En el ataque a tiros, el presidente Moïse, de 53 años, fue asesinado mientras su esposa, Martine, también resultó herida y está recibiendo tratamiento, según informes de los medios.

 

El empresario y político haitiano fue elegido en noviembre de 2016 y comenzó a ejercer el cargo en febrero siguiente.

 

Múltiples desafíos

 

Haití es el país más pobre de las Américas y ha experimentado serios desafíos políticos, económicos y humanitarios en los últimos años.

 

Se han designado seis primeros ministros desde que el difunto presidente asumió el cargo, y un séptimo designado esta semana aún no lo ha jurado.

 

El mes pasado, la principal funcionaria de la ONU en Haití, Helen La Lime, informó al Consejo de Seguridad sobre el empeoramiento de las condiciones socioeconómicas en el país, el aumento de la violencia de las pandillas, el resurgimiento del COVID-19 y la “polarización cada vez mayor de la política haitiana”.

 

Dijo que, a pesar de los varios esfuerzos de mediación liderados por los haitianos, “la profunda crisis política que se ha apoderado del país durante la mayor parte de los últimos cuatro años no muestra signos de disminuir”, mientras que la retórica utilizada por algunos líderes políticos crece de forma cada vez más mordaz.

 

Consternación en el Consejo de Seguridad

 

Al comienzo de su reunión del miércoles, el presidente del Consejo de Seguridad, el embajador de Francia, Nicolas de Rivière, dijo que los miembros estaban entristecidos por la muerte del líder haitiano.

 

“Los miembros del Consejo expresan su profunda conmoción por el asesinato del presidente Moïse, ocurrido hoy en Puerto Príncipe, y su preocupación por la suerte corrida por la primera dama, Martine Moïse, quien también fue baleada en el ataque”, añadió.

 

Los 15 embajadores también expresaron su más sentido pésame a la familia del difunto presidente, al Gobierno y al pueblo de Haití.

 

Fuente: Noticias ONU