“La educomunicación propone un cambio de la persona, del sujeto, para que sea un protagonista, para cambiar su contexto social.  Es decir, el objetivo último de la educomunicación es la transformación social”. Así explicó el educomunicador y Presidente de SIGNIS ALC, Carlos Ferraro, durante una conferencia dictada a los participantes de la 10° Asamblea Anual de SIGNIS, reunida en la ciudad de Bridgetown, Barbados, del 5 7 de septiembre último.

 

Según expresó, no hay educomunicación si no hay transformación social.   “Esa transformación social solo se puede lograr en grupo”, explicó.

 

Aclaró que la educomunicación no beneficia el individuo, sino que, por el contrario, se “beneficia el colectivo, el grupo que participa en ese proceso” y que para que eso se dé “tiene que haber primero una transformación de cada sujeto que está en ese grupo, es decir que primero pasa por lo personal y luego lo colectivo”.

 

A partir del concepto de uno de los pioneros de la reflexión teórica y práctica de la educomunicación, el académico brasileño Ismar Soares de Oliveira,  explicó que la educomunicación implica “la creación de un ecosistema comunicativo, como algo orgánico, en el cual las cosas se interrelacionan”.

 

Según dijo, se debe empezar por reconocer que “Todo sujeto tiene derecho a ser ciudadano y ser ciudadano quiere decir que tiene derechos, derecho a que se le respete su identidad cultural, que se respete el medioambiente en el que está”.

 

Así, puso como ejemplo la situación de un ciudadano que vive en un contexto social difícil, que puede “ser un medio de violencia, víctima del narcotráfico, analfabeto, etc. Ese sujeto, esa persona forma parte de un grupo social que no está solo, no está aislado.  La educomunicación propone un cambio del sujeto para que sea un protagonista, para cambiar su contexto social.  Es decir, el objetivo último de la educomunicación es la transformación social”, subrrayó.

 

Además destacó que para que haya educomunicación, el primer ingrediente es el “diálogo”.

 

Para Carlos Ferraro, es necesario destacar la importancia del diálogo, “porque muchas veces hablamos de comunicación sin que exista el diálogo. Entonces hay que tener siempre en cuenta que el diálogo incluye principalmente la escucha. Escuchar significa ponerse en el lugar del otro”, para lo cual se le debe reconocer al otro como el otro.

 

“Tengo que reconocer que hay una vida personal y tengo que conocer de su condición para poder arrancar el proceso educativo”, explicó.

 

Fundamentos de la Educomunicación

 

Según recordó, el primer elemento de la educomunicación es “el respeto a la identidad cultural.  El proceso tiene que garantizar liderazgo y autonomía de los sujetos.  No puede ser un sujeto que su vida dependa de la voluntad de los demás”.

 

“Crear un ciudadano nuevo requiere que ese ciudadano sea libre en sus decisiones, en su autonomía para ejercer esa libertad.  Al mismo tiempo tiene que ser un sujeto que adquiera un compromiso social y que sea un ser responsable, porque si no tiene liderazgo, no tiene autonomía, no asume un compromiso social y no se hace responsable de sus actos y no puede generar trasformación”.

 

“En todo proceso educativo para aquel que lo promueve o lo practica tiene que haber plena conciencia de todos esos elementos o principios.  Esto no es un capricho, no es algo aleatorio o al azar, porque sí”, remarcó.

 

Señaló también que si bien la educomunicación está legitimada en la teoría, se tiene que entender también que la educomunicación es una práctica”.

 

“La educomunicación contempla y contiene la educación para los medios.  La educación para los medios es una corriente americana y que en Europa se lo designa como media literacy.  Estas corrientes promueven la lectura de los medios de comunicación, crítica y analítica”.

 

Explicó que la “educomunicación contiene a la educación para los medios.  No es posible educomunicar si no está este aspecto presente, porque el imaginario del ciudadano se construye con lo que producen los medios”, aclaró.

 

Trazó como ejemplo si “un ciudadano analiza la publicidad, el discurso político, el discurso de la prensa, los programas televisivos, las  propuestas cinematográficas, incluso todo eso lo traslada a la producción digital, son elementos necesarios, inevitables para que el ciudadano tenga una verdadera autonomía y no esté condicionado por el poder de los medios”.

 

Aunque aclaró que ello “no es educomunicación. Pero es un proceso que tiene que estar presente.  La educomunicación trasciende esta propuesta y dentro de su propia historia, la educomunicación también se la llamaba así, es decir, hace un tiempo, educomunicación y educación para los medios era lo mismo.  Pero ahora la educomunicación trasciende esta propuesta porque es integral holística, de transformación.  Esta teoría por sí misma no transforma porque apunta más al sujeto como individuo en general que a un sujeto encarnado en una realidad concreta”, puntualizó.

 

Les recordó que en la plataforma web de  la red educom se ofrecen “todos los elementos necesarios para entender la educomunicación, pues ahí se puede encontrar “las definiciones de los propios pensadores de la educomunicación en Latinoamérica. Hay bibliografía para el que quiere profundizar y hay experiencias subidas a la plataforma para poder entender el proceso”, concluyó.