La vicepresidenta de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), Zuliana Lainez, visitó El Salvador para realizar un diagnóstico sobre la situación en la que los profesionales del periodismo cumplen su trabajo. En una entrevista con el periodista David Bernal, del periódico La Prensa Gráfica, comentó que el objetivo de su visita era la de conocer la situación del gremio y determinar la forma en la que pueden ayudar desde el exterior.
Según señala, a través de la Asociación de Periodistas de El Salvador en la Federación Internacional de Periodistas conocían sobre temas graves, como el espionaje a periodistas, a partir del software israelí Pegasus.
Consideró importante que 15 colegas de El Faro han llevado ante un tribunal federal en Estados Unidos a la empresa NSO por vigilar a periodistas.
Agrega que el espionaje a periodista no solamente pone en riesgo la privacidad y la integridad del periodista en particular, sino que de hecho es un elemento que disuade a la fuente.
¿Qué fuente va a querer hablar con un periodista si sabe que al final, no por voluntad del periodista sino por injerencia de este tipo de software, se puede terminar revelando su identidad y el contenido de lo que pueda compartirle? El espionaje es algo que pone a El Salvador en el mapa mundial, porque aquí está probado que hubo espionaje a periodistas, no es una suposición, y ahora lo que hay que hacer es exigir responsabilidades, dice la vicepresidenta de la FIP.
Adicionalmente, dijo que genera preocupación la alta estigmatización que hay hacia el papel de la prensa. Recibimos denuncias documentadas de que en las pocas veces en las que se brinda declaraciones a la prensa, el propio presidente Bukele y otras personas con responsabilidad de gobierno ridiculizan a periodistas que pueden llegar a hacer preguntas.
El hecho de ridiculizar, desde quien tiene la más alta responsabilidad de la nación, es una afectación grave a la libertad de expresión, porque eso no se queda ahí, eso cala en la población y luego expones a riesgos a los colegas cuando tienen que salir a hacer alguna cobertura. Se exponen no solo a la agresión verbal, sino a la agresión física y ni qué decir a la sobreexposición en redes sociales, que por desgracia es algo cotidiano en el país, agrega.
Para Zuliana Lainez, casi un 80% de periodistas habla de haber sido víctimas de ataques digitales, no solo de hordas de troles, sino de seguidores del presidente Bukele.
Advierte que cuando los ataques se normalizan la situación sigue escalando. Señala que otra preocupación gira en torno a las reformas a normativas legales que están convirtiéndose en una amenaza sutil a la actividad periodística, como las reformas al Código Penal que criminalizan la actividad periodística, que prohíben a un periodista poder nombrar pandillas o maras o difundir información, porque ello genera una censura previa y eso es atentatorio a la actividad periodística.
Así también, expresó preocupación por las agresiones reportadas por el Centro de Monitoreo de Agresiones a Periodistas de la APES que en 2021 ha documentado como el año con más agresiones hacia comunicadores, especialmente en redes sociales y hacia mujeres periodistas y destacó que para ofrecer garantías a las mujeres periodistas la UNESCO y la propia Organización de las Naciones Unidas ha sacado recomendaciones enfocadas en ataques particulares a mujeres periodistas.
Enfatizó en que hay que trabajar temas de seguridad digital, pero hay que trabajar también temas de contingencia emocional porque se está sobre expuesto a este tipo de ataques de manera cotidiana, lo que desgasta y lleva a que las compañeras abandonen las redes sociales.
Es fundamental la articulación que se puede hacer con la comunidad internacional. Sabemos cuál es la postura del Gobierno respecto a la comunidad internacional porque nos llega información de cada descalificación que hace el gobierno salvadoreño a todo el Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Pero la comunidad internacional es la comunidad internacional y El Salvador no puede quedar aislado del mundo.
El Salvador no va a sobrevivir si es una isla, necesita estar conectado y ese es el papel que nosotros podemos jugar con el Sistema de Naciones Unidas, visibilizando lo que está pasando aquí. Si podemos movilizar a la comunidad diplomática en El Salvador para que asuman también un rol más garantista respecto a la actividad periodística y a la libertad de expresión, y si podemos llevar muchos de esos casos a tribunales internacionales, creo que estaremos contribuyendo primero a que los periodistas aquí no se sientan solos. Por lo que escuchamos y vemos nos damos cuenta que a partir del 2024 la cosa podría agudizarse, entonces es mejor actuar ahora. Porque si una sociedad se queda sin periodismo independiente la que paga la factura es la democracia, dice la vicepresidenta de la FIP.
Fuente: La Prensa Gráfica