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Salud del Papa

SIGNIS ALC

15 marzo 2021

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La salud de los Papas

La salud de los Papas

Medicina, complots y Fe desde León XIII hasta Francisco.

La salud de los Papas. Medicina, Complots y Fe desde León XIII hasta Francisco es el título del reciente libro escrito por el prestigioso periodista político, médico neurólogo Nelson Castro, quien también es autor de varios libros entre los cuales se destaca, Enfermos de poder: la salud de los presidentes y sus consecuencias”.

 

El nuevo libro de Nelson Castro incluye interesantes reseñas sobre la salud de los Papas León XII, Pío X, Benedicto XV, Pío XI, Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI, Francisco.

 

La comunicadora Graciela Falabella dialogó con el autor del libro La salud de los Papas”, quien comenta detalles sobre este nuevo libro que salió a la venta en los últimos días.

 

GF: ¿mo se gestó este libro?

 

NC: El libro tiene en su génesis al Papa Francisco a quien yo veo en 2013 en Río de Janeiro, en la Jornada Mundial de la Juventud. En esa cobertura Francisco va a la Catedral de Río para reunirse con Obispos y jóvenes argentinos. Allí, Matías, uno de los chicos enfermos que quería saludar a Francisco, me pide que lo acompañe lo cual me permitió un acceso directo al Papa y ahí lo entrevisté. Terminó esa cobertura y un mes después me llega a casa un sobre de la Nunciatura, en el que Francisco me manda una carta agradeciéndome la cobertura y recordando cuando iba a la parroquia de Cristo Rey y yo lo veía ahí y diciéndome Usted tiene que escribir un libro sobre la salud de los Papas”. Yo lo tomé como una gentileza porque sabía que había leído mi libro Enfermos de poder…”, así que ahí quedó como un cumplido. En 2017 voy a cubrir el relanzamiento de Scholas Occurrentes, entonces él nos invita a la Audiencia de los miércoles y nos pone en la primera fila. Estamos ahí con Alicia Barrios y su familia y el Papa se acerca, me saluda y me dice ya le dije que usted tiene que escribir un libro sobre la salud de los Papas empezando conmigo, yo le voy a contar mis neurosis” (hace el gesto típico de Francisco, con el índice). Ahí supimos que claramente había un libro, una misión. Terminé esa audiencia y llamé a Buenos Aires a Editorial Sudamericana y nació este libro, que tuvo después un trabajo enorme porque hubo que vencer obstáculos: primero hacer la investigación, conseguir el acceso a los archivos secretos del Vaticano, conseguir quién lo hiciera y todo eso lo fuimos logrando. Contactamos a Marina Artusa, corresponsal de Clarín, quien hizo un trabajo extraordinario, trabajó en el archivo secreto un año, conseguimos el acceso a través del P. Fabián Pedacchio y quedó después la entrevista con el Papa. La entrevista era una incógnita y por lo tanto nosotros trabajamos con dos escenarios, con o sin entrevista.

 

Yo tenía muy buena información sobre la historia clínica de Francisco. Conocía a alguno de los médicos que lo habían tratado.

 

Pero sin duda que la entrevista tenía un valor único, primero porque iba a permitir conocer detalles difíciles de conocer si no hablábamos con él. Después porque iba a ser un hecho histórico, iba a ser la primera vez que en toda la historia del papado que un Papa habla de su salud en un reportaje. Yo lo veía como algo utópico, aun cuando siempre recibía de él una indicación de que la entrevista se iba dar.

