Quito, Ecuador.- Hablar sobre “el Vivir Bien / Buen Vivir es hacer referencia a una cosmovisión, es decir una forma de ver y entender la realidad, que tiene su fuente fundante en la vida comunitaria, o en el buen convivir de los pueblos indígenas-originarios”. Así expuso el comunicólogo boliviano Adalid Contreras, en la conferencia magistral sobre la comunicación para el Buen Vivir/Vivir Bien, en el segundo día del Seminario Latinoamericano sobre “El buen convivir y  bien transformar en la comunicación”, organizado por la Asociación Católica Latinoamericana y Caribeña de Comunicación, SIGNIS ALC, conjuntamente con el Programa de Maestría en comunicación estratégica, de la Universidad Andina Simón Bolívar, sede Quito, entre el 26 y 27 de febrero de 2019.

 

Según explicó el catedrático e investigador boliviano, el Buen Vivir/Vivir Bien, “más que un concepto es una alternativa esperanzadora de sociedad, frente al “vivir mejor” de grupos que fabrican su riqueza a costa de las mayorías y establecen su plusvalía a expensas de la madre naturaleza”.

 

El Buen Vivir es expresión de denuncia sobre las formas de discriminación, exclusión y explotación en el mundo, al mismo tiempo que se constituye en un anuncio de vida digna. En este sentido, es una “propuesta esperanzadora de buena convivencia entre sociedades y con la naturaleza, que para legitimarse tiene que construirse en la cotidianeidad de nuestras sociedades”, agregó.

 

Entonces, “el Vivir Bien / Buen Vivir es una sociedad a construirse, al mismo tiempo que el camino para llegar a ella.  Dicho de otro modo, la sociedad de la solidaridad será producto de las prácticas solidarias de los pueblos.

 

Este camino y destino se hacen con una irrenunciable opción por los más pobres, para que las sociedades de la armonía y la plenitud sean inclusivas, colaborativas y equitativas, para todos y todas, sin desequilibrios para las sociedades y la naturaleza”, apuntó.

 

Adalid Contreras reconoce que “si bien la legitimación del Vivir Bien / Buen Vivir está en la naturaleza comunitaria y de vida en plenitud y armonía de los pueblos indígenas originarios, ha sido apropiado y enriquecido desde distintas otras sociedades y perspectivas.  En realidad, tiene como su eje propulsor la resistencia y la emancipación de los pueblos con propuestas que se enraízan en su búsqueda de inclusión y de justicia, desde las que labran proyecciones esperanzadoras para el planeta”.

 

Según enfatiza, “el Vivir Bien / Buen Vivir es una cosmovisión que está en proceso de permanente construcción” que se nutre de diversas fuentes, la vertiente original o “momento constitutivo”, que se encuentra en las prácticas comunitarias de los pueblos indígenas de nuestro continente y otros pueblos ubicados en los sures del planeta. Otra vertiente se la encuentra “en las reivindicaciones de diversos movimientos anti-sistémicos que resisten el capitalismo y encuentran en el Vivir Bien / Buen Vivir una alternativa civilizatoria que se construye con la primacía de los derechos humanos y de la naturaleza”.

 

Señala que otra fuente constituyen los principios constitucionales y políticas de Estado de algunos países que reconocen la primacía de los derechos colectivos y los de la naturaleza, como en Bolivia y Ecuador.

 

“Otra fuente vive en las dinámicas de la construcción de la sociedad de la justicia que encarna como buena nueva el Evangelio.  Estas fuentes de definición, que coexisten sin establecer necesariamente nexos entre ellas, operan a veces alimentándose, complementándose y reproduciéndose, y otras ignorándose, negándose o resistiéndose.  Por estas razones se suele decir que el Vivir Bien / Buen Vivir es una definición en disputa y en tensa construcción, con encuentros y desencuentros tanto experienciales como conceptuales.

 

En pocas palabras, Vivir Bien / Buen Vivir es convivencia complementaria o una relación del individuo con la sociedad y la naturaleza sin desequilibrios respecto a riqueza y poder; siendo de trascendental importancia el sentido de pertenencia y responsabilidad con la comunidad, lo que supone preocupación por los demás, así como expresiones de afectividad y reconocimiento”, enfatiza el comunicólogo boliviano, al agregar que los elementos esenciales del Vivir Bien / Buen Vivir, son la armonía, el equilibrio, la convivencia y la vida espléndida.

 

“Vivir Bien / Buen Vivir es un sistema de convivencia comunitaria y colaborativa con complementariedades que reconocen coexistencias en paridad con otros, desarrollando reciprocidades con correspondencia proporcional de las solidaridades en sistemas interculturales con alteridades entre las múltiples diversidades.

 

La vida en plenitud se caracteriza porque el Vivir Bien / Buen Vivir se materializa en formas de vida fraterna, colaborativa, digna, sin carencias y sin excesos, con lo suficiente para vivir dignamente; así como en políticas públicas con una distribución justa y equitativa de la riqueza, desde una opción por los más pobres, en sociedades interculturales”.

 

Luchar contra el neocolonialismo para alcanzar el Vivir bien

 

Hay que luchar contra el neocolonialismo, acabar con el racismo, luchar contra la deshumanización del sistema capitalista, acabar con el patriarcado (es necesaria la equidad de género), la depredación ambiental, el individualismo egoísta, el extractivismo, la comunicación funcionalizada al sistema. Necesitamos otro tipo de comunicación.

 

El buen vivir es, entonces, una forma de vida totalmente comunicacional. La comunicación popular y la educomunicación nos ha acercado.

 

La comunicación dialógica y participación, a lo que se debe añadir la convivencia, que es lo que hace falta.

 

Insistió en que el diálogo debe ser sentipensante (con la cabeza y la razón al mismo tiempo). No dejar de lado el lado humano y tampoco quedarse en lo organizacional, las prácticas sociales,  sino también ir hacia la vida cotidiana.

 

Considera que hay que construir sentidos que valgan la pena para la convivencia. (sociales, culturales, polìticos, espirituales). ¿Cómo hacerlo?: Escuchar para hablar, hablar cómo hace la gente. Se escucha con los 5 sentidos. Escucharnos a nosotros mismos, a los más pobres, a la madre tierra, entre nosotros.

 

También refrendar las palabras con los actos: compartir conocimientos, vivir en armonía (relaciones de amistad, lanzar narrativas por la esperanza). Saber de lo que se habla: sentipensar, saber soñar (esperanzar en que hay un futuro), argumentando, concluyó.

 

Redacción: SIGNIS ALC