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El bloqueo representa un gesto de solidaridad para con la isla.

 

Frei Betto*

El próximo 29 de octubre la Asamblea General de la ONU, después de oír el informe presentado por el secretario general, Ban Ki Moon, votará el proyecto de Cuba respecto a la suspensión del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a la isla del Caribe por el gobierno de los Estados Unidos en 1959.

 

Será la 17ª vez que la ONU tratará este tema. En el 2007, de los 192 países miembros de las Naciones Unidas, 184 votaron a favor del proyecto que pedía la suspensión. Por desgracia sus resoluciones no tienen carácter obligatorio, excepto las del Consejo de Seguridad.

 

El hecho de que la mayoría de países condenaran, 16 veces, el bloqueo representa un gesto de solidaridad para con la isla y una derrota moral para la Casa Blanca, cuya prepotencia queda evidente al no tener la menor consideración con lo que piensa la comunidad internacional, que repudia la hostilidad usamericana.

 

El bloqueo es el principal obstáculo para el desarrollo de Cuba. El año pasado representó para el país un perjuicio de US$ 3,775 millones. A lo largo de los 50 años de Revolución se calcula que el total del perjuicio llegó a US$ 224,600 millones, teniendo en cuenta la desvalorización del dólar y sus fluctuaciones en el transcurso del tiempo.

 

El bloqueo es un pulpo con tentáculos extraterritoriales, violando el derecho internacional, en especial la Convención de Ginebra, que lo califica de genocidio. Las empresas, bancos y ciudadanos que mantengan relaciones económicas, comerciales o financieras con Cuba sufren persecución. A ejemplo de lo que hizo China durante las Olimpiadas, también el gobierno usamericano bloquea sitios de Internet relacionados con Cuba.

 

Con un gran costo el gobierno cubano ha conseguido abrir pequeñas brechas en el bloqueo, como comprar alimentos en los EE.UU. Pero las empresas vendedoras enfrentan una gigantesca burocracia, sobre todo porque la comercialización debe pasar por la mediación de un tercer país, pues el bloqueo prohíbe relaciones directas entre los EE.UU. y Cuba. El comprador es obligado a pagar por adelantado y no puede vender sus productos a los usamericanos; los navíos regresan vacíos a sus puertos de origen. Los recientes huracanes Gustav e Ike causaron muchos daños en la isla.

 

Grandes extensiones agrícolas quedaron devastadas, 444 mil viviendas afectadas, de las cuales 67 mil totalmente destruidas. Con el alza del precio de los alimentos en el mercado internacional Cuba no está con la cuerda al cuello gracias a la solidaridad internacional, incluyendo a la Unión Europea y Brasil.
El gobierno cubano solicitó a la Casa Blanca una tregua en el bloqueo durante los próximos seis meses por razones humanitarias.

 

Hasta ahora Bush mantiene completo silencio. Sin embargo la máquina publicitaria de la Casa Blanca trata de camuflar la omisión presidencial con una serie de mentiras, como el ofrecimiento de US$ 5 millones a los cubanos víctimas de los huracanes. ¿Pero qué representa esa cantidad ante los US$ 46 millones que recibió la USAID este año para financiar grupos mercenarios dedicados al terrorismo anticubano? Y otros US$ 40 millones que fueron dados para mantener las retransmisiones de radio y televisión contra el régimen de Cuba.

 

A pesar de que el bloqueo ha causado más daño que todos los huracanes que han afectado a Cuba, la nación resiste y ahora se moviliza en grandes equipos de trabajo para contrarrestar los estragos causados por la naturaleza y mejorar la producción agrícola, gracias a las recientes medidas que facilitan a los campesinos el acceso a las tierras en que anteriormente se cultivaba caña de azúcar. Además de tener en el Estado un comprador seguro, los agricultores cubanos podrán vender directamente al consumidor.

 

Sin quedarse mirando su propio ombligo, Cuba reitera su solidaridad internacional y envía médicos a las víctimas de los huracanes en Haití, y sigue manteniendo médicos y profesores en más de 70 países, la mayoría pobres.
La historia es una vieja señora que nos sorprende cada día. ¿Quién imaginaría hace un año que el socialismo cubano vería la crisis financiera de Wall Street, y al Estado más capitalista del mundo contradecir todos sus discursos e intervenir en el mercado para tratar de salvar bancos y empresas? ¿Dónde queda el dogma de la inmaculada concepción de que fuera del mercado no hay salvación?

 

PS. Se pueden enviar contribuciones para la compra de alimentos y medicinas, que serán enviados a los damnificados de Cuba, a: Asociación Acción Solidaria Madre Cristina, Banco do Brasil 4328-1, Cuenta 6654-0

 

*Frei Betto es escritor, autor de “La mosca azul. Reflexión sobre el poder”, entre otros libros.

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