 

Así, pasó todo el 2018, el libro estaba planeado para salir en 2020 y agendamos el 2019 la audiencia, pero con la duda de qué hacíamos. El 1° de enero de 2019 a las 6 de la mañana, me suena el celular, era un mensaje del P. Fabián Pedacchio que me decía que el Papa me otorgaba la entrevista para el 16 de febrero a las 11h00 en el Palacio Apostólico. Una cosa para mi shockeante, así como un regalo de Navidad en un primero de año. En esos cuarenta y cinco días pensaba, cada día que iba a llegar un mail cancelando la entrevista. Fueron pasando los días y llegó el 16 de febrero y yo estaba allí atravesando los jardines vaticanos para ir al Palacio Apostólico. La entrevista iba a durar de 11:00 a 11:20 y aun así yo me preguntaba cómo sería la entrevista, porque yo decía ¿con quién me voy a encontrar? Con un hombre abierto o un hombre que cumplía un compromiso lo cual ya era muy importante, más bien escueto a la hora de hablar de su salud. La sorpresa fue total porque me encontré con un hombre franco, feliz de hablar del tema, seguro, preparado para hablar. La entrevista duró una hora y cuarto y terminó cuando tocan la puerta y aparece el secretario del Papa que le dice, “Santidad la entrevista tenía que terminar a las 11:20, son las 12:15 y está el arzobispo de Milán esperándolo con doscientas cincuenta personas abajo”.

 

Así que fue una cosa maravillosa y te doy todos estos detalles porque la trastienda le da valor histórico. La entrevista tiene además un elemento, esto me señaló el P. Pedacchio, me dice: “mire Nelson, el Papa no lo recibe en Santa Marta lo recibe en el Palacio Apostólico por lo tanto usted va a tener una invitación oficial, va a haber fotos oficiales, es decir el Papa ha querido que esto quede registrado para la historia”. Eso es algo que lo cuento ahora y se  me pone la piel de gallina.

 

GF: La manera en que él habla de sus enfermedades y las neurosis es de alguien que conoce muy bien dónde está parado, qué enfermedades tiene, que enfermedades tuvo, cómo las transitó. Llama la atención eso, sobre todo que sea tan abierto porque en el libro se dice “los Papas no se enferman, los Papas mueren”

 

NC: Es verdad, ese es elemento novedoso y a mí me sorprendió porque Francisco tiene un conocimiento de su salud muy detallado porque además vivió circunstancias difíciles. Por eso esto que vos marcas le da a este testimonio y un valor extraordinario.

 

Yo creo que Francisco ha querido dejar un legado, esto es indiscutible, para hablar de la manera que habló, con tanta apertura. Porque efectivamente las enfermedades eran un tema oculto, se conocieron como se conocieron porque era imposible que lo ocultaran como el caso de Juan Pablo II, pero hubo siempre casi una negación del significado de la enfermedad y Francisco se lo da y por supuesto que si es valiosísimo que él hable de su salud física, que él haya reconocido que acudió en ayuda a una psiquiatra, no para un psicoanálisis sino para hacer terapia es un hecho inédito.

 

 GF: Francisco y sus neurosis, a las qué hay que cebarles mate! ¿Bergoglio ansioso?

 

NC: Él lo es y lo reconoce. Es una de las aperturas más impactantes porque hablar de lo psíquico para un Papa es un hecho extraordinario, para cualquier sacerdote es un tema complejo para manejar. Lo habló con tal naturalidad, como una cosa propositiva, lo explicó tan bien ya que además demostró que es algo que está presente en su vida. No dijo tuve neurosis”, dijo las tengo” y las aprendí a manejar y las agradezco. Eso para mí es un hecho extraordinario porque permitió avanzar en el reportaje. Se transformó en una entrevista con con un alto contenido psicológico. Duerme no duerme, tiene pesadillas, las recuerda, miente, cómo maneja el tema de la verdad. Es una cosa verdaderamente impactante. Pudo haber dicho esto era en el pasado, pero no, esto es ahora. Por eso tiene el valor del mensaje. “Lo que yo aprendí con la psiquiatra a quien consulté para manejarme, me sirve ahora es un elemento de mi vida, es una cosa fantástica”.

 

Él lo pone en un momento dramático vinculado con la dictadura y la gente a la cual él salvaba. Le da un valor concreto, no solamente enunciativo. “Mira, a mí me ayudó porque yo tenía este problema, que necesité además de toda la ayuda espiritual, la ayuda psíquica, técnica”. Es un elemento muy importante para entenderlo en su dimensión.

