En efecto, durante el paro la FLIP ha registrado 165 violaciones a la libertad de prensa que han dejado 186 víctimas. Dentro de los hechos más graves se destacan: 59 agresiones físicas; 31 amenazas; y 6 detenciones ilegales. En este contexto, las mujeres periodistas han sido víctimas de 30 agresiones, entre las que se encuentran las agresiones físicas (10), el robo o eliminación del material periodístico (5), las detenciones ilegales (3) y las amenazas (4).
Según apunta, es altamente preocupante que la violencia contra la prensa mantenga su intensidad con el correr de los días, los mismos ataques que se han presentado desde el día uno de protestas siguen afectando a periodistas hoy; y no hemos visto que las autoridades se hayan esforzado por proteger a la prensa y defender el derecho a la libertad de expresión.
A decir de la FLIP, un aspecto que eleva la preocupación es que el agresor más frecuente ha sido la fuerza pública con 87 ataques. Es decir, el 52% de las agresiones fueron cometidas por uniformados, quienes han intimidado, amenazado, agredido, obstruido y estigmatizado a los y las periodistas.También preocupan los 55 ataques cometidos por ciudadanos particulares que intentan censurar y obstruir el trabajo de las y los periodistas.
En estos 28 días se ha registrado el más alto número de agresiones contra las y los periodistas que cubren las masivas manifestaciones sociales. En el paro agrario de 2013 (25 días) se registraron 24 agresiones; en el paro nacional de 2019 (40 días) se documentaron 76 ataques a la prensa. Esto quiere decir que ya se duplicó la cifra de agresiones registradas hace dos años, en un menor tiempo.
Según se denuncia, miembros de la Policía Nacional, y especialmente del Esmad, han atacado constantemente a periodistas que cubren las manifestaciones sociales y que muchas veces registran casos de abuso de fuerza. En la documentación de los 87 casos, desde la FLIP se ha identificado una serie de patrones dentro de los distintos tipos de agresiones documentadas que dan cuenta de que dichas agresiones han tenido como finalidad atentar contra la libertad de prensa. Se destacan los disparos directos, las agresiones con gases lacrimógenos, los golpes con elementos como escudos o bolillos, los ataques con taser, y los golpes como patadas y puños.
Más detalles de los casos de violencia y agresiones contra la prensa se puede revisar en el sitio web de la FLIP
Fuente: FLI