Ceará, Brasil.- “Si las emisoras de televisión respetaran los preceptos legales, no existirían programas policiales sensacionalistas, sino dirigidos a las cuestiones referentes a la seguridad pública”. Así expresó la profesora Inês Vitorino, catedrática de la Universidad Federal de Ceará, al exponer en el foro “Comunicación y Seguridad Pública: El Programa Policial ayuda u obstruye?”, que tuvo lugar el miércoles 6 de junio.
Inês Vitorino, que forma parte de la coordinación del Grupo de Investigación de la Relación, Infancia, Adolescencia y Medios de la UFC, apuntó varias diferencias entre los programas policiales sensacionalistas y los que promueven un debate serio sobre seguridad pública.
En su crítica, la profesora apuntó que los programas policiales más comunes en la programación abierta de TV son orientados por criterios de entretenimiento, con el compromiso de mantener índices de audiencia con base en el sensacionalismo grotesco y en la explotación del dolor. “Estos adoptan una práctica de irrespeto cotidiano basado en fuerte apelo emocional, lo que hiere, incluso, diversas legislaciones, principalmente aquellas que tratan las cuestiones del niño y del adolescente”, dijo.
Ella observó que las atracciones dirigidas a la reflexión sobre seguridad pública deberían orientarse por los criterios de noticiabilidad y tener compromiso con la calidad de la información, siempre considerando la pluralidad de las fuentes.
Los programas policiales de la forma como se presentan actualmente, según Inés Vitorino, “sólo ayudan a las emisoras de TV y sus presentadores, así como a los sectores de seguridad ya los políticos que usan la violencia para autopromoverse, y perjudican a todos los que no lucran con la violencia , en especial pobres, negros, mujeres, LGBTs, niños y adolescentes “.
En la condición de moderadora del foro, la periodista Angela Marinho ponderó que el derecho de imagen debe ser resguardado en todas las circunstancias, no sólo para menores y adolescentes, como una garantía establecida por el ordenamiento jurídico brasileño, desde la Constitución Federal a los Códigos Penal y Civil, además de los Estatutos.
Angela, que tambié es asesora del Consejo de Altos Estudios y Asuntos Estratégicos de la Asamblea Legislativa, citó casos emblemáticos, en los que esos derechos fueron irrespetados, como la exhibición del vídeo del asesinato de Dandara dos Santos, por las emisoras de TV, en febrero de 2017.
Modelo primitivo
A su vez, el presidente de la Asociación Cearense de emisoras de radio y televisión (Acert), el periodista Paulo César Norões, consideró que, particularmente, el programa policial, cuyo modelo es blanco del debate, tiene un formato que aún es muy “primitivo”, pero que “tiene una razón de ser”.
Según él, son programas que ayudan a la emisora a facturar para pagar sus cuentas y sobrevivir, y “que atienden a una demanda de un público que está cada día más activo en la televisión, que es el público de las clases C, D y E” .
Para el periodista, ese público vive aquella realidad diariamente, y los programas notician los acontecimientos de su entorno. “Son madres que reconocen bandidos y víctimas de dentro de su comunidad y se mantienen alertas sobre los últimos acontecimientos, en el sentido de proteger a los hijos y la familia, sin hablar del sesgo utilitario, como denuncias de moradores sobre pésimas condiciones del barrio, niños desaparecidos, etc.”, explicó.
Paulo César Norões señaló que no está de acuerdo con el formato de los programas policiales que, para él, son agresivos éticamente y esteticamente, “pero ellos atienden a una parte de la sociedad que vive aquello todos los días”.
Enfoque en las periferias
El presidente de la Central Única de las Favelas (Cufa), Negro Zezé, llamó la atención sobre el abordaje policial en las periferias. De acuerdo con él, mucho de la truculencia vista en esos enfoques tiene en los programas policiales su principal justificación. “Estos programas viabilizan ese discurso represor de que sólo la violencia resuelve las cuestiones en las comunidades”, dijo.
Según él, en las periferias, “no hay estado de derecho”. “la Policía invade una casa cuando tiene que invadir y eso ya se naturalizó. “Ahora va a hacer eso en un barrio noble, nadie acepta”, ejemplificó.
Aún, agrega Negro Zezé, ese discurso represor presente en los programas policiales es algo que la sociedad que no vive en las periferias y comunidades “pide y quiere”.
Irrespeto a la legislación
De su lado, la promotora de Justicia de la Infancia y la Juventud, Antônia Lima Sousa, llamó la atención sobre el incumplimiento de la legislación en cuanto a la condena y exposición de jóvenes implicados directa o indirectamente con el crimen por esos programas. Según ella, no hay respeto a la dignidad humana, tampoco a la ley, en la forma en que los adolescentes son expuestos en los medios. “Ellos no son juzgados como determina la ley, no tienen derecho a la defensa y tampoco a quien condena escucha la versión contraria”, dijo.
Según la fiscal, de la forma en que son acusados, son expuestos como condenados por los reporteros y presentadores de esos programas, y es así que la sociedad los asimila.
Fuente: Agencia Buena Noticia / Con informaciones de la Asamblea Legislativa de Ceará