Ciudad del Vaticano.- Luego de que la mañana de este miércoles 24 de enero se hiciera público el Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales titulado “‘La verdad os hará libres’ (Jn 8, 32). Fake news y periodismo de paz”, el Prefecto de la Secretaría para la Comunicación, Monseñor Dario Edoardo Viganò, compartió sus pimeras reflexiones sobre el mensaje Pontificio. Según dijo, el papa durante “todo el mensaje, incluso en sus notas de actualidad, gira en torno a una fuerte raíz bíblica” para explicar que cuando el hombre, “sigue su propio egoísmo orgulloso, también puede hacer un mal uso de la facultad de comunicar”.
Monseñor Viganò recordó la cita de Dostoievski que incluye el Santo Padre en su mensaje: “Quien se miente a sí mismo y escucha sus propias mentiras, llega al punto de no poder distinguir la verdad, ni dentro de sí mismo ni en torno a sí, y de este modo comienza a perder el respeto a sí mismo y a los demás”.
“La comunicación humana – recuerda el Papa – es una modalidad esencial para vivir la comunión”. Pero si nuestras relaciones están envenenadas, ¿qué comunión podremos vivir?
Las falsas noticias, las llamadas fake news, “son uno de los elementos que envenenan las relaciones. Son noticias de sabor verdadero, pero de hecho son infundadas, parciales, cuando no son incluso falsas. En las falsas noticias el problema no es la falta de veracidad, que es muy evidente, sino la verosimilitud”, dijo.
“Cuesta reconocer las falsas noticias porque tienen una fisionomía mimética: es la dinámica del mal que se presenta siempre como un bien fácilmente alcanzable. La eficacia dramática de este tipo de contenidos está precisamente en el hecho de desenmascarar la propia falsedad, en el hecho de parecer plausibles para algunos, obrando sobre competencias, expectativas, prejuicios enraizados dentro de grupos sociales más o menos amplios. Por esta razón, las falsas noticias son especialmente insidiosas, dotadas de una capacidad de toma y de cabida lamentablemente notables. Aspectos agudizados por el papel de las redes sociales en la detonación y en la propagación que, unidos a una utilización manipuladora, terminan por desembocar en formas de intolerancia y odio”, agregó.
¿Cuál es el antídoto contra el veneno de las falsas noticias?
Las falsas noticias, de hecho, nacen del prejuicio y de la incapacidad de la escucha. “El antídoto más eficaz contra el virus de la falsedad – escribe el Santo Padre en el mensaje – es dejarse purificar por la verdad”. Sólo así podremos contrastar, desde su nacimiento, prejuicios y sorderas que no hacen más que detener toda forma de comunicación, encerrando a todos en un círculo vicioso. La capacidad de escucha y, por lo tanto, de diálogo exige una madurez humana capaz de favorecer adaptaciones a las diversas e imprevistas circunstancias.
La comunicación no es sólo transmisión de noticias: es disponibilidad, enriquecimiento recíproco, relación. Sólo con un corazón libre y capaz de escucha, atento y respetuoso, la comunicación puede construir puentes, ocasiones de paz sin fingimientos. Todo esto nos exhorta a no rendirnos en la búsqueda y en la propagación de la verdad, sobre todo en la educación de los jóvenes. Como recordaba Pablo VI (Cfr. Mensaje de 1972: “Los instrumentos de comunicación social al servicio de la verdad”): “El hombre, y mucho más el cristiano, no abdicará jamás de su capacidad de contribuir a la conquista de la verdad: no sólo la abstracta o filosófica, sino también la concreta y diaria de los sucesos particulares; si abdicase, dañaría de esa forma la propia dignidad personal”.
Al ser consultado sobre el modo en que los periodistas y las instituciones pueden poner en práctica este mensaje, Mons. Viganò recordó la importancia de “reconducir al centro del debate la responsabilidad de la comunicación. Este valor, junto a la libertad de expresión, es capaz de hacer de la misma comunicación un lugar de escucha, de diálogo e incluso de disentimiento, si bien en las formas de la normal dialéctica de la interacción. Por lo tanto, partiendo de los requisitos de base requeridos por la deontología profesional, es necesario reconstruir el contexto a fin de que los hechos referidos posean una luz auténtica sin sombras de verdades a medias o de verosimilitudes. En este proceso pienso que tantos los ciudadanos como las instituciones deban encontrar nuevas formas de alianzas que van desde la escuela hasta la política”, dijo.
El mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales se hizo público, como ya es tradicional, este miécoles 24 de enero, en la Memoria de San Francisco de Sales .
Redacción de SIGNIS ALC, a partir de la entrevista de Massimiliano Menichetti, publicada en Vatican News