Petición permanente por el Sínodo Amazónico al inicio de cada día:
“Que el Dios de la vida y la belleza, el Espíritu Santo que nos impulsa hacia más fraternidad, unidad y dignidad, y el Cristo encarnado de la Buena Nueva, y de la inculturación y la interculturalidad nos den la serenidad, el discernimiento y la valentía para encontrar los nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral en este Sínodo Amazónico. Todo ello para el bien y la vida de sus pueblos y comunidades, y para caminar más juntos por el Reino”. Meditar por unos momentos esta petición inicial, buscar la calma interior para entrar en este momento de navegar por las aguas de la Amazonía y de la vida de la Iglesia al servicio de sus pueblos y comunidades, y para escuchar el llamado de Dios a través de su palabra viva.
Lectura del día -Fragmento- (cada uno y cada uno es invitado a profundizar en la lectura completa según su propia necesidad y criterio):
“En aquel tiempo, dijo el Señor: ¿Con qué compararé a esta gente de hoy? ¿A quién es comparable? Puede compararse a esos niños que se sientan en la plaza y se interpelan unos a otros: «¡Hemos tocado la flauta para ustedes, y no han bailado; les hemos cantado tonadas tristes, y no han llorado!». Porque vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y ustedes dijeron de él: «Tiene un demonio dentro». Pero después ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: «Ahí tienen a un glotón y borracho, amigo de andar con recaudadores de impuestos y con gente de mala reputación». Pero la sabiduría se acredita en los que verdaderamente la poseen.” Lucas 7, 31-35
Reflexión desde la perspectiva del Sínodo Amazónico:
Este Sínodo, a la luz de esta lectura, nos exige no ser insensibles. Reconocer la presencia de Dios en la Amazonía significa celebrar con su alegría, con su belleza, con su diversidad cultural, a reconocer la vida en los colores, los cantos, la danza, las tradiciones, las espiritualidades. Es una invitación a ver a Dios ahí presente en la historia pues Él lo ha creado todo, y si no amara lo que ha creado no lo habría realizado. Y por otro lado a no ser insensibles ante el dolor cotidiano y tan devastador, a sentir en nuestra propia piel el dolor de las tonadas tristes de la muerte que atenaza a la Amazonía y a sus pueblos de tantas maneras. Jesús nos pide ser sensibles y a responder a la realidad. Nuestra respuesta producirá reacciones, pues el propio Jesús fue criticado y señalado como alguien que se adentraba demasiado en la vida de las personas. Pero era tal su amor, que no tenía miedo de entrar en la cotidianidad de sus hermanos-as, y eso mismo es lo que se nos pide en este Sínodo Amazónico. Adentrarnos en la realidad sin miedo, y desde ella ofrecer propuestas valientes como pide el Papa, nuevos caminos de comunión que permitan que el proyecto de Reino sea viable y que la muerte no siga amenazado a esta Amazonía.
Contemplación
Contemplemos la imagen de este día y dediquemos un momento a reconocer nuestra propia vida y experiencia en la Iglesia y al servicio de la Amazonía para pedir luz en esta palabra de Dios en preparación del Sínodo. Escribir mis peticiones particulares y permanecer en ellas durante este día. Hacemos una invitación a llevar un registro de todo lo que el Espíritu suscite en nosotros como preparación interior para el Sínodo AMAZÓNICO.
Cita para meditación de cierre:
La misa sobre el mundo. Teilhard de Chardin Señor, haz que tu habitación bajo las Especies universales se convierta verdaderamente en una Presencia real y no sea solamente querida y acariciada por mí como el fruto de una especulación filosófica. Querámoslo o no, por tu poder y por derecho propio, te has encarnado en el Mundo, y nosotros vivimos adheridos a ti (…) En nuestra plegaria en el altar pedimos, pues, que en la consagración el misterio se haga realidad para nosotros: “Para que sea para nosotros el Cuerpo y la Sangre…»
Miércoles 18 de septiembre
Día 23: El ser humano marca nuestro rumbo
Día 23: O ser humano determina nosso rumo
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