Avanza la producción del documental sobre la retrospectiva biográfica del hermano Vicente Cañas, religioso jesuita asesinado el 6 de abril de 1987, en el Rio Juruena, Territorio Indígena Enawenê-Nawê, en Brasil. El nuevo documental hace parte de la serie audiovisual “La Vida por la Amazonía” que produce la Red Eclesial Panamazónica, con la coordinación de SIGNIS ALC, que recupera los testimonios de vida y el legado de varios hombres y mujeres que dieron su vida por la defensa de este territorio y sus pueblos.
La realización de este vídeo documental está a cargo de la productora católica brasileña Verbo Films, bajo la dirección del Padre Cireneu Kuhn.
El documental busca mantener viva la memoria del Hno. Vicente Cañas, un misionero que desde 1971 decidió entrar en contacto con los indios Miky, un grupo indígena que habitaba en el margen derecho del río Juruena, quienes lo bautizan con el nombre de Kiwixí (fruto del cielo) por su entrega y amor. Luego entra a convivir entre los indígenas Enawenê-Nawê, desde 1977, en que se entregó a trabajar por la garantía de los derechos de los indígenas y por la demarcación de su territorio tradicional. En la actualidad, su testimonio y coherencia de vida interpelan y cuestionan frente al actual contexto socio-político-económico.
En la producción de este registro documental se presentan los testimonios de personas que convivieron con el hermano Vicente y que ayudarán a reavivar la fe, esperanza y utopía.
Al comentar sobre la vida y martirio de Vicente Cañas, el misionero Fernando López expresa “Gracias hermano Vicente Cañas por dejarte amasar y germinar por la Amazonía y sus pueblos. Gracias por tu tumba florida, por donarte todo, por tu martirio y transformación profética, hermano jesuita, en (Kiwxi) hermano de los indios!”
En abril de 1987 es asesinado el hermano Vicdente Cañas por los hacendados que buscaban apropiarse de las tierras de los Ena wenê Nawê. El 16 de mayo de 1987 se descubre su cadáver en la cabaña donde vivía retirado en la aldea de los Ena wenê Nawê, ubicada a la orilla del rio Juruena, a unos 60 kilómetros de la demarcación, y donde escribía de manera detallada toda la vida de la aldea. Su cuerpo fue encontrado momificado y preservado, al lado del barraco que usaba como espacio de apoyo.
Redacción: SIGNIS ALC
