40 días navegando con Laudato Si’ en la Querida Amazonía- Día 19.
La conversión lleva al cuidado de la creación
Petición de Gracia
Al comienzo de cada día, busco entrar en un clima de oración y rezo:
Señor, en este tiempo favorable para volver el corazón a tus sueños para la humanidad y a todas tus creaturas, te pedimos luz para reflexionar sobre cómo estamos viviendo nuestras relaciones contigo, con las personas, con el mundo que es nuestra casa común y con nosotros mismos. Ayúdanos a redescubrir el sentido de la vida en la alabanza y la contemplación agradecida de la Creación, en la salida de nosotros mismos hacia los que más sufren y se sienten solos, especialmente en estos tiempos de pandemia, y en la construcción de tu reino de justicia y paz, tejiendo redes de solidaridad y fraternidad entre todos los pueblos y culturas de esta inmensa región panamazónica y del mundo entero.
En particular, hoy le pido… (presente su petición personal). Amén.
Escuchando la Palabra que nos guía
Acuérdate de santificar el día de reposo. Trabajarás seis días y harás todo tu trabajo, pero el séptimo día, que es sábado, dedica el Señor tu Dios. No harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni al extranjero que habita en tus ciudades. Porque en seis días el Señor hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que contienen; Pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día de reposo y lo santificó.
(Ex 20,8-11)
Reflexionando con Laudato Si’
La creación es, en la tradición bíblica, algo tan importante que al concluirla Dios quiso santificar y bendecir un día de la semana para indicar con qué amor y perfección todo lo que existe fue hecho por Él. En este tiempo de Cuaresma, Laudato Si’ nos ayuda a reconocer los pecados contra la creación contra los que debemos luchar: “Que los seres humanos destruyan la diversidad biológica en la creación divina; que los seres humanos degraden la integridad de la tierra y contribuyan al cambio climático, desnudando la tierra de sus bosques naturales o destruyendo sus zonas húmedas; que los seres humanos contaminen las aguas, el suelo, el aire. Todos estos son pecados” (LS 8).
Todos necesitamos “una conversión personal y comunitaria que nos compromete a relacionarnos armónicamente con la obra creadora de Dios, que es la “casa común”; una conversión que promueva la creación de estructuras en armonía con el cuidado de la creación (DF, 18).
Avanzando hacia aguas más profundas
Después de un momento de silencio…
A la luz del texto bíblico y de las palabras del Papa Francisco, busco profundizar mi experiencia de encuentro con el Señor, trayendo a mi oración la realidad concreta en la que estoy involucrado, la situación que atraviesa el mundo, la región pan-amazónica, mi ciudad o comunidad, la Iglesia, etc.
Trato de percibir los llamados de cambio que Dios me hace y le pido fuerza para concretarlos, para que mi alabanza a Él se manifieste en obras concretas de compromiso por la vida, en la defensa de nuestra Querida Amazonía, de sus pueblos y de los pobres de la Tierra.
Concluyo con un Padre Nuestro y un Ave María…
Frase para seguir reflexionando en este día
La sabiduría de los pueblos originarios de la Amazonia inspira el cuidado y el respeto por la creación.
(Querida Amazonia, 42)
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