 

De decir cuando hay que pedir ayuda hay que pedirla, que creo que es un mensaje para sacerdotes, obispos y religiosas. Es para decir en algún momento, al margen de la dimensión espiritual, está la dimensión psicológica y el consejo profesional para ver cómo se maneja algo y me parece que para muchos religiosos va a ser como … “bueno si lo hizo el Papa”… y los va a ayudar mucho.

 

 GF: ¿Cómo lo encontraste?

 

NC: Se lo ve muy feliz, aquí en Buenos Aires era un alma en pena, ahora está con un cutis rozagante, fresco, una mirada atenta, sonriente. Una sonrisa que le sale naturalmente y una alegría que él te expresa en cada momento. “En un momento antes de empezar le digo: cuántos problemas, ¿no?” Y contesta, “bueno son eso, problemas, ya los voy a solucionar”. Es otro Bergoglio y se lo pregunté, me contestó: el Espíritu Santo”. El cambio es un Giro Copernicano.

 

 GF: Lo que dijo de Argentina duele.

 

NC: Lo que dijo de Argentina es muy importante y yo lo estoy aclarando porque la respuesta al reportaje es textual. Él no dice no vuelvo de visita a la Argentina, no vuelvo a vivir a la Argentina. Ese el significado, yo estoy haciendo la aclaración porque la pregunta es ¿cómo imagina su muerte? En Roma, a Buenos Aires no vuelvo a vivir. Él dice no vuelvo a morir a la Argentina. Porque la respuesta había generado una idea de que él podía volver a la Argentina si se retiraba. Ese es el significado, y además con toda la explicación que esto merece, porque así fue la respuesta. A veces pasan estas cosas en un reportaje de esta enorme trascendencia cuando uno además quiere ser fiel. La respuesta fue esa pero el entendimiento es este, que yo te doy. No es un entendimiento subjetivo, sé que él lo ha comentado en estos días. Mi idea es que cómo imagina su muerte, “no en Buenos Aires”.

 

 GF: Pero cuando cita el tango que dice que desde que se fue nunca más volvió…

 

NC: Si volverá o no yo no lo sé. Han pasado dos años desde la entrevista y no he vuelto a hablar con él, pero le quiero dar el significado real que tiene. Esto está hecho en un contexto de una entrevista vinculada con la salud y realmente esto no tiene que ver con si extraña o no. Hay dos compromisos que yo asumí, primero preguntarle sobre el tema de la salud y la segunda cuando termina el reportaje, “él me dice ¿qué va a hacer con esto” Voy a hacer el libro que le prometí. Entonces él me contesta: “lo espero en el libro”.

 

El compromiso fue que nada se filtró del reportaje durante dos años, con lo que significa guardar un material como éste dos años. Esos son compromisos que yo me siento feliz de haber cumplido pero que estaban en relación a lo que fue este reportaje extraordinario. “Te imaginas que me moría de ganas de hacerle más preguntas…..”

 

 GF: ¿Por qué empezaste por León XIII, por ser el Papa de la modernidad?

 

NC: El Papa es un hombre del poder. Poder religioso, y un hombre de Estado y la salud es un elemento político intangible. Esto está claro y expuesto a lo largo del libro. Por eso, León XIII que es un Papa extraordinario y lo eligen porque se creía que se iba a morir pronto, para contrarrestar a la figura de Pío IX y vive veinticinco años. León XIII es el primer Papa filmado caminando para mostrar que estaba en buen estado de salud. Ese es el otro objetivo del libro, marcar cómo el tema de la salud tiene un componente político.

 

 GF: En Juan Pablo I vos decís que deberían haber hecho una autopsia.

