinco países han diseñado estrategias para mitigar los efectos de este fenómeno.

 

En el informe, que se basa en una encuesta llevada a cabo en más de cien países, esta agencia de la ONU señala que únicamente el 38% de los países cuenta con recursos para ejecutar parcialmente su estrategia nacional en materia de salud y cambio climático, y menos del 10% destina recursos suficientes para su plena ejecución.

 

Según se publica en el portal de Naciones Unidas, la doctora María Neira, del Departamento de Salud Pública de la OMS, que participa en la COP25 en Madrid, ha indicado que la Organización quiere resaltar la necesidad de que “la salud esté mucho más presente en las decisiones” de esta Conferencia y que se aceleren las medidas “para luchar contra el cambio climático, porque está teniendo un impacto muy negativo en la salud de las personas”.

 

Fuente: ONU

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