En un comunicado suscrito por varias organizaciones sociales y populares se denunció que las inundaciones que están afectando a varias regiones de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay no son resultado de una “catástrofe natural, sino la consecuencia del modelo productivo”. En el pronunciamiento se constata que las inundaciones registradas en los últimos días de 2015 “son las peores de los últimos 50 años”.
“Cientos de miles de familias tienen que ser evacuadas tras perderlo todo. El desborde de los cursos normales del agua no es la consecuencia lógica de las lluvias, sino producto de la alteración de los equilibrios naturales de los diferentes ecosistemas en toda la región, a partir del cambio de uso de la tierra: la deforestación, la sojización y así como la sustitución de nuestras praderas y bosques nativos por especies de árboles exóticos como los eucaliptus y pinos por decisión de “los mercados”, dice el comunicado.
El pronunciamiento agrega que “Como sucede habitualmente, estas relaciones económico-ambientales (e incluso la gravedad de los efectos sobre la población) tienden a ser negadas por las autoridades políticas y ocultadas por los medios privados de comunicación. El nuevo presidente argentino, Mauricio Macri, por ejemplo, trató de minimizar la situación afirmando que “hay lugares donde sobra el agua y otros donde falta”. Por su parte, en Paraguay, el Presidente Horacio Cartes está tardando demasiado tiempo en declarar situación de emergencia nacional, algo que todavía no ha hecho a pesar de que al día de hoy son 4 los departamentos más afectados por la crecida, con más de 100 mil damnificados en zonas ribereñas. Para Cartes, de hecho, la deforestación “es un detalle” nada más, como lo manifestó en su momento ante las críticas que generó su fraudulento informe en la reciente Cumbre del Cambio Climático de París.
Sin embargo, la raíz del problema fundamental es que el desmonte y las grandes represas eliminan la capacidad de la naturaleza para regular los efectos de las lluvias. Sólo en Argentina, han sido desforestadas 9 millones de hectáreas en los últimos 25 años, se ha desmontado el 75% de los bosques, en su mayoría en la zona afectada por las recientes crecidas. Un panorama similar sucede en los demás países de la región. De esta manera, los beneficiarios del agronegocio, que son las compañías multinacionales y los grandes poseedores de tierra, descargan como “externalidades” los impactos sobre el resto de la población, que sufre las consecuencias.
Las organizaciones populares llamamos a la solidaridad y convocamos a debatir sobre el modelo productivo y sus consecuencias socioambientales.
Para adhesiones, escribir a Inundaciones.evitables@gmail.com
Fuente: Movimientos Populares
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