 

NC: Juan Pablo I fue un capítulo de enorme desafío. Nos planteamos cómo plantearlo, qué presentar y la idea fue dar todas las posturas. Ese es el primer desafío. Llevó casi nueve meses de trabajo de los dos años y medio del libro, porque reunir todo el cuerpo de información fue muy difícil y después analizarlo para darle una secuencia lógica. Para poder dar luego la fundamentación crítica de las distintas cosas porque ahí sentimos la necesidad no solamente de hacer la descripción de cada una de las posturas sino también buscar una posición basada en hechos. Juan Pablo I no está desclasificado todavía. Un trabajo muy importante, una biografía de Estefanía Falasca, que es una biografía vaticana pero que accedió a documentos muy importantes. Después Marina Artusa habló con la sobrina de Juan Pablo I, que fue para nosotros un elemento muy importante porque dice lo que yo dije, lo dije acá. Así que nosotros mencionamos eso con este aval que le da este hecho de que hablamos con ella. Ella dijo lo que tengo que decir es esto, así que lo marco como un logro del libro muy importante.

 

Juan Pablo I tiene dos elementos que nunca va a acallar la polémica. Faltó la autopsia y el examen toxicológico que de haberse hecho hubiera aclarado, si estaba o no enfermo, si tuvo o no un infarto, si lo envenenaron o no, cosa que yo no creo. Después se produce una mentira fatal en la comunicación, porque al Papa lo descubre muerto una de las hermanas que lo atendía y el Vaticano consideró escandaloso que una mujer ingresara al dormitorio del Papa. Entonces se miente. Aparecen las contradicciones y quisimos marcarlas. Eso a la hermana Sor Vincenza le produjo una enorme amargura no haber podido contar cómo ella encontró a Juan Pablo I. Es un capítulo que parece una novela. Es todo real y tiene estas conclusiones que quisimos poner que representan este hecho de que la polémica no se va a terminar nunca porque faltan esos elementos objetivos.

 

 GF: ¿Si ahora le hicieran nuevos estudios?

 

NC: Es difícil porque se van a encontrar restos tóxicos y para colmo apareció este integrante de la mafia italiana que dice que él lo mató. Nosotros lo consignamos a este Luciano Raimondi, es una historia inverosímil pero acá está escrito, Marina habló con él y contó lo que escribimos. Es una historia impactante que ha dado para todo. Fíjate que aparece un sicario contando algo incomprobable, ha tenido visibilidad en la prensa y nosotros lo hemos contactado. Eso le da un valor que quiero marcar.

 

 GF: ¿A Pío XII no lo quisieron atender, no querían decir qué le pasaba?

 

NC: Es una historia novelesca también que pudimos reconstruir y fue apasionante trabajarla. Fuera de su figura como evaluación política que se está haciendo con la desclasificación de sus documentos. Es el colmo del disparate. Su médico era un oftalmólogo, que obviamente le falta es visión clínica, era un hombre que estaba dispuesto a utilizar el privilegio que le daba ser médico del Papa. Lo expuso a Pío XII que, además, tiene una personalidad realmente excéntrica, un hipocondríaco, me da la impresión de lo que surge de la descripción de que es el último Papa Príncipe, que tenía una cierta megalomanía, decía que hablaba doce idiomas. En realidad, no se le entendía casi nada de ningún otro idioma. Había vivido en Múnich y hablaba bastante mal el alemán. Tuvo un médico que fue como la imagen de la llave-cerradura, le dio muy malos consejos que lo llevó por tratamientos insólitos y se ve que así y todo Pío XII era un hombre de una gran resistencia física porque pudo haber muerto mucho antes como consecuencia de los disparates médicos que él consintió.

 

 GF: ¿Con Juan Pablo II,  Lina Pavanelli, realizó un ensayo sobre la eutanasia que se le estuvo practicando, lo puedes aclarar?

 

NC: Esa es una de las polémicas que han surgido sobre si se le quitó o no la asistencia. Nosotros lo pusimos para que veas, todo el cúmulo de polémicas que hay en relación a su salud, sobre todo a estos dos últimos Papas. Juan Pablo I una muerte súbita y Juan Pablo II una agonía interminable. Y este final que obliga al Dr. Renato Buzzonetti a explicar si le puso el botón gástrico o no y veas lo que representa la salud de un Papa y toda esa cosa de secretismo, de falta de información.

 

Juan Pablo II es un tema dramático porque además su agonía tuvo una consecuencia sobre el gobierno del Vaticano. Además de lo que Ratzinger decía que lo iba a ver, Juan Pablo II era un hombre que no tenía dominio físico sobre ese lugar y entonces no se desplazaba, no podía hacer cosas y eso pesa mucho. Permitió cosas que se van sabiendo del gobierno de la Iglesia en la parte final de su pontificado. La enfermedad de Juan Pablo II ha generado mucha discusión y el libro presenta las distintas instancias en las que hubo Papas a punto de renunciar como consecuencia de la salud. Ese es otro factor realmente importante y fíjate que cuando Benedicto XVI renuncia dice me faltan las fuerzas físicas”. El tema salud fue determinante para que renunciara porque él no quiso repetir la historia de Juan Pablo II.

 

 GF: Otros anteriores como Pablo VI también estuvieron a punto de renunciar

 

NC: Pablo VI a propósito de la operación de la próstata y también contamos el episodio de Pío XII en su intento de renuncia en relación ya con la situación política. Es un tema que ha estado presente en el Papado en los últimos 60 años, más de una vez.

 

 GF: El Papa muere, pero continúa la autoridad a pesar de la Sede Vacante, ¿qué significa?

 

NC: Lo que quisimos hacer fue narrar cómo son todos los mecanismos, las exequias y demás. Hay una Sede Vacante que lo tiene a él como figura hasta que aparezca un nuevo Papa. Son las cosas del rol del Camarlengo, el manejo de la Iglesia, lo que representan esos interinatos. No soy un especialista para contarte el porqué, pero lo quisimos narrar. Está vinculado con la conclusión de la vida, la muerte es un hecho fundamentalmente biológico, médico, con toda esta consecuencia institucional, que es un misterio ritual realmente impresionante y quisimos marcar sucintamente qué es lo que está pasando en esas horas al margen de lo que se conocía del anillo (se destruye), lo que representan cada uno de los símbolos de la ceremonia de las exequias que son impactantes.

 

 GF: ¿Y Benedicto XVI?

 

NC: Es un hecho también histórico que ha tenido más tiempo de Papa Emérito que de Papa. Yo creo que ni él mismo imaginó que iba a vivir tanto, más allá de que tiene noventa y pico de años, dificultad para caminar, la voz que la perdió, el hombre está lúcido, se puede valer por sí solo, lo que es una gracia de Dios. Es un hombre que también -ahí describimos- los problemas de salud que tuvo, el hecho que haya renunciado hizo que su salud no tuviera el peso político que seguramente hubiera tenido en un largo Papado. Se ve superado por los factores de la política. Bergoglio es un hombre con vocación de poder, claramente. Benedicto no. Llegó a ir porque era el sucesor natural. En aquel momento de un papado que dejaba un liderazgo muy fuerte y no se sabía qué iba a pasar.

 

Es muy tímido, un académico que no quiso repetir lo de Juan Pablo II y dijo que le faltaban las fuerzas.

 

 GF: Nelson, no encontré al médico y periodista solamente, sino al hombre creyente. No estigmatizas a nadie, sino que le das el lugar a todos. Podías haber hecho un libro muy polémico, muy bomba, pero lo hiciste con mucha prudencia.

 

NC: Mi obligación, cuando el Papa da esto, es hacer un libro para la historia. Que aparezcan las discusiones y no el estruendo. Que las cosas se discutan fue un desafío enorme. Con Juan Pablo I dijimos ¿qué vamos a aportar? La discusión y la polémica estrepitosa ya están. Vamos a explicar cuáles son los puntos que generan la polémica. Es poco probable que lo hayan asesinado pero pasa esto… Ése es el rol para hacer algo para la historia.

 

Entrevista y redacción de Graciela Falabella, socia de SIGNIS Argentina